La Universidad Pompeu Fabra, conjuntamente con la Fundació Antoni Tàpies, la Fundació Joan Miró y el Museu Picasso, organiza entre el 21 y el 24 de mayo unas jornadas sobre el arte y la espiritualidad en la obra de los tres artistas. Las actividades de Art i Espiritualitat. Jornades sobre l'art i l'espiritualitat en l’obra de Picasso, Tàpies i Miró se reparten entre el campus de la Ciutadella de la UPF y las sedes de las otras tres instituciones que colaboran en el proyecto. Todo ello se enmarca en la triple conmemoración, iniciada el año pasado y que acabará el próximo año, de efemérides de la vida de Picasso, Tàpies y Miró: en 2023 se celebró el 50º. aniversario de la muerte de Picasso y el 60º. de la apertura de su museo en Barcelona; este año se celebra el centenario del nacimiento de Antoni Tàpies, y en 2025 cumplirá 50 años de la inauguración de la Fundació Joan Miró.

Las jornadas se han inaugurado el 21 de mayo, por la tarde, en el campus de la Ciutadella, bajo la presidencia de Laia de Nadal, rectora de la UPF, que ha estado acompañada por la vicerrectora de Cultura y Comunicación, Raquel Bouso. El acto ha contado con la asistencia de autoridades de la Generalitat de Catalunya, encabezadas por Sònia Hernández, directora general del Patrimonio Cultural, y del Ayuntamiento de Barcelona, con Xavier Marcé, concejal de Cultura e Industrias Creativas.

También estuvieron presentes Marko Daniel, director de la Fundación Joan Miró; Anna Sauri, gerenta de la Fundació Antoni Tàpies, y Tonina Cerdà, jefa de programas públicos del Museu Picasso, en representación de las demás entidades organizadoras; Victoria Cirlot, catedrática de Filología Románica del Departamento de Humanidades de la UPF, y Manuel Guerrero, crítico, ensayista y comisario artístico, directores académicos de las jornadas, y Perejaume, artista y poeta, que ha hecho la clausura con una acción artístico-poética, en la que ha presentado su obra "Fer voltejar una creu" instalada en la Sala de Reflexión de Tàpies.

Durante los parlamentos de apertura de las jornadas, Laia de Nadal, rectora de la UPF, ha recordado el triple objetivo con el que se han organizado: "Transmitir conocimiento, compartir la cultura que tenemos en la Universidad, tanto entre los miembros de la comunidad universitaria como a la sociedad, y fomentar la creación cultural".

Raquel Bouso, vicerrectora de Cultura y Comunicación de la UPF, ha incidido en el propósito del encuentro: "Estas jornadas nos invitan a detenernos y contemplar, y a explorar, a lo largo de cuatro días, el vínculo entre arte y espiritualidad."

Xavier Marcé, concejal de Cultura e Industrias Creatives del Ayuntamiento de Barcelona, después de afirmar que "es muy evidente la relación de Tàpies con la espiritualidad", ha asegurado que las jornadas son muy oportunas, ya que "nos encontramos en el epicentro de tres años en los que se celebran efemérides de Tàpies, Miró y Picasso".

Sònia Hernández, directora de Patrimonio Cultural de la Generalitat de Catalunya, ha reivindicado que "el acceso a la cultura es un derecho, y dar a conocer el patrimonio cultural y hacerlo accesible a la ciudadanía es un deber del gobierno. En este sentido, la Sala de Reflexión de Tàpies es una obra única y singular para nuestra cultura."

Por último, han intervenido los dos directores académicos de las jornadas, Manuel Guerrero y Victoria Cirlot, que han remarcado, respectivamente, el carácter interdisciplinario del evento y el hecho de que la UPF es una universidad privilegiada por el hecho de tener la Sala de Reflexión ideada por Tàpies , un espacio que ha ido "restaurando" su función a lo largo de los años.

