Ochenta estudiantes de secundaria de todo el mundo han participado este verano en la “School of Molecular and Theoretical Biology” (SMTB) celebrada por primera vez en las instalaciones de la Universidad Pompeu Fabra. Este campus ha reunido a científicos de referencia internacional con estudiantes de secundaria inquietos y con talento para trabajar juntos en proyectos de investigación reales.

A lo largo del mes de agosto, científicos destacados compartieron sus proyectos de investigación con jóvenes de entre 17 y 21 años. Los estudiantes fueron escogidos mediante un proceso de selección muy estricto, en el que la participación en olimpiadas científicas y la capacidad de comunicación tenían un peso muy importante. “Se trata de alumnos altamente motivados, pues han dedicado tres semanas de sus vacaciones de verano a hacer una estancia en un campus científico”, comenta Cristina Pujades, una de las investigadoras de la UPF que ha formado parte de la SMTB.

Una vez en la escuela, los estudiantes debían escoger entre siete laboratorios de temáticas diferentes dentro de la biomedicina, como la oncología o la genética, para llevar a cabo los proyectos de investigación. Tras tres semanas de trabajo, los estudiantes presentaron los resultados obtenidos ante todos los miembros de la escuela mediante una sesión de pósteres científicos. Algunas de las investigaciones tendrán una continuidad más allá de este verano, permitiendo a los estudiantes introducirse en la academia de la ciencia mucho antes de lo habitual.

Fyodor Kondrashov, profesor de investigación ICREA en el CRG, es el director científico de la escuela y uno de los impulsores de esta iniciativa.”Para los científicos es difícil venir, ya que supone dejar sus laboratorios durante tres semanas. Pero es una forma de comprometerse con la sociedad y con estos chicos, y les hace felices trabajar con estudiantes tan brillantes como éstos”.

La “School of Molecular and Theoretical Biology” es una iniciativa financiada por la Zimin Foundation y se ha llevado a cabo gracias a la colaboración entre el Centro de Regulación Genómica (CRG), la Universidad Pompeu Fabra, la Fundación Pere Tarrés y el Howard Hughes Medical Institute (HHMI).