El pasado 17 de noviembre tuvo lugar el 4º Simposio del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud (DCEXS) en el Parque de Investigación Biomédica (PRBB). Se trata de una de las actividades enmarcadas en el 25º aniversario de la Universidad Pompeu Fabra y fue promocionada por la empresa farmacéutica Novartis.

Este año el simposio se ha centrado en las estrategias in silico más innovadoras para la investigación biomédica. En su bienvenida, el director del departamento, Arcadi Navarro, comentó la necesidad de innovar las técnicas de investigación que requiere la biología para evolucionar. Así pues, no es de extrañar que la bioinformática haya surgido a raíz de los grandes descubrimientos en biología molecular sucedidos durante las últimas décadas. Además, Jorge Cuneo, director médico de Novartis y mecenas del 25º aniversario de la UPF, señaló la comprensión total de los procesos patológicos y las necesidades de los pacientes como motor de los avances en farmacia, y destacó las facilidades que las estrategias de investigación in silico aportan en la búsqueda de nuevos fármacos.

Ferran Sanz, director del Programa de Investigación en Bioinformática (GRIB) del DCEXS y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), introdujo el estado actual del departamento entrando en detalle en la investigación del GRIB, el programa protagonista y organizador del simposio 2015.

Técnicas con un amplio rango de utilidades

Expertos internacionales trataron temas muy diversos durante esta jornada, en la que el punto en común fue el uso de técnicas computacionales para avanzar en la investigación. Caroline Gubser Keller, líder del grupo de Biología Computacional en el Instituto de Investigación Biomédica de Novartis, presentó los resultados obtenidos por su investigación en la terapia contra la atrofia muscular espinal, una enfermedad hereditaria que actualmente supone la causa genética de mortalidad infantil más común. Mediante herramientas computacionales, el grupo de Gubser ha dado con un fármaco con un índice de toxicidad muy bajo y con un efecto de larga duración: es efectivo con una sola dosis a la semana. Por el momento se encuentra aún en ensayo, pero en animales ha mostrado resultados muy positivos: ratones que tenían una esperanza de vida de 16 semanas continúan vivos tras 2 años de tratamiento.

El líder del grupo de investigación en Farmacoinformática de la Universidad de Viena (Austria), Gerhard F. Ecker, también dirigió su charla hacia la investigación clínica con la presentación de nuevos caminos que seguir en la solución a los problemas de resistencia a fármacos en cáncer. Ecker confía en las nuevas herramientas computacionales para superar este tipo de barreras y considera que “las limitaciones no están en nuestros ordenadores, sino en nuestras mentes”. Alfonso Valencia, director del Programa de Biología Estructural y Biocomputación del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), y Mihaela Zavolan, líder del grupo de investigación sobre el papel del ARN en la regulación de la expresión génica de la Universidad de Basilea (Suiza) presentaron investigaciones centradas en la regulación de la expresión de los genes.

La importancia de las estrategias in silico en la industria farmacéutica

La investigadora principal del laboratorio de Biología Estructural Asistida por Ordenador y Descubrimiento de Fármacos de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai de Nueva York (Estados Unidos), Marta Filizola, presentó los problemas de los llamados receptores acoplados a proteínas G (GPCR), unas estructuras muy comunes en las células y que son muy importantes en la regulación de procesos cruciales como el desarrollo o la homeostasia de nuestro organismo. Actualmente, más del 40% de los fármacos van dirigidos a algún tipo de GPCR. Al presentar los problemas más comunes a la hora de buscar un fármaco que se una a estos receptores, Filizola ensalzó el uso de métodos alternativos para investigar los GPCRs, centrándose en la metadinámica, una técnica utilizada en la biología computacional para mejorar la obtención de muestras de un sistema.

El toque menos molecular de la jornada vino a cargo de Bart Vannieuwenhuyse, investigador en la empresa farmacéutica de Johnson & Johsnon, Janssen, que comentó la importancia de la llamada real world data, el conjunto de datos médicos que no provienen de ensayos clínicos. Esta real world data supone, en muchos casos, la colaboración por parte de los pacientes que “actualmente esperan de forma pasiva una respuesta médica cuando quizás ya es hora de tratar a los pacientes como colaboradores”, comenta Vannieuwenhuyse.

Para cerrar el simposio, el jefe del departamento de Genómica Computacional del Centro de Investigación Príncipe Felipe, Joaquín Dopazo, ofreció una clase magistral titulada “Ahondando en miles de variantes para encontrar genes de enfermedades en trastornos mendelianos y complejos”, de aire más general y con una interacción constante con los asistentes.

Además de las conferencias, durante el simposio tuvo lugar un concurso de pósteres científicos que ganó el ejemplar “El splicing alternativo como motor del cáncer”, presentado por Babita Singh, investigadora en el grupo de Genómica Computacional del GRIB.

Este es el cuarto año consecutivo que se celebra el simposio anual del DCEXS. Esta iniciativa busca presentar los programas de investigación del departamento y promover la educación de los jóvenes científicos, así como proporcionar un sitio en el que los investigadores puedan comentar y debatir sus últimos resultados.

Podéis encontrar todas las imágenes del 4º Simposio del DCEXS en el flickr de la UPF: