Las escuelas tienen a su disposición a partir de hoy una nueva herramienta interactiva para evaluar las competencias en educación mediática de alumnos europeos de entre 14 y 18 años. EduMediatest, que está disponible en 10 lenguas diferentes, evalúa las capacidades de los alumnos en 7 ámbitos relaciones con la educación en comunicación y ofrece materiales didácticos para trabajar los déficits detectados.
El desarrollo de esta nueva herramienta ha estado liderada por el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), junto con cuatro reguladores audiovisuales europeos (Francia, Portugal, Croacia y Eslovaquia) y dos instituciones públicas en el ámbito educativo (Grecia e Irlanda).
El proyecto ha contado con la financiación del programa
Media Literacy for All de la Comisión Europea, que tiene entre sus objetivos combatir la desinformación y gestionar de forma crítica los contenidos que se reciben por las redes sociales. El estudio se basa en una propuesta articulada de dimensiones e indicadores para medir la competencia mediática diseñada por
Joan Ferrés, vinculado al
Departamento de Comunicación de la UPF, y publicada en el número 25 de
Quaderns del CAC.
Se ha creado un cuestionario de 43 preguntas con el objetivo de medir la capacidad de los estudiantes para determinar la fiabilidad de las noticias, detectar los intereses no visibles de las fuentes, constatar la existencia de estereotipos y fomentar una actitud responsable frente a los derechos de autoría.
Por lo que respecta a la evaluación de los alumnos, se ha creado un cuestionario de 43 preguntas con el objetivo de medir la capacidad de los estudiantes para determinar la fiabilidad de las noticias, detectar los intereses no visibles de las fuentes, constatar la existencia de estereotipos y fomentar una actitud responsable frente a los derechos de autoría. También se quiere comprobar la capacitación que tienen los estudiantes para generar mensajes digitales que sean comprensibles y responsables con su identidad digital.
Para responder a ellos, el alumnado debe analizar vídeos y fotografías, y debe buscar información en internet. El sistema enviará al profesor responsable el resultado conjunto de cada clase, donde se identificarán los aciertos y déficits en las siguientes seis áreas: Lenguaje, Tecnología, Producción y difusión, Ideología, Recepción y Estética. En base a los resultados obtenidos, el programa propone actividades de formación en educación mediática de las seis áreas mencionadas, que el profesorado podrá implementar en las aulas.
El presidente del CAC, Roger Loppacher, ha destacado “que las escuelas disponen a partir de ahora de una nueva herramienta para evaluar y conocer las competencias digitales y de comprensión en la recepción de los mensajes que nuestros jóvenes reciben de forma masiva a través de las redes y por tanto, dispondremos de más información para ayudarles a ser competentes en estos ámbitos”.
En este sentido, ha explicado que “los jóvenes no sólo deben ser competentes en el funcionamiento de la tecnología digital, que ya les es propia, sino que necesitamos que sean críticos ante el alud de contenidos que reciben, responsables de aquellos que ellos mismos emiten y difunden, y sean cuidadosos con su identidad digital”.
Aprobado en competencias tecnológicas, déficits en la lectura crítica
Para testar la nueva herramienta, durante el pasado mes de mayo se llevó a cabo una prueba con 8.699 alumnos de 14 a 18 años de los siete países participantes, de los que 1.192 fueron catalanes.
El estudio europeo mostró que el alumnado es competente en las cuestiones tecnológicas y digitales, pero que presentan déficits en la lectura crítica de los contenidos, así como en la detección de las fake news. La mejor puntuación fue obtenida por los estudiantes en el apartado de Tecnología, en concreto el acceso al contenido, la gestión de contenidos y la navegación por la web.
Estos resultados van en la línea de otros obtenidos en anteriores investigaciones nacionales iniciadas por Joan Ferrés y continuadas por Mònica Figueras, profesora del Departamento de Comunicación y coordinadora del proyecto en la UPF, y con la participación de un equipo interuniversitario e internacional.
En cambio, en anteriores investigaciones la dimensión Estética obtenía peores resultados y, en este estudio, ha sido la segunda mejor puntuación, y específicamente los estudiantes han sido buenos en la habilidad de los participantes en relacionar producciones mediáticas con otras disciplinas artísticas, detectar influencias conjuntas y detectar cuestiones relacionadas con el diseño, la música y los colores.
La tercera mejor puntuación la obtuvieron en el apartado de la Ideología, donde se explora cómo las representaciones mediáticas estructuran la percepción de la realidad de cada uno. En este ámbito aparecían preguntas para distinguir la verdad de la falsedad en la información, así como cuestiones relacionadas con la desinformación. Las puntuaciones más bajas se obtuvieron en los apartados Producción y difusión, Recepción y Lenguaje.
Recomendaciones a partir de la prueba piloto
Como recomendaciones, los promotores subrayan la contradicción de que las escuelas centren la educación en comunicación audiovisual en la parte tecnológica cuando este apartado está ya controlado por los alumnos. En concreto, recomiendan centrarse en el proceso de recepción de los mensajes. También se recomienda ampliar los currículos escolares con más materias sobre la concepción ideológica de las actuaciones de los medios y el impacto de las fake news.
En cuanto a los tres apartados en los que obtuvieron los resultados más flojos, los promotores indican que esto muestra que los estudiantes no están familiarizados con la forma en que operan las empresas mediáticas y las plataformas digitales. También desconocen cómo se producen los mensajes mediáticos según ciertas normas y la forma en que pueden tener un significado adyacente.
Los promotores recomiendan centrarse en el proceso de recepción de los mensajes. También se recomienda ampliar los currículos escolares con más materias sobre la concepción ideológica de las actuaciones de los medios y el impacto de las fake news.
En relación, en concreto, con los resultados del apartado de Producción y difusión, se recomienda diseñar programas específicos y ofrecer financiación para aumentar la capacidad de creación de contenidos, así como se propone fortalecer la cooperación entre escuelas y medios, de forma que los escolares tengan un conocimiento cercano y directo de cómo funcionan los procesos de generación de mensajes mediáticos.
Los estudiantes de mayor edad (15 a 17 años) fueron los que obtuvieron la mejor puntuación, por lo que recomiendan reforzar los programas de educación mediática en los niveles escolares inferiores.
Pel que fa als tres apartats en què van obtenir el resultats més fluixos, els promotors indiquen que això mostra que els estudiants no estan familiaritzats amb la manera amb què operen les empreses mediàtiques i les plataformes digitals. També desconeixen com es produeixen els missatges mediàtics segons certes normes i la manera com poden tenir un significat adjacent.
Socios del proyecto
En el proyecto participan cinco reguladores audiovisuales europeos, dos instituciones públicas en el ámbito educativo y una universidad. En concreto, los cinco reguladores son: el CAC; la Agencija za elektronicke medije (AEM) de Croacia; el Rada pre vysílání a retransmisivo (CBR) de Eslovaquia; el Conseil Supérieur del Audiovisuel (CSA) de la Francia, y la Entidade Reguladora para la Comunicação Social (ERC) de Portugal.
Ambas entidades educadoras son el National Centre of Audiovisual Media & Communication (EKOME) de Grecia y el Dublin West Education Centre (DWEC) de Irlanda. Asimismo, la UPF participa para garantizar que el proyecto responde a los principios de investigación científicos.
