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Las diecisiete caras del compromiso

Los ODS enseñan las luces y las sombras del acuerdo social de las Naciones Unidas

 

VERÓNICA GAZTEA y CELIA OLIVERAS

22.10.2021

Imatge inicial

En el año 2015 se celebró la cumbre de la Organización de las Naciones Unidas, que aprobó la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”. Los líderes de la comunidad internacional se reunieron en Nueva York para aprobar 17 objetivos que buscan abarcar desde la erradicación de la pobreza a la protección del medio ambiente. La finalidad de este compromiso era alcanzar las diferentes metas, a las que se les denominó ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), para el 2030 con la participación tanto de los gobiernos de cada país como del sector privado y la ciudadanía.

A día de hoy, en la gran mayoría de países que se sumaron a la iniciativa, los ODS forman parte de la agenda política de los gobiernos. Cada año se analiza el progreso, el retroceso o la estabilidad de la evolución sostenible de cada país, y se ordena por puntos en un ranking. Aunque todos los objetivos perfilan un objetivo de sostenibilidad concreto, y todos son igual de importantes -cuantitativa y cualitativamente hablando- , es cierto que el ODS 17 juega un papel fundamental: trata sobre la cooperación entre gobiernos, entidades públicas y privadas para crear sinergias y progresar en los demás 16 puntos.

Mundialmente, los objetivos que muestran una mejor cobertura y unas mejores expectativas de futuro son el tres -Salud y Bienestar-, el siete -Energía sostenible y no contaminante-, y el ocho -Trabajo decente y crecimiento económico-.

Es por eso que países como Noruega, Finlandia o Suecia, que cuentan con un índice elevado de cooperación, se sitúan en los puestos más valorados de la tabla de clasificación. Cabe destacar el hecho de que hay países que no hacen constar públicamente sus datos. ¿Por qué sucede esto? Algunos ejemplos son Liechtenstein, Kosovo o la Costa de Ivori. En estos procesos interviene frecuentemente el no-reconocimiento oficial de algunos países, los intereses político-nacionales de cada uno de ellos o la neutralidad formal de muchos estados.

Las situaciones políticas y sociales, el color de los gobiernos y la solidez de las redes intranacionales intervienen fuertemente en el papel que interpreta cada estado en el escenario de la sostenibilidad. Finlandia, Suecia y Austria, países a la cabeza del cumplimiento de los ODS, se ven gobernados por partidos socialdemócratas. La economía y las características comerciales determinan también el impacto contaminante en los territorios: si en un país predomina el sector primario, el suelo y el aire se verán más castigados que en un país donde predomina el sector terciario, aunque por su parte, estos recibirán un mayor peso contaminante de las redes de transporte, como puertos y aeropuertos.

La segmentación económica interfiere, como se puede observar en el gráfico, en la posición en el ranking de los ODS. Cuanto más elevado es el porcentaje del PIB proveniente del sector primario, más baja es la posición en el ranking; y cuanto más elevado es el PIB proveniente del sector terciario, más posibilidades hay de conseguir una posición alta en el ranking. Es un ejemplo el conglomerado de países que forman la Unión Europea, la mayoría caracterizados por tener un sector terciario consolidado: esto les lleva a ocupar los 15 primeros puestos del ranking mundial de los ODS, pero mostrarse débiles en el mantenimiento de ecosistemas acuáticos y terrestres.

La Unión Europea y la sostenibilidad

La Universidad de Cambridge publicó en 2020 el Informe para el Desarrollo Sostenible para analizar la situación de los objetivos en cada país como aniversario de los cinco años de la cumbre. Tal como se ha mencionado, a la cabeza de la lista mundial se encuentran los tres países nórdicos europeos, Finlandia, Suecia y Dinamarca, que llegan a un máximo de 85,90 puntos sobre los 100 que supondría haber cumplido todos los objetivos.

A pesar de que ningún país ha alcanzado todavía todos los objetivos, los países europeos se encuentran a la cabeza del ranking hasta la posición número 15, ocupada por Polonia, a la que le siguen Suiza y Reino Unido, dos territorios externos a la UE pero que tienen un papel vital en el continente europeo.

En los países con las puntuaciones más elevadas se encuentran tendencias repetidas: muchos de ellos no dan la talla en el Consumo Sostenible, aunque sí que cuentan con marcas destacables en los demás ODS. También se encuentra una tendencia repetida: los países con mejor calidad de agua potable cuentan con las peores clasificaciones en el bienestar de sus sistemas acuáticos. Es el caso, por ejemplo, de Portugal y Polonia.

La tendencia general indica que los objetivos que mejor se cumplen en el territorio europeo son los relativos a la salud y el bienestar, la calidad del agua y el desarrollo e innovación de industrias y sus infraestructuras. Por otro lado, la lucha contra el cambio climático o la protección de los ecosistemas terrestres son las dos asignaturas pendientes de la mayor parte de los países europeos.

