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(Vélez, Málaga, 1907 – Madrid, 1991)

 

Tras la publicación de su primer libro, Horizonte del liberalismo, en 1930, María Zambrano se integra en la vida intelectual de la España de la República y es frecuente colaboradora de las revistas más valiosas del momento, como Cruz y Raya o Revista de Occidente. Aunque al empezar la Guerra Civil se halla en Chile, en 1937 publica un testimonio elocuente de su vínculo con España y la causa republicana: Los intelectuales en el drama de España. Ese mismo año regresa para convertirse en firma habitual en la estupenda colección que es hoy la revista Hora de España, junto a otros de sus fundadores, como Rafael Dieste, Juan Gil-Albert, Arturo Serrano Plaja o Ramón Gaya.

 

Tras la derrota de la República, el exilio la lleva primero a París y después a diversos países hispanoamericanos, entre ellos Cuba, México y Puerto Rico. Reanuda en seguida su actividad intelectual publicando múltiples trabajos en revistas de exiliados españoles, como Romance o Las Españas, así como en Sur, Orígenes, La Torre o Asomante. Retoma entonces los temas que la habían ocupado antes de la guerra, como ese primer ensayo aparecido en Revista de Occidente en 1934 con el título «Hacia un saber sobre el alma» y que se convierte en un libro homónimo, aparecido en Buenos Aires en 1950, mientras que de 1955 es uno de sus libros más apreciados, El hombre y lo divino, aparecido en Fondo de Cultura Económica y reeditado en Madrid por Siruela en 1991.

 

Su obra de cariz filosófico —el despliegue a menudo intuitivo de una razón poética— se interesa sobre todo por las relaciones entre filosofía y poesía, y logra dar con una forma de ensayo muy personal, basada en un alto grado de abstracción y un evidente impulso lírico. Su traslado en 1953 a Roma y después a Ginebra convertirá a ambas ciudades en lugares de peregrinaje forzoso para jóvenes intelectuales españoles que le expresan de este modo su admiración y su respeto, como puede constatarse en tantas declaraciones de José Ángel Valente o alguna anotación del diario de Jaime Gil de Biedma (quien dedicaría a María Zambrano ese memorable poema titulado «Piazza del popolo» publicado en 1956 en Papeles de Son Armadans).

 

En España, la obra de María Zambrano empezó a ser conocida a partir de un libro que publicó Taurus en 1960, La España de Galdós, después reeditado y ampliado, y que tiene su origen en un ensayo de 1938 publicado en Hora de España. Más tarde aparecería España, sueño y verdad (1965) en otra colección esencial para las relaciones entre el exilio y los intelectuales españoles: «El Puente», de Edhasa. Entre sus ensayos posteriores cabe destacar el impacto de Claros del bosque, de 1977, o reediciones y libros importantes, como El pensamiento vivo de Séneca, sus memorias Delirio y Destino. Los veinte años de una española, escritas en los años cincuenta pero publicadas en 1989, o Senderos (1986) y La confesión (1994). La instalación de la escritora en Madrid desde 1984 estimuló un reconocimiento público que los avatares de la posguerra le regatearon, y que procuró subsanar el Premio Cervantes en 1988, además de las numerosas reediciones bien cuidadas de sus obras, como De la aurora, por Jesús Moreno Sanz, sus escritos sobre Cervantes, editados por Enrique Baena en 2005, o algún inédito, como un Unamuno (2003) cuidado por Mercedes Gómez Blesa, o la espléndida recuperación de sus artículos memorialísticos bajo el título Las palabras del regreso (2009) por la misma investigadora, mientras su vasto epistolario con otros autores, como José Lezama Lima, Alfonso Reyes o José Bergamín, ha ido apareciendo de manera dispersa. A punto de aparecer el volumen II de la Obras completas que dirige Jesús Moreno en Galaxia Gutenberg, se publicaron en 2011 y 2014 los volúmenes III y VI (que incluye escritos autobiográficos inéditos).

 

JG y DRdM

 

Hay numerosos libros colectivos sobre la autora, como María Zambrano o la metafísica recuperada, publicado por la Universidad de Málaga en 1982, o El pensamiento de María Zambrano (Zero, Madrid, 1983). Chantal Maillard le dedicó La creación por la metáfora (Anthropos, Barcelona, 1992) y Jesús Moreno Sanz, Encuentro sin fin. Con el camino del pensar de María Zambrano (Endymion, Madrid, 1995). Ha sido objeto de importantes encuentros, como los distintos congresos con publicación de actas que ha patrocinado su Fundación en Vélez-Málaga y publicados entre 2004 y 2005 u otros libros colectivos, como el preparado por Carmen Revilla, Claves de la razón poética: María Zambrano, un pensamiento en el orden del tiempo (Trotta, Madrid, 1998), Cristina Dobner, Dalla penombra toccata dall’allegria: María Zambrano, la donna «filosofo» (OCD, Roma, 2005) y Carmen Piñas Saura, En el espejo de la llama (Universidad de Murcia, 2004). Una completa monografía se debe a Mercedes Gómez Blesa, La razón mediadora. Filosofía y piedad en María Zambrano (Gran Via, Burgos, 2008).