Atrás Joan Benach: "Una sociedad que no cuida la salud y el bienestar de todos sus ciudadanos es una sociedad enferma"

Joan Benach: "Una sociedad que no cuida la salud y el bienestar de todos sus ciudadanos es una sociedad enferma"

Es director del Grupo de Investigación en Desigualdades en Salud-Employment Conditions Network del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF y codirector científico del libro Como comercian con tu salud, publicado por Icaria editorial en septiembre de 2014.
29.01.2015

 

Joan Benach, en la terraza del Parque de Investigación UPF Joan Benach es director del Grupo de Investigación en Desigualdades en Salud-Employment Conditions Network (GREDS-EMCONET) del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF y codirector científico, junto a Gemma Tarafa, del libro Como comercian con tu salud , publicado por Icaria editorial en septiembre de 2014.

- La presentación de la colección del libro dice "Malos tiempos en que hay que explicar lo evidente ...". ¿Como ahora qué?

Hace referencia a una cuestión de gran relevancia: la visión o ideología dominante, a menudo conservadora, hace invisible o disfraza temas sociales cruciales. La investigación debe ayudar a mostrar y a entender fenómenos aparentemente sencillos. Por ejemplo, al medir la precariedad laboral en Cataluña casi siempre se utiliza el porcentaje de contratos temporales (18%), un enfoque que subestima la realidad ya que nuestros propios estudios muestran como la precariedad es más del doble, y aún más en España. La peor situación la sufren mujeres, jóvenes, inmigrantes y trabajadoras, con un fuerte impacto negativo sobre su salud.

- ¿Cómo comercian con nuestra salud?

Haces referencia al último libro que hemos publicado (Icaria, 2014). Es una síntesis donde explicamos lo que decimos en el subtítulo, la "Privatización y mercantilización de la sanidad en Cataluña". Revisamos conceptos de salud pública como los determinantes sociales de la salud y la equidad; comparamos los sistemas público y privado mostrando que los primeros son mejores en la cobertura, la calidad y la eficiencia; contextualizamos históricamente el sistema sanitario catalán, mostrando la estructura y funciones, y las tendencias privatizadoras y mercantilizadoras de un sistema demasiado hospitalocentrista y medicalizado; explicamos las causas de un proceso donde la reducción de recursos aprovecha para debilitar el sistema sanitario público y hacer de la sanidad un negocio en lugar de un derecho. Finalmente, revisamos parte de los debates y acciones sociales de los que luchan en defensa de un sistema sanitario realmente público, humano, equitativo y participativo.

"La peor situación la sufren mujeres, jóvenes, inmigrantes y trabajadoras, con un fuerte impacto negativo sobre su salud"

- ¿Cuál ha sido el efecto de la crisis en el sistema sanitario catalán?

Portada del llibre "Com comercien amb la teva salut" La recesión económica ha creado un escenario propicio para las ideologías neoliberales a favor de una sanidad mercantilizada que transfiere recursos del sector público al privado. La promoción de la sanidad privada empobrece el sistema público. No olvidemos que la sanidad puede ser un negocio enorme para grandes grupos económicos ligados a la industria farmacéutica, la sanidad y la tecnología. ¿Cómo se quiere sacar beneficio? Con "puertas giratorias", favores, pagos y adjudicaciones irregulares, tal y como muestran numerosos trabajos periodísticos; con recortes presupuestarios del sistema público, el 14% desde 2010, y reducción de infraestructuras y recursos humanos.

Estos recortes afectan mucho más al sector público y no a entidades privadas con ánimo de lucro que mantienen o mejoran su situación. Con estrategias legales, mediáticas y de gestión que debilitan el sistema público. Un ejemplo son reformas legales como la "Ley Ómnibus", que potencia la subcontratación, permitiendo que entidades o empresas privadas gestionen o hagan uso de los espacios públicos.

- Por lo tanto, ¿se puede afirmar que la salud de la población catalana está bajando de forma desigual, en función de su nivel de renta?

