Atrás “Ya no se escriben cosas que la gente de 20 años quiera leer”

“Ya no se escriben cosas que la gente de 20 años quiera leer”

Marta Navarro, estudiante de tercer curso del grado en Comunicación Audiovisual de la UPF, fue una de las 10 finalistas del Premio Planeta 2020, con su obra Desde Dentro.

26.01.2021

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Marta Navarro descubrió que era finalista del Premio Planeta 2020 el mismo día de la celebración de la gala. Miraba los informativos en la televisión y se dio cuenta que su seudónimo figuraba entre la lista de las 10 obras seleccionadas. A sus 20 años se ha convertido en una de las más jóvenes finalistas de la historia de los premios.

Es estudiante de tercer curso del grado en Comunicación Audiovisual de la UPF, y con su obra Desde Dentro ha conseguido un hito que no imaginaba. Ahora, el reto pasa por publicar la novela, un thriller resultado de tres años de dedicación. El esfuerzo ha valido la pena y parece que en breve podremos ver la obra en las librerías.
 

- Para aquellos que no conozcan tu historia personal, ¿podrías darnos un par de pinceladas?

Nací en un pueblo de Almería, aunque siempre me he considerado murciana porque mi familia es de allí. Además, con 15 años me fui a un piso de estudiantes con mi hermana en Murcia y viví dos años brutales en la ciudad.

Actualmente, estudio Comunicación Audiovisual en la Pompeu y también Filosofía en la Universidad de Barcelona.

- Has sido una de las finalistas más jóvenes del Premio Planeta. ¿Cómo comenzó tu pasión por la escritura?

Empecé a escribir de muy pequeña. Ya en el colegio me inventaba historias y escribía cuentos, pero la pasión me vino algo más tarde. En el instituto empecé a probar géneros y todo tipo de cosas y fui descubriendo así mi propio estilo.

"La escritura siempre ha sido una forma de expresar todo lo que tengo en la cabeza, a través de la ficción reflexiono sobre las cosas que me importan, las que valoro, las que no, lo que soy, lo que quiero ser y cómo cambiar"

Para mí la escritura siempre ha sido una forma de expresar todo lo que tengo en la cabeza, a través de la ficción reflexiono sobre las cosas que me importan, las que valoro, las que no, lo que soy, lo que quiero ser y cómo cambiar. Además, en mis peores épocas, siempre ha sido una vía de escape, una forma de relajarme y desconectar.

- ¿Cómo surgió la idea para tu novela Desde Dentro?Còpia de la portada

La idea de Desde Dentro no surgió a la primera. Escribí un novelette en 2015 y decidí, entonces, preparar un proyecto mayor. Así, en 2017, empecé a buscar historias en mi cabeza. Tras un largo proceso y muchas pruebas, los personajes era lo que más claro tenía. Me di cuenta, después, de que la ambientación ecuestre era ideal, porque yo tengo mucha experiencia en el mundo de los caballos (he montado toda la vida). Empecé a crear la historia con unos personajes estadounidenses, en California, pero luego me di cuenta de que no podía escribir sobre algo tan desconocido, y la pasé a España.

Lo que sí que tenía bastante claro desde el principio era el género, quería hacer un thriller, una novela negra, porque son mis favoritas.

- ¿Podrías explicarnos cómo es tu proceso de creación de una novela?

Cada escritor tiene su proceso, y yo soy muy escritora novelesca, la verdad. De madrugada, en una habitación llena de humo, con el cigarro colgando del labio y unas ojeras hasta la nariz.... Pero también me sé planificar.

Siempre empiezo con esquemas, debo tenerlo todo muy visual. Me preparo fichas de los personajes, mapas de los sitios, dibujos de las escenas del crimen, cuadros con las víctimas, los sospechosos, etc. Y lo cuelgo todo en mi pared. Una vez tengo todo claro, y no antes, empiezo a sentarme a escribir.

Además, suelo ir en orden, salvo por algunos fragmentos sueltos. Si me viene la inspiración, no me voy a privar de escribir el final al principio, por ejemplo, pero intento ir paso a paso.

"La última parte del proceso es en la que tengo más problemas, porque es difícil soltar una novela, nunca piensas que es perfecta, siempre la quieres mejorar"

Desde Dentro lleva detrás un trabajo de tres años, dos de escritura y uno de reescritura. Y en esta última parte del proceso es en la que tengo más problemas, porque es difícil soltar una novela, nunca piensas que es perfecta, siempre la quieres mejorar.

Así que me suelo poner fechas límites. Con esta obra, decidí que el 28 de febrero de 2020 no la volvería a tocar, y eso hice.

- ¿Qué te hizo presentarte al Premio Planeta?

