1. Presentación

Una vez Pompeu, ¡siempre Pompeu!

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El viaje de los estudiantes universitarios no debería empezar el día que ponen los pies en la primera clase de universidad de su vida. Y tampoco terminar el día que se visten de gala para celebrar el acto académico de graduación. De hecho, más que empezar y terminar, como ocurre con la energía, es un viaje que se transforma.

De esta forma, una vez eres comunidad UPF ya no dejas de serlo nunca. Y la construcción del sentimiento de pertenencia a esta comunidad debe hacerse crecer antes de iniciar las clases, y no se puede dejar de cultivar una vez terminados los estudios correspondientes.

Por este motivo, la Universidad Pompeu Fabra lleva tiempo trabajando en una estrategia de fidelización de sus miembros, más allá del período estrictamente académico que pasan entre sus paredes. Lo certifican iniciativas como La Benvinguda, puesta en marcha este curso, y que tiene como objetivo facilitar la llegada de los nuevos estudiantes de grado que inician su etapa en la UPF, a través de una serie de actividades académicas, sociales y de ocio antes de que comience el curso.

La Universidad Pompeu Fabra lleva tiempo trabajando en una estrategia de fidelización de sus miembros, más allá del período estrictamente académico que pasan entre sus paredes

Pero la comunidad también hay que cuidarla y potenciarla una vez finalizados los estudios, y aquí entra de forma muy relevante el programa Alumni, que trabaja para mantener la UPF cerca de todas aquellas personas que en algún momento han estudiado en la nuestra universidad y que han pasado a formar parte de la gran “Familia Pompeu”. Incluso aunque estén a miles de kilómetros de distancia. Precisamente con este propósito se ha puesto en marcha recientemente la iniciativa de los chapters internacionales de UPF Alumni, nodos territoriales de antiguos estudiantes repartidos por todo el mundo para ayudar a hacer red global y a construir sinergias más allá de nuestras fronteras. Londres, París, California y Chile son los primeros que se han puesto en marcha.

Porque una vez Pompeu, ¡siempre Pompeu!