Atrás “En el Aula de Teatro de la UPF descubrí mi vocación”

“En el Aula de Teatro de la UPF descubrí mi vocación”

Julio Manrique es actor, director y productor catalán, antiguo alumno de Derecho de la Universidad. Ha sido actor residente del Teatre Lliure y director del Teatre Romea y ha participado en series de televisión como Nissaga: l'herència, Temps de Silenci, Porca Misèria entre otros.
21.01.2016

 

Julio Manrique

(Derecho, 1995)

Actor, director y autor de obras de teatro

 

— ¿Qué te hizo decidir estudiar Derecho?

— A los 17 años, no tenía todavía una vocación definida. No era un mal estudiante, quería hacer algo dentro del ámbito de las letras, me gustaba escribir... Creo que mi “plan”, si tenía alguno, consistía en estudiar derecho y, más tarde, hacer un segundo ciclo de periodismo. Esto me daría tiempo dedescubrir si quería ser abogado o periodista, o escritor o quien sabe qué. Pero lo que terminó pasando es que, en la Universidad, descubrí el teatro.

— ¿Cómo te ha ayudado esta formación en tu carrera profesional?

— Mi materia favorita era la filosofía del derecho. Básicamente, estudiábamos el lenguaje y su ambivalencia. Las palabras no son unívocas, sólo podemos interpretarlas. Pensar el lenguaje, desde este punto de vista, me ha resultado muy útil en mi actividad como actor y también como director. Creo que los buenos textos, básicamente, los tenemos que interrogar. Esto lo empecé a aprender en la Facultad de Derecho.

— Durante los estudios formaste parte del Aula de Teatro de la Universidad. ¿Qué recuerdo tienes?

Tengo un recuerdo maravilloso. Ahí descubrí mi vocación. De esto tiene una gran culpa Josep Maria Mestres, que entonces dirigíalos talleres. Él me dio la mano y guió mis primeros pasos. Nunca le estaré suficientemente agradecido. Por otro lado, era un grupo muy potente. Hacía clases, también, Guillem Jordi Graells, miembro fundador del Teatre Lliure; hizo algunas clases Pere Planella, también del Lliure... ¡Era un lujo!

Cuando arrancaba tercero de carrera, Josep Maria Mestres preparaba una obra, Enemigo de clase; necesitaba actores muy jóvenes y estaba haciendo audiciones, básicamente, a alumnos del Instituto del Teatro. Él sabía que yo me moría de ganas de intentarlo, me permitió hacer la prueba y..., ese año suspendí muchas asignaturas. Y fui muy feliz.

— ¿Qué consejo darías a los estudiantes a los que les gustaría hacer este camino?

— No me gusta mucho dar consejos. Como le decía Goytisolo a su Julia, “... yo aún estoy en el camino...». Creo que el teatro, y, de manera más amplia, la interpretación, se fundamenta en la pasión. Es una elección apasionada. Los años, el trabajo, las experiencias profesionales y vitales te permitirán profundizar en esta pasión, responder preguntas que generarán de nuevas, en relación con el camino que has elegido. Si el fuego se apaga, no tiene sentido insistir. Les diría que se pregunten a sí mismos si realmente les apasiona. O, mejor, que lo descubran.

— Actor, director y autor de obras de teatro. ¿Con qué papel del auca te quedas?

— Me gusta actuar y me gusta dirigir. Y me gustaría tener la paciencia suficiente para sentarme y escribir con cierta constancia; pero, desgraciadamente, no la tengo. O “todavía” no la tengo, el tiempo dirá... Me gusta y me emociona dedicarme a contar historias. Porque me gusta y me emociona que me las expliquen.

— También has hecho gestión como director artístico del Romea. ¿Cómo se vive el teatro desde esta perspectiva?

— Me pesó la responsabilidad y quizás no supe disfrutarla suficiente mientras la ejercía. Ahora me doy cuenta, en cambio, de todo lo que aprendí. Programar un teatro te obliga a adoptar un punto de vista nuevo, diferente. Supongo que me ha ayudado a ampliar la mirada sobre mi profesión.

— Ahora eres una cara muy (re)conocida en la escena catalana. ¿Cómo se lleva este hecho?

— El hecho de que la gente te conozca es agradable, a veces, y pesado otras. Pero no conviene darle muchas vueltas. Ser reconocido por gente que te importa o a la que incluso admiras, eso sí que es un gran regalo. Cuando te llega, sólo puedes sentirte agradecido. Yo siento que he sido muy afortunado en mi oficio. Sería un idiota o un mezquino si no fuera consciente y me sintiera agradecido.

— Se te ve una persona que no para quieta. ¿Qué tienes en mente?

— Proyectos: “Otra película”, de David Mamet, donde, por primera vez, dirigiré y actuaré a la vez, que estrenamos en el Festival Temporada Alta de Girona y que hará temporada en el Teatro Borrás, en noviembre. Y en diciembre y enero vuelve El Rey Lear, en el Lliure. Y en marzo protagonizaré, en el TNC, la adaptación del Don Juan de Molière que dirigirá David Selvas. Y, afortunadamente, etc, etc, etc.

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