No sé si fue la pandemia, el aburrimiento, una simple ida de olla o qué exactamente. Pero estaba en Almería, en abril, y vi anunciado el Premio Planeta en la página de escritores que suelo seguir para saber de concursos y editoriales que buscan nuevos libros. No le di muchas vueltas, saqué tres copias impresas y las mandé. Y menos mal.

El mundo literario es mucho más cerrado de lo que parece. Nadie quiere ver caras nuevas, las que ya están ni si quiera se ganan la vida con ello. Y, si interesan poco las novedades, una novela tan larga como la mía y escrita por una niña de 20 años... Es difícil que le hagan caso.

- ¿Te imaginabas un resultado como el que has conseguido?

La verdad es que para nada. De hecho, siempre cuento la historia de que me enteré de que era finalista la misma tarde del evento, porque lo vi en la tele. Como presenté la obra bajo pseudónimo, debía haber mirado yo la lista de finalistas a principios de octubre, pero no lo hice porque no pensaba encontrar en ella el nombre de mi novela.

Fue una locura, aún lo estoy digiriendo, la verdad. Pero también creo que me lo merezco. Porque, por mucho que yo no pueda valorar objetivamente mi propia obra y le vea fallos, creo que Desde Dentro es un libro que puede gustar y, si hay suerte, a mucha gente.

- ¿En qué punto se encuentra la novela? ¿Tienes previsto publicarla en breve?

Después de dos meses de espera, Planeta rechazó publicar mi obra. Así que busqué alternativas. La competencia directa, Penguin Random House, se la leyó y me dijeron que, en vistas a la situación económica, esta obra no podían publicarla, pero que les envíe la siguiente, lo cual ya es un hecho brutal, porque las editoriales tan potentes como esa no se interesan por escritores novel como yo.

"Estoy a la espera de la confirmación, pero todo apunta que firmaré contrato con ellos (Distrito93) a finales de mes. Si todo va bien, Desde Dentro estará pronto en librerías"

Decidí, a principios de enero, ponerme en contacto con una editorial independiente que me contactó nada más ocurrir lo del Premio Planeta, para ver si aún seguían dispuestos a publicarme. Y, según parece, así es. Estoy a la espera de la confirmación, pero todo apunta a que firmaré contrato con ellos (Distrito93) a finales de mes. Si todo va bien, Desde Dentro estará pronto en librerías.

- ¿Cuáles son tus expectativas de futuro? ¿Estás preparando algún proyecto nuevo?

Màquina dels ReisLa nominación al Premio Planeta no me ha cambiado la vida, pero sí los planes. Yo llegué a Barcelona queriendo dedicarme a la música, a lo audiovisual. Pero la literatura, sinceramente, siempre me ha tirado más. Ahora que he recibido un gran reconocimiento por mi trabajo, espero poder seguir escribiendo y llegar lejos. De momento, planeo buscar residencias de artistas en las que poder trabajar, pero me prima terminar los estudios.

Ya estoy con un nuevo proyecto, sí, empezando a escribir las primeras páginas. Además, estoy muy motivada porque Los Reyes Magos me han traído una máquina de escribir de los años 50 y estoy todo el día sentada, tecleando como una loca.

Esta nueva novela huele a thriller, la verdad, más turbio y más potente que el anterior, quizás, aún está por ver. Está ambientada en Barcelona y juega con varias líneas temporales desde los años 90 hasta 2018.

- ¿Cómo ves el panorama para los autores jóvenes? ¿Crees que se puede vivir siendo escritor?

Como he dicho antes, el mundo literario es muy cerrado. Los autores jóvenes lo tenemos crudo, la verdad. Yo empecé con mucha ilusión a mandar mi manuscrito a todas partes. Y en seis meses, recibí casi 30 rechazos. La industria no apuesta por autores nuevos, supongo que, por miedo a perder dinero, pero creo que, si no se renueva, la literatura va a morir. Ya no se escriben cosas que la gente de 20 años quiera leer. Todo el mundo prefiere pasarse las tardes de domingo viendo Netflix. Y eso es muy triste.