Bulgaria y Rumanía cierran el ranking europeo, siguiendo con la tendencia invisible que enmarca a los países del este de Europa en posiciones más bajas que los países más occidentales. Ambos países coinciden en el ODS menos cumplido: Innovación industrial, mientras que los países que encabezan el ranking cuentan con este objetivo como el más cumplido.

El camino para llegar al Hambre 0 sigue siendo un sendero por descubrir para muchos de los países que encabezan la lista: Alemania, Finlandia y Francia aún tienen este ODS, el número 2, como uno de los menos desarrollados, en cambio, en Europa cabe destacar la gran evolución y metas logradas en el Objetivo “Innovación industrial”. De hecho, la mayoría de los Objetivos con más metas logradas en Europa no son de ámbito social sino industrial y técnico. No hay ningún país en el que destaquen los avances respecto al Objetivo número 5, el que trata de lograr progresos en temática de Igualdad de Género. De hecho, es uno de los menos cumplidos, y, en el caso de Grecia, el que menos.

Aún así, Europa es de los continentes más vanguardistas sosteniblemente hablando. Los recursos sociales y económicos son mayores que en otros puntos del planeta, y en la mayoría de espacios las necesidades vitales ya están cubiertas, por lo que focalizarse en la sostenibilidad es mucho más sencillo. Además, contar con una institución supranacional como la Unión Europea es un recurso de mucha ayuda: se coordinan tácticas, se invierte en fondos de sostenibilidad y se encuentran espacios de cooperación.

Los ODS en España

España se sitúa en en la posición número 20, relativamente a la cabeza pero por debajo de la mayoría de medias europeas y de otros países como Japón. En la economía española predomina desde hace años el sector terciario, especialmente basado en el turismo, que tiene un gran peso en el PIB del país. El extenso territorio que abarca España, y la gran diversidad entre paisajes, industrias o culturas dentro de las fronteras españolas, tiene un impacto en la importancia de cada uno de los ODS en el territorio.

Algunos ejemplos son el caso de la comunidad de Galicia, que destaca en el cumplimiento de la protección de los sistemas marinos y la vida submarina, o el del País Vasco, que cumple la mayoría de objetivos, pero tiene una media inferior en la meta de las energías renovables. Esto se debe a las grandes tradiciones mineras del territorio, entre otras causas. A través del mapa se puede observar también la diferencia entre comunidades en el cumplimiento de los ODS, y como en la tendencia general es que las comunidades autónomas que están más al norte cumplen un mayor número de las metas que las que se sitúan al sur. Mientras el País Vasco o Navarra han conseguido acercarse al cumplimiento de la mayoría de objetivos, la comunidad de Andalucía o la de Murcia tienen una media mucho menor. 

A pesar del buen camino de algunas comunidades autónomas, España todavía no ha cumplido ningún objetivo completamente. Destaca el avance en el objetivo 3, Salud y Bienestar, o el 5 y 16, Igualdad de género y Paz, Justicia e Instituciones sólidas. Estas tres metas, a pesar de no haberse conseguido, sí que están en camino de hacerlo y no se encuentran actualmente en una situación especialmente crítica. España cuenta con la segunda esperanza de vida más elevada del planeta, así como con un sistema de salud público que ha servido de patrón para otros países. Por otro lado, el objetivo 13 por la Acción por el clima es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el país, y no muestra una tendencia de mejora. Cabe destacar que la Acción por el clima también se ve regulada por otros convenios internacionales, como es el Protocolo de Kyoto. Este objetivo, a pesar de ser de los que más tiempo ocupa en las agendas políticas tanto nacionales como internacionales, es uno de los que tienen una peor media de cumplimiento en la mayor parte de países.

La situación predominante en España es, por lo tanto, una inclinación positiva hacia el cumplimiento de algunos objetivos, sin que se haya una previsión inminente de que se cumpla ninguno de ellos. La “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” se firmó hace algo más de cinco años, y la comunidad internacional aún tiene un margen de nueve años para seguir cumpliendo objetivos.

En el año 2000 la Organización de las Naciones Unidas también celebró una cumbre para aprobar lo que se denominaron los Objetivos del Milenio. Estos incluían un total de ocho propósitos favorables al desarrollo humano que debían cumplirse antes del 2015. Aunque todos no se cumplieron sí que se hicieron avances en la lucha contra el clima o la investigación contra el SIDA/VIH. Los Objetivos del Milenio dieron paso e hicieron posible los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, a los que aún les queda camino por recorrer.

Aún y la gran variedad de proyectos globales focalizados al progreso de las sociedades, las tendencias mundiales muestran que los objetivos más cumplidos se alejan de aquello que concierne estrictamente a la dignidad de los seres humanos, como la Igualdad de Género y la Reducción de Desigualdades varias. Esto muestra que hoy en día, tanto en España, en Europa como a nivel global, el dardo de las agendas políticas se sigue enmarcando en la diana del progreso industrial y tecnológico. 

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