El objetivo de las jornadas es explorar la vertiente espiritual de la obra de los tres artistas, Tàpies, Picasso y Miró, a través de la participación en diversas conferencias e intervenciones de expertos del mundo del arte, así como de teólogos, arquitectos y lingüistas, que han podido profundizar en la espiritualidad de sus creaciones artísticas. El programa está coordinado por el Departamento de Humanidades de la UPF y la Fundación UPF, con el apoyo del Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya.

Ponencias, música e instalación de Perejaume en la Sala de Reflexión

La inauguración de las jornadas en el campus de la Ciutadella de la UPF ha incluido tres ponencias en torno a la figura de Antoni Tàpies. Han ido a cargo de Emily Braun, profesora de historia del arte en el Hunter College y en la City University de Nueva York, bajo el título “Contemplating the Wall. Tàpies in the United States. 1953-1978”; Xavier Melloni, teólogo, jesuita y doctor en teología, con “El silenci, un bé necessari”, y finalmente, el arquitecto Jordi Garcés, que ha hablado sobre “El projecte arquitectònic de la sala de meditació d'Antoni Tàpies”. El programa se ha completado con el concierto “Tàpies y la música”, con la pieza Four6, de John Cage, que ha sido interpretada por los alumnos de la ESMUC Andrea Pérez, Celia Juan, Irimia Menchero y Carlos Isla, bajo la dirección de David Albet. 

La clausura ha consistido en una acción artístico-poética a cargo de Perejaume, que ha mostrado su obra Fer voltejar una creu, instalada en la Sala de Reflexión de Tàpies, y que permanecerá abierta al público durante un mes, hasta el 21 de junio .

Se trata de un fragmento de un brazo de una cruz (concretamente, de la segunda) que se levantó y tumbó varias veces en Pedracastell de Canet de Mar, y que se conserva en el museo Domènech i Muntaner de esta localidad.

Está situado en el espacio de la Sala de Reflexión de la UPF en la misma posición que ocuparía si existiera la cruz original, y la pieza corresponde a uno de los lóbulos medio del brazo de la cruz. “El fragmento se expone sostenido por cuatro puntales estampidos en las paredes, en el techo y en la viga que atraviesa la capilla y ante la gran campana de la pintura de Antoni Tàpies”, explica Perejaume.

En 1901 se erigió sobre el Turó de Pedracastell una cruz de 121 metros de altura (9 de la cruz y 3 del basamento) hecha con piedra de Montjuïc y diseñada por el arquitecto Lluís Domènech i Muntaner. El 26 de diciembre de 1926 un temporal de nieve y viento la derribó. Un año después, se erigió una segunda cruz idéntica pero más reforzada. El 24 de julio de 1936, la segunda cruz fue dinamitada por los milicianos revolucionarios. En los años 40, se plantó una tercera cruz de madera, que fue sustituida en 1953 por la cruz de hormigón actual, mucho más alta y dura, obra del arquitecto Puig Boada.

"Todo es un juego sobre esta cruz que tumba y que gira, en lo alto de la montaña, que no para de caer, y levantarse, caer y levantarse, y parece que haga este gesto de campaneo, como si tuviera que sonar esta cruz, como si girara como una campana en lo alto de una colina, y ahí está este juego que plantea la instalación", ha afirmado Perejaume. 

Para el artista la obra plantea el simbolismo de “la cruz como un árbol baldío, que es una concepción cristiana de la naturaleza, y por contraste, estas cruces, que en el caso de la de Domènech y Muntaner, copia una cruz gótica. Entonces vuelve a reproducir toda la botánica de aquellas cruces góticas, con la parte ornamental y floral que tienen, con hojas, capullos, flores... Vuelve a ser una piedra con figuración botánica, y la cruz cristiana es un elemento botánico, hecha de leña, con figuración baldía."

Actividades en la Fundació Antoni Tàpies, en la Fundació Joan Miró y en el Museu Picasso

La segunda jornada de conferencias, el miércoles 22 de mayo, concentrará los actos en la Fundació Antoni Tàpies, con la participación de la estudiosa del arte Martine Heredia, el poeta y ensayista Alfonso Alegre y la artista Susy Gómez. También tendrá lugar una conversación entre el artista y escritor Antoni Llena y el director de las jornadas, Manuel Guerrero, y se presentará el número especial de la revista Engramma, dedicado a Antoni Tàpies.

