El aprendizaje de un instrumento musical conlleva, en muchos casos, un proceso de práctica intensiva cuyo éxito depende en cierta medida del acoplamiento físico, motor, cognitivo y sensitivo entre instrumentista e instrumento. En el contexto de los conservatorios musicales, por ejemplo, es común que a los estudiantes de instrumentos de viento se les insista en la importancia de hacer de dicho instrumento una parte más de su propio cuerpo, a través de la práctica diaria, y de la mecanización de procesos de control fisiológico tales como la respiración, la coordinación entre el movimiento de su lengua y de los dedos de sus manos, o el manejo de la apertura de su boca y de su laringe, en aras de alcanzar unos ideales sonoros determinados. El impacto afectivo, social y cultural de esta unidad cuerpo-instrumento en el ser humano ha sido poco estudiada como tal, a pesar de presentarse como un precedente importante de la fusión entre seres humanos y medios tecnológicos, en la cual se enfocan las indagaciones científicas, posthumanistas y filosóficas contemporáneas, centradas en la figura del cíborg.

En esta presentación, abordaré estas cuestiones en el contexto de un grupo de músicos residentes en Barcelona, invitados todos ellos a tocar en alguno de los escenarios del festival de rock instrumental AMFest de 2018. En particular, reflexionaré y debatiré en torno a dos preguntas específicas: ¿Cómo se forja la unidad cuerpo-instrumento? y ¿Qué impacto tiene y qué modificaciones sufre dicha unidad al ser amplificada en los macro-escenarios de los festivales musicales, especialmente en aras de controlar públicamente el timbre, el tiempo y la textura musical? Al final, intentaré mostrar algunas de las formas en las que la amplificación ha llevado a los músicos que han participado en este proyecto a reformular sus estrategias de interacción con sus instrumentos, en su intento por mantener un balance estético y estilístico en los conciertos en vivo.

Ana M. Alarcón

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Ana-María Alarcón-Jiménez es doctora en etnomusicología por el Instituto de Etnomusicología (INET-md) de la Universidade Nova de Lisboa. Tomó clases de doctorado en el Departamento de Etnomusicología del Centro de Graduados de CUNY, donde se le otorgó una beca presidencial. Alarcón-Jiménez obtuvo su Maestría en Música: Estudios Críticos / Prácticas Experimentales en la Universidad de California en San Diego, donde fue financiada por una Beca Miguel Vélez. En esta institución, impartió clases como Música de Asia y Oceanía, Música de África y Música de los Estados Unidos. Su investigación actual se centra en festivales de música, tecnología musical, y música y espacio.