El Plan de ahorro y eficiencia energética 2023-2024 de la UPF consiste en la implantación de una serie de acciones para reducir el consumo de energía, cuyo éxito depende en buena medida de la implicación, la corresponsabilidad y la sensibilización de toda la comunidad universitaria con respecto al aplicación de buenas prácticas en el uso de las instalaciones.

Aprobado por el Consejo de Gobierno de la Universidad en marzo del año pasado, el Plan está impulsado por la Gerencia, que firmó una instrucción en la que se concretan las acciones y recomendaciones establecidas. La preocupación y la apuesta por el ahorro y la contención del gasto energético han sido una constante de la Universidad desde su creación, lo que ha comportado al mismo tiempo una notable reducción de la huella del carbono de la institución.

El plan incluye una serie de actuaciones que requieren inversiones y otras que no lo hacen necesario, con las que prevé conseguir un ahorro de hasta el 9,6% del consumo anual total previsto

Parte importante de este éxito ha sido la iniciativa de la UPF de impulsar un grupo de compra en el seno de las universidades públicas catalanas, gestionado por el CSUC, que ha permitido obtener un origen 100% de energía renovable y mantener al mismo tiempo unos costes de la energía controlados. Pero la situación crítica del mercado energético el año pasado ha hecho que esta compra agregada no sea suficiente para mantener el gasto dentro de un margen razonable, y ha llevado a la Universidad a realizar una serie de inversiones, a reforzar las políticas de gestión eficiente de las instalaciones y en implantar todas aquellas medidas que puedan contribuir a la reducción del consumo de energía en los edificios de la UPF.

Diferentes actuaciones, con y sin necesidad de inversiones

El Plan de Ahorro y Eficiencia Energética 2023-2024 incluye una serie de actuaciones que requieren inversiones y otras que no lo hacen necesario, con las que prevé conseguir un ahorro de hasta el 9,6% del consumo anual total previsto.

El plan está dividido en tres apartados. En primer lugar, se describen las especificidades de las instalaciones que consumen energía (principalmente climatización y alumbrado), tanto en su arquitectura como en su modelo de gestión y contratación de los suministros. En segundo lugar, se presentan las actuaciones de ahorro energético que requieran inversiones. En tercer lugar, se exponen las actuaciones que no precisen inversiones. Por último, se detalla el conjunto de actuaciones descritas y sus responsables.

En el apartado de propuestas de ahorro de consumo y coste de energía que necesitan inversiones, el plan destaca diversas iniciativas: en el marco de una convocatoria de los Fondos Europeos Next Generation EU, dentro del Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (PIREP), la UPF presentó la candidatura del proyecto de instalación de clima del edificio del Dipòsit de les Aigües, que ha sido aprobada. Las obras se prevé que empiecen a mediados de 2024 y se acaben a finales de 2025.

Otras acciones previstas en este ámbito, que ya se están llevando a cabo, son la sustitución de luminarias convencionales por tecnología LED, la mejora de los envolventes de los edificios, o la aplicación de criterios energéticos en el diseño y la organización de los nuevos espacios y edificios.

En cuanto al apartado de propuestas de ahorro económico sin necesidad de inversión, éstas van encaminadas a optimizar el consumo energético mediante cambios en el comportamiento de los usuarios y la reducción del uso de determinados espacios.

Algunas de estas actuaciones se vinculan a la optimización de los hábitos de consumo energético. Por ejemplo, revisar las instalaciones de iluminación, para mejorar el rendimiento, en diferentes zonas; desconectar luminarias generales interiores; priorizar el trabajo con luz natural, cuando las condiciones ambientales lo permitan; pedir que los usuarios detengan la iluminación y el clima al salir de los espacios; controlar los termostatos, temperaturas y horarios de funcionamiento de las instalaciones energéticas, o ventilar y climatizar espacios con la apertura de ventanas.

También en este bloque destacan la optimización de la red dependiendo de DISTRICLIMA y del horario de funcionamiento de la climatización de los edificios; la priorización del alquiler de espacios de los campus en función del ahorro energético; la implementación de nuevas consignas de temperatura en los edificios con uso administrativo; la ampliación del cierre institucional de los edificios de la Universidad; la sectorialización y apertura de la biblioteca en función del aforo; y finalmente, llevar a cabo una campaña de sensibilización y participación en el ámbito del ahorro energético en cuanto a electricidad, gas y consumo de agua.

Medidas tan básicas y fáciles de tener en cuenta como hacer un uso responsable del agua en los lavabos, utilizar las escaleras en lugar del ascensor, evitar poner en marcha la calefacción y el aire acondicionado siempre que sea posible, hacer un uso racional de las impresoras o apagar las luces al salir pueden contribuir de forma notable al ahorro y la eficiencia energética.

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