Para Imma Prieto, directora de la Fundació Antoni Tàpies, “Hablar de Antoni Tàpies y de la espiritualidad es hablar de una actitud ante la vida y de una forma de interpretar el mundo, de entender en qué tiempo y espacio vivimos. Así es como la obra y el pensamiento del artista afronta una espiritualidad que encarna en un humanismo. De hecho, cuando hablamos de la relación entre Antoni Tàpies y el budismo zen, un tema que se ha tratado mucho y sobre el que ahora tenemos una fantástica exposición en la Fundació Antoni Tàpies, es importante subrayar que el autor no se acercó a esta disciplina desde la mimesis, sino que lo hizo desde la actitud, teniendo en cuenta la visión que muchos de los monjes budistas adoptaron hacia la sociedad de su momento y con la intención de transformarla. Por tanto, Tàpies se acerca al zen entendiéndolo como una oportunidad para cambiar el mundo en el que vivimos. Es ésta una práctica de la espiritualidad que une cielo y tierra, y esto se percibe perfectamente al contemplar sus composiciones matéricas o cuando incorpora a su obra algunos símbolos, los mínimos, que nos acercan a un espacio de trascendencia desde la práctica artística."

El jueves 23 de mayo la Fundació Joan Miró será la protagonista. En su sede se abordará la relación de Miró con la música, con diferentes interpretaciones musicales a cargo de alumnos de ESMUC, bajo la dirección de David Albet. También se tratarán otros aspectos de la vinculación del artista catalán con la espiritualidad, con ponencias de Maria Josep Balsach, directora de la Cátedra de Arte y Cultura Contemporáneos de la Universidad de Girona, y la comisaria y crítica de arte Mery Cuesta. Cerrará la jornada una acción artística a cargo del artista Fito Conesa.

Para Marko Daniel, director de la Fundación Joan Miró, “La espiritualidad de Miró tiene mucho que ver con su voluntad de trascender, de ir más allá de la pintura y de un anonimato que le permite desmarcarse del individualismo y buscar la universalidad. Algunos factores externos, como el viaje a Japón en 1966 o la construcción de su taller grande y luminoso en Palma de Mallorca, contribuyen a la consecución de un determinado espíritu que se traduce en obras de gran formato: en el tríptico Pintura sobre fons blanc per a la cel·la d’un solitari (1968), Miró se enfrenta al vacío, uno de los conceptos clave del budismo zen y que el artista se hace suyo. El espacio de la tela se llena sólo con una línea tenue, dibujo y poesía a la vez, que llenan el vacío de significado. John Cage decía que se necesitan muchos años de silencio para poder escuchar su sonido. Miró necesita algunos años y muchos zigzags para pintar el vacío como plenitud absoluta.”

Por último, el viernes 24 de mayo el Museo Picasso acogerá las conferencias “Juan Eduardo Cirlot, estudiós de Picasso, Miró i Tàpies”, a cargo del arquitecto y profesor de historia del arte Enric Granell, y “La imagen de la muerte en la obra plástica de Picasso”, a cargo de Pedro Azara, profesor de estética en la UPC-ETSAB.

Para el director del Museo Picasso, Emmanuel Guigon, "Tanto Picasso como su obra se caracterizan por su personalidad vital y artística, que acaba definiendo su genialidad. Sin embargo, su maestría también se encuentra en la capacidad que tenía de incidir en el alma humana observando las estampas más o menos cotidianas de su alrededor.  La espiritualidad de la obra de Picasso se puede encontrar en la capacidad de representar emociones desconcertantes y es capaz de evocar la soledad y la fragilidad de sus modelos y como válvula de escape de sus tristezas y pérdidas. nos dará a conocer, seguro, facetas poco conocidas de los tres”.

Por último, cerrarán la jornada y la semana de eventos los directores de las jornadas, Victoria Cirlot y Manuel Guerrero, junto con Emmanuel Guigon.

>Álbum de fotos de la inauguración de les jornadas