"Ya no se escriben cosas que la gente de 20 años quiera leer. Todo el mundo prefiere pasarse las tardes de domingo viendo Netflix. Y eso es muy triste"

Solo viven de escribir cuatro o cinco nombres en España, así que te diría que no, que no se puede. Pero vivir de escribir no es lo mismo que vivir de la literatura, y eso sí que es posible. Dar clases, conferencias, escribir artículos para periódicos, ensayos... Sigue siendo escribir, sigue siendo el oficio. Y la fuente de ingresos que se necesita para no vivir debajo de un puente siendo artista. Pasa como con todo, la música, el cine, ... El arte es así. Yo, como escritora, obviamente pienso que no se valora lo suficiente. Igual que un músico, como músico, lo piensa de su industria. O un cineasta, de la suya. Mi beneficio por libro vendido es de un 10% en el mejor de los casos, lo que supone unos ingresos terribles para un proyecto que, no ya solo que le hayas dedicado muchas horas, sino que es una parte de ti, es un trozo de tu cabeza a la disposición de todos. Así que eso también es muy triste. Pero el artista sabe dónde se mete, y prefiero vivir en un pisucho toda la vida y dedicarme a lo que realmente me gusta a tener grandes ingresos haciendo lo que no quiero. Se viene frase arquetipísima: “El dinero no da la felicidad”.

- ¿Qué consejo le darías a alguien que se plantea escribir narrativa?

Que se ponga. Y se descubra. Que se deje enloquecer si hace falta. El proceso creativo es una de las cosas más preciosas de esta vida. Que lo disfrute, que no piense en el final. Y que intente darle vida a todo, a los lugares, los hechos, los personajes.

Parece una locura, pero cuando me estancaba escribiendo, porque no sabía cuál era el siguiente paso que podía dar uno de mis personajes, se lo preguntaba. “Venga, Marcos, ¿y ahora qué? Esas noches tan novelescas de escribir hasta que sale el sol valen mucho, se refleja la intensidad de esos momentos en cada palabra que escribes.

Y la adrenalina que te da, llegar a esa pieza clave que hace que la trama cobre el sentido que necesita... Eso no te lo da nada más.

- ¿Te planteas proyectos vinculados al cine?

La verdad es que me encantaría poder hacer de mis novelas una serie. Supongo que es un sueño de muchos escritores. Pero también sé que me enfadaría un montón. El problema del cine que no tiene la literatura es que pierdes parte de la imaginación. Lo que ves, es lo que es. En la novela, te lo imaginas. Estoy segura de que me costaría ver mi novela representada por unos ojos que no son los míos.

Aunque también creo que sería una experiencia brutal, poder trabajar en un proyecto así. Y que al final estaría muy orgullosa, porque una serie haría llegar mi obra a más personas.

- ¿Cómo te ayudan los estudios de Comunicación Audiovisual a la hora de crear historias?

Como habrás podido comprobar hasta ahora, no tengo pelos en la lengua, así que voy a decir la verdad: No en mucho. Yo escribo porque quiero hacer algo diferente, algo que cambie la literatura, una novela de nuevas formas, de nueva estructura, de nuevas ideas... Comunicación Audiovisual me ha enseñado la teoría de una práctica que me interesa poco, la verdad. Estoy harta de los tres actos y el viaje del héroe. Utilizo lo que aprendo casi como un contra-referente. Sí que he tenido profesores buenos, que me han permitido explayarme, buscar ideas, retorcer tramas. Pero los demás me da la sensación de que lo que piden es un Hollywood frustrado: una historia que venda, con un puntito diferente, pero la misma historia de siempre.

"Cada cosa que haga, cada cosa que escriba, tiene que cambiar algo, tiene que mover cosas. Si no, ¿para qué lo hago?"

Hay que cambiar. Me acuerdo de una de las primeras clases que di de Realización Televisiva con Aurora Corominas. En ese momento, yo estaba terminando de escribir Desde Dentro. Llegó y dijo algo como: “Vosotros sois quienes tenéis que cambiar la televisión, para que no muera”. Y un mensaje parecido fue el que me dio Jaume Piqué, de radio. Yo aplico eso a la literatura. Cada cosa que haga, cada cosa que escriba, tiene que cambiar algo, tiene que mover cosas. Si no, ¿para qué lo hago?

- ¿Nos recomiendas tus tres libros favoritos?

El primero es sin duda La verdad sobre el caso de Harry Quebert, porque es una obra maestra. Además, es un libro que no parece hablar de nada. Tiene una sinopsis muy simple, una historia de catálogo. Pero Joel Dicker es un maestro de la literatura, y hace de algo simple una de las mejores historias que se pueden leer.

Otro gran libro es La Bruja, de Camilla Lackberg. Esta escritora también es maravillosa, me gusta mucho su estilo, es simple, pero potente. En su saga de Los crímenes de Fjällbacka, hay algunos libros mejores que otros. Pero La Bruja es una obra maestra.

Por último, no sé qué decirte, tengo muchos en mi lista de favoritos. Uno que ha entrado últimamente es La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza.

Mi género favorito es la novela negra, pero también me gusta leer clásicos de vez en cuando. No me puedo quedar sin leer a los grandes de la historia de la literatura. Así que ahí voy, poquito a poquito.

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