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Trolear: otra forma de provocación en las redes sociales

El neologismo de agosto de 2017
15.08.2017

 

Autoría: Sabela Fernández (Nodo de Valparaíso, Chile)

Todo aquel que use habitualmente las redes sociales se habrá encontrado con gente que emite comentarios provocativos u ofensivos con el único fin de molestar, llamar la atención o desequilibrar una conversación constructiva entre un grupo de usuarios. Con intervenciones que van desde reflexiones irreverentes hasta descalificaciones e insultos, el objetivo de estos comentarios es desencadenar una cadena de respuestas por parte de los demás lectores y enrarecer el ambiente de diálogo virtual. Esta práctica, que se ha vuelto muy común en las comunidades virtuales, se conoce como trolear. Las personas que trolean pueden ser seres anónimos con escaso impacto en las redes, habituales que viven por y para criticar a determinados personajes o temáticas, o verdaderos ejércitos de usuarios (reales o robots) que llevan a cabo campañas de desinformación con el objetivo de deslegitimar a individuos, grupos o incluso gobiernos. En las comunidades virtuales, protegidos por la ausencia de contacto físico, nadie se escapa de trolear o de ser troleado en algún momento, tal y como se observa en textos de prensa recogidos por las Antenas Neológicas:

  • Piqué trolea en Twitter a su compañero Mascherano. [El País, España, 23/01/2016]
  • Tuiteros trollean a abogados de Bolivia por parecido con Daniel Matamala y Maggie Smith [The Clinic, Chile, 13/05/2015]
  • Trolean a retail por hacer esta promesa [Correo, Perú, 27/06/2015]
  • Según explica una persona que reconoce haber trolleado y que prefiere ser citado como Elvis (29), "se trata de gente que sólo quiere que la pesquen. Es como querer ser un superhéroe anónimo, pero defendiendo puras tonteras". [El Mercurio, Chile, 4/07/2010]

El verbo trolear, también escrito como trollear, es un neologismo formado por sufijación a partir de la base trol/troll, que también es neológica. Esta fue incorporada al español a través del inglés para designar a la persona que postea comentarios ofensivos en internet. El sufijo –ear, que forma verbos de la primera conjugación, es uno de los sufijos más productivos hoy en día en español para la formación verbal, ya que se adjunta a bases nominales de distinta naturaleza, como nombres comunes (bicicletear, cartonear), nombres propios (barcelonear, googlear) o préstamos (attachear, bannear), así como también a bases adjetivales (bacanear). En el uso conviven la forma trolear, adaptada a la ortografía española, con la forma trollear, que mantiene la grafía inglesa, y de momento no parece haber una preferencia por ninguna de las dos grafías. A pesar de esta vacilación ortográfica, el neologismo parece estar bien asentado en la lengua española, lo cual se manifiesta en la generación de formas derivadas como troleo/trolleo, troleada/trolleada, troleado o troleante, la mayoría recogidas por las Antenas Neológicas en las distintas variedades del español:

  • Duras críticas y troleo a la esposa de Ollanta Humala por apoyo a despenalización del aborto. [Perú 21, Perú, 07/01/2016]
  • Aunque en este caso parece que la autoría ha sido compartida, los usuarios de Forocoches han sido artífices anteriormente de otras troleadas épicas. [El País, España, 3/10/2016]
  • Escucha el trolleado nuevo himno de Amplitud. [The Clinic, Chile, 13/05/2015]  

La voz inglesa troll, registrada en los diccionarios (Cambridge Online Dictionary, Merriam Webster), designa tanto la persona, como la acción, o el mensaje posteado en internet con fines polémicos. Se originó por extensión semántica a partir de la acepción de trolling que significa ‘pescar con curricán’, un arte de pesca en que se emplea un cebo atado a un anzuelo que se larga por la popa del barco. Tal y como se explica en el sitio de la Fundéu, del arte de pesca se derivó el significado de ‘servir como señuelo para atraer la atención de alguien’ y, de ahí, empezó a usarse para designar a la persona que genera polémica para provocar reacciones molestas en los usuarios de redes sociales.

Sin embargo, la existencia en español de la palabra trol con el significado de ‘monstruo maligno que habita en bosques o grutas’ (Diccionario de la lengua española) ha extendido la creencia popular de que trolear es actuar como estos seres mitológicos que eran perversos y cometían fechorías contra los humanos, comportamiento que, curiosamente, podría asimilarse al de las personas que trolean por internet. Por ello, en la resemantización de la palabra trol podríamos estar ante un caso de etimología popular, ya que se ha establecido una relación causal entre el nuevo significado y el antiguo que no es exacta desde el punto de vista del origen etimológico. En el siguiente fragmento de un artículo periodístico se ilustra esta confusión, pues el periodista establece una analogía entre el comportamiento de los troles de las cavernas y de los que ‘habitan’ internet:

  • Son los troles, bautizados a partir de esos feos seres habitantes de las cavernas, en parte porque los asociamos con la idea de alguien aislado en la oscuridad de su habitación, con carácter maligno y que disfruta destrozándolo todo a su paso con la cachiporra de su mala baba. [El Confidencial, España, 8/02/2017]

Dada la rapidez con la que surgen las nuevas formas de interacción social en la red, todavía no están bien delimitadas las diversas maneras de trolear, sus protagonistas o sus consecuencias sociales, pero lo que está claro es que se ha convertido en una práctica habitual que no tiene visos de desaparecer. Del mismo modo, la unidad trolear se ha integrado rápidamente en el vocabulario del español, llegando incluso a transcender las redes sociales y emplearse para designar cualquier acto de provocación tanto dentro como fuera de internet. Por lo tanto, debemos permanecer atentos a la evolución de este neologismo y recomendar su pronta inclusión en los diccionarios, pues parece que ha llegado para quedarse.

Fuente: Kubipet

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