Atrás El coste de la vida y las comparativas territoriales. Jaume Garcia Villar

El coste de la vida y las comparativas territoriales. Jaume Garcia Villar

Jaume Garcia Villar, catedrático del Departamento de Economía y Empresa de la UPF
17.03.2021

 

Muy probablemente hay un consenso total en afirmar que el coste de la vida varía en el territorio de manera significativa. Basta con mirar los datos publicados por Eurostat de las paridades de poder adquisitivo, es decir lo que cuesta comprar una misma cesta de la compra, en los diferentes países de la Unión Europea para constatar este hecho.

Por ejemplo, el coste de la vida en España es un 28% más alto que en la República Checa, y un 16% más bajo que en Bélgica. Desgraciadamente, y a pesar de las recomendaciones del Parlamento Europeo y del Consejo (Reglamento 1145/2007), esta información sobre el coste de la vida no está disponible como estadística oficial a nivel regional o inferior.
 
En el estudio "El coste de la vida en las comunidades autònomes, áreas urbanas y ciudades de España", realizado conjuntamente con Alex Costa (Ayuntamiento de Barcelona), Vittorio Galletto (Instituto de Estudios Regionales y Metropolitana de Barcelona), Josep Lluís Raymond (Universidad Autónoma de Barcelona) y Daniel Sánchez (OCDE), abordamos la estimación de las paridades de poder adquisitivo para los ámbitos territoriales mencionados en el título del trabajo, sin que los resultados y las opiniones expresadas sean atribuibles a las instituciones a las que pertenecemos los autores. El estudio es la continuación de dos trabajos anteriores de los mismos autores: uno referido a las comunidades autónomas españolas y el otro en las regiones de los países de la OCDE.
 
Existe una diferencia significativa entre el coste de la vida en las diferentes comunidades autónomas españolas. Así, en el caso de Cataluña este coste está un 7,6% por encima de la media estatal, mientras que en Extremadura se sitúa un 13,6% por debajo de esta media.
 

El primer resultado que se desprende del estudio, referido al año 2017, es la corroboración de una evidencia estadística, ya apuntada en los trabajos anteriores, en el sentido de que existe una diferencia significativa entre el coste de la vida en las diferentes comunidades autónomas españolas. Así, en el caso de Cataluña este coste está un 7,6% por encima de la media estatal, mientras que en Extremadura se sitúa un 13,6% por debajo de esta media. Es decir, el coste de la vida es casi un 25% más alto en Cataluña que en Extremadura. Estas diferencias también se dan en ámbitos territoriales inferiores, como las áreas urbanas funcionales (concepto similar al de área metropolitana) o las ciudades centrales de estas áreas, en relación con la Comunidad Autónoma correspondiente. Así, el coste de la vida en el área funcional de Barcelona y en la ciudad de Barcelona son, respectivamente, un 5,6% y un 12,4% más altos que el de Cataluña. Esta relación de costes más altos en áreas urbanas funcionales y ciudades en relación a la comunidad autónoma se da de manera sistemática para todas las regiones.

El segundo resultado del estudio tiene que ver con las implicaciones del uso de estas paridades de poder adquisitivo en el análisis económico, en particular, en la comparativa territorial de diferentes macromagnitudes, como por ejemplo la renta familiar disponible per cápita o la tasa de pobreza. Así, Cataluña ocupa el tercer lugar en el ranking de comunidades autónomas por renta per cápita sin corregir por el coste de la vida, estando un 16,9% por encima de la media española. Si se tiene en cuenta el coste de la vida, Cataluña pasaría a ocupar el sexto lugar y estaría un 8,6% por encima de la media española. Si se hace la comparación con Extremadura, comunidad autónoma con la renta per cápita sin corregir más baja, este indicador de riqueza es un 57% más alto en Cataluña si no se tiene en cuenta el coste de la vida y un 26% cuando se hace esta corrección.
 
Cataluña ocupa el tercer lugar en el ranking de comunidades autónomas por renta per cápita sin corregir por el coste de la vida. Si se tiene en cuenta el coste de la vida, Cataluña pasaría a ocupar el sexto lugar.
 

En cuanto a la tasa de pobreza, definida como la proporción de población en hogares que tienen una renta disponible por unidad de consumo inferior al 60% de mediana de este indicador a nivel español, las cifras oficiales publicadas por el Instituto Nacional de Estadística sitúan esta tasa en el 13,9% en Cataluña y en el 31,5% al ​​Extremadura. Ahora bien, como son cifras de ingresos necesarios para un "cesta de la compra", habría que corregir esta mediana por el coste de la vida en cada comunidad autónoma. El resultado de este ejercicio sería que la tasa de pobreza en Cataluña y Extremadura pasarían de un 13.9% a un 15.8%, y de un 31.5% a un 21.4%, respectivamente. Es decir, una diferencia significativa respecto de los datos oficiales.

Estos ejemplos, sobre cómo la comparativa de diferentes macromagnitudes entre comunidades autónomas (o ámbitos territoriales inferiores) se ve afectada por la consideración de las diferencias en el coste de la vida entre territorios, ponen de manifiesto la necesidad de que el cálculo de las paridades de poder adquisitivo se convierta en una estadística oficial, propiciando que su estimación no sea a través de métodos indirectos como los empleados en este trabajo, sino haciendo uso de información de base sobre los precios de los bienes y servicios de una cesta de la compra. Mientras tanto, el uso de cualquier estimación mínimamente rigurosa de las paridades de poder adquisitivo es preferible a ninguna corrección a la hora de utilizar estas macromagnitudes para informar determinadas decisiones en materia de política económica y / o social.

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