La banda més postmoderna de la nostra activitat acadèmica: opinions dels estudiants del Màster sobre estrenes recents.

CARTELLERA

CARTELLERA

'Los Hongos' (Óscar Ruiz Navia, 2014): "Sin amor no hay dolor"

Carlos Martínez-Peñalver Mas

Seres sedentarios y despreocupados, conscientes de su incapacidad para modificar un entorno en el que les ha tocado vivir, pero que no sienten suyo; su única inquietud: el grafiti.

Ras y Calvin pivotan en el caos de Cali (Colombia), una ciudad frenética que se presenta como el caldo de cultivo perfecto para que estos dos Hongos fluyan entre las diferentes tribus suburbanas, los estratos sociales y las relaciones intergeneracionales. 

El protagonismo compartido permite la explicación de una realidad colectiva a través de la relación intima de dos sujetos de diferente origen. Ras, recién inmigrado a la ciudad con su madre, que es despedido en los primeros minutos de la película de su trabajo de obrero por robar pintura; Calvin, un estudiante de Bellas Artes modélico, hijo de padres separados, cuya empresa es cuidar de su abuela enferma de cáncer. Sus caminos se ven cruzados por el arte urbano y más concretamente por un ambicioso proyecto coordinado por un colectivo de grafiteros en el que los jóvenes protagonistas tratarán de materializar el mensaje “Nunca volverán a silenciarnos”, extraído de un vídeo de Youtube de las revueltas de Egipto.

La conexión de Egipto con Cali recalca el papel del grafiti como arma de la revolución contra lo que los grafiteros definen como “Babilonia”, en otras palabras el control y el poder político. Es más, en ningún momento se dialoga “el grafiti”, sino que constantemente hablan de pintar, sacando a colación el poder de sublevación contra las clases dominantes de la expresión artística como su único propósito.

En una fina línea entre la ficción y el documental, y rodando en un arriesgado 35mm, Óscar Ruiz Navia esboza un mosaico de Cali caracterizado por su heterogeneidad social, y los Hongos (Ras y Calvin) nos guían para enseñarnos el entramado de la ciudad, las diferentes identidades de los jóvenes y sus manifestaciones, los grupos afros, las comunidades religiosas, y la agitación política provocada por el advenimiento de las elecciones. Si nos centramos en el nicho familiar de cada uno de los protagonistas llegamos a nuevas esferas sociales.

Una preocupada madre de Ras que trata que su hijo adquiera una posición segura en Cali, insistiéndole en que acuda al acto de campaña de Albarracín (un político ficticio), para que le consiga un trabajo. ¿Está la madre realmente interesada en el programa de este político? Seguramente no, pero busca la protección de su hijo. 

La relación de Calvin con su abuela se muestra de lo más entrañable, en cómo le masajea la cabeza para evitar que se rasque, cómo le hace ver que todo va bien, un conjunto de gestos que muestran a Calvin como un adolescente extraordinariamente responsable. La explicación de este refinamiento del personaje viene dada cuando conocemos al padre de Calvin, el prototipo de padre despreocupado, que, a pesar de querer a su hijo, no sabe cuidarlo más que dándole dinero. La carencia de la figura materna (en ningún momento de la película se la menciona) y una figura paterna inválida convierten a Calvin en un superviviente nato.

Y es en este cambio generacional en donde vemos que los objetivos son totalmente diferentes: los emigrados y los acomodados ansían la persistencia en el tiempo, mientras que los hijos de Cali ya no confían en esto. Esto es lo que une ideológicamente a Calvin y Ras, la desconfianza en el advenimiento de una sociedad segura.

Los actores muestran toda su naturalidad con un estilo marcado por la improvisación, algo que juega muy a favor teniendo en cuenta que se trata de actores no profesionales. La crítica política se ejecuta de forma pasiva, el film no verbaliza las injusticias sociales para denunciarlas, sino que Calvin y Ras nos lo muestran en camino desde el planteamiento de su grafiti hasta su materialización y postreflexión. Situaciones que hacen hincapié en una sociedad totalmente diferente a la que habían pensado sus padres, la profunda modificación del concepto de pareja con Dominique (la novia de Calvin), el cambio en la forma de expresarse con el enorme abanico de manifestaciones artísticas materializadas en el muro del proyecto grafitero, las fiestas electropunk antisistema que condensan toda la cultura de alcantarilla en un mismo reducto... Una constante lucha sin armas contra un sistema impuesto y que finalmente destapa una añoranza por un pasado idealizado, un pasado primitivo en el que la lógica de la supervivencia de un pueblo estaba por encima del interés capitalista.

Y así Calvin y Ras buscan su lugar, sin idealizarlo porque no lo conocen, pero actuando en contra del espacio al que no pertenecen, una búsqueda calmada en la que las emociones no desvirtúan su objetivo, una búsqueda drásticamente nueva.