La sanidad mercantilizada es injusta, rompe el concepto de ciudadanía y solidaridad social, y abre paso al clasismo, la discriminación y la desigualdad. Lastimosamente no disponemos de los datos, sistemas de información y análisis para conocer bien la realidad, pero sabemos que los recortes tienen efectos serios sobre la salud y las desigualdades. El debilitamiento del acceso y de la calidad del sistema sanitario se traduce en cerrar CAPs, urgencias y quirófanos, aumentar listas de espera, hacer expedientes de regulación de empleo en los hospitales, reducir el número de profesionales sanitarios y empeorar sus condiciones de trabajo. En Cataluña en los últimos años 77 mil personas han dejado de estar aseguradas, mientras que la población catalana ha aumentado en 40 mil individuos. Por otro lado, la recesión económica produce muchos resultados sociales y laborales asociados con más pobreza, problemas de vivienda, inseguridad alimentaria, y exclusión social, que dañan la salud, y en especial la de los más débiles.

"La sanidad mercantilizada es injusta, rompe el concepto de ciudadanía y solidaridad social, y abre paso al clasismo, la discriminación y la desigualdad"

- A menudo se habla de la privatización como herramienta para mejorar la eficiencia del servicio público.

Hay un discurso muy ideológico que señala que la privatización de la gestión o la externalización de servicios significa que así se mejorará la eficiencia de los servicios públicos. No hay duda de que hay que mejorar los servicios públicos. Por ejemplo, mejorando la asistencia primaria, controlando el abuso de las intervenciones tecnológicas, o reduciendo el gasto farmacéutico. Ahora bien, lo que no se debe hacer es debilitar el sistema público dando más fuerza a un sistema sanitario que por definición busca el lucro. La literatura científica muestra como los hospitales públicos presentan mejores resultados que los privados siempre que dispongan de una financiación adecuada. En Cataluña un informe analizó las diferencias en calidad asistencial de la atención primaria según proveedor sugiriendo los peores resultados en la actividad asistencial del personal de enfermería de los centros con ánimo de lucro. Así pues, la privatización y la mercantilización sanitarias no sólo ponen en peligro el acceso a la asistencia de salud, sino que también comprometen el principio esencial de equidad.

- Y medidas como el copago, ¿qué valoración hace?

Aunque a algunos les pueda parecer lógico ponerlos en marcha, los copagos de servicios sanitarios públicos ayudan a la mercantilización del sistema y son ineficaces, injustos e inequitativos. No contienen los costes sanitarios, no contribuyen a la sostenibilidad del sistema sanitario y no aumentan la eficiencia pero, en cambio, generan problemas e incrementan la inequidad. Los copagos reducen el uso de servicios sanitarios, tanto los que son efectivos como los no efectivos, ya sean visitas médicas, prescripciones farmacéuticas, hospitalizaciones o servicios preventivos. Por otro lado, responsabilizan a los enfermos de su consumo sanitario en lugar de hacerlo sobre los políticos que tienen la responsabilidad y los poderes económicos que promueven el consumo. Finalmente, los copagos hacen un "ruido" que a menudo tapa o minimiza temas sanitarios fundamentales como la subfinanciación de la sanidad pública, sobre todo la atención primaria, la falta de eficiencia del sistema, o la mercantilización y privatización de la sanidad.

"La literatura científica muestra como los hospitales públicos presentan mejores resultados que los privados siempre que dispongan de una financiación adecuada"

¿Qué soluciones habría que adoptar para mejorar la eficacia y la eficiencia del sistema?

El sistema sanitario catalán a menudo se describe de forma complaciente y acrítica, sin comentar los problemas de salud y desigualdad. No se puede anteponer los intereses económicos o lucrativos al bienestar y la salud de la población. Una sociedad que no cuida la salud y el bienestar de todos sus ciudadanos es una sociedad enferma. Pero es posible ir hacia un sistema diferente donde la salud sea un derecho y no un privilegio de los que puedan pagar, ya sea la atención general, la odontología o los servicios de salud mental. Es posible lograr un sistema sanitario con un uso más controlado de tecnologías y fármacos que generan enfermedad y muertes innecesarias, y donde el acento se ponga en el ser humano, la calidad y la equidad. Toda la experiencia histórica nos dice que esto solo se puede conseguir con sistemas realmente públicos en su gestión y su financiación, y que a la vez potencien al máximo la participación social.

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