El consumo de alcohol no solo puede causar dependencia y cirrosis hepática, sino que aumenta el riesgo de padecer más de 200 enfermedades. En conjunto, el alcohol es responsable de 3,3 millones de muertes en todo el mundo (el 7,6% y el 4% de la mortalidad global en hombres y mujeres, respectivamente), según datos de la OMS de 2012.
La relación del alcohol con el cáncer está suficientemente probada. Beber alcohol eleva el riesgo de sufrir cáncer de mama, boca, faringe, laringe, esófago, hígado e intestino, entre otros. La confianza en los resultados de las investigaciones que indican que el consumo de cualquier cantidad de alcohol aumenta el riesgo de varios cánceres es moderada o alta.
Confianza en los resultados de la investigación
¿Qué hay de la supuesta cara positiva del alcohol?
Algunos estudios aislados han servido de base para difundir el mensaje de que el consumo ligero o moderado de vino (en el marco de la dieta mediterránea) podría ser beneficioso para la salud; concretamente, el consumo moderado de alcohol se relaciona con la prevención del desarrollo de enfermedades cardiovasculares y con la posible reducción de la mortalidad prematura. Pero el análisis científico revela que la confianza en los resultados de estos estudios es baja o muy baja. Esto quiere decir que nuevos y rigurosos estudios podrían aportar, con mucha probabilidad, resultados muy diferentes, mostrando que el consumo moderado de alcohol no es beneficioso para la salud.
Implicaciones para la salud
El alcohol puede causar dependencia y es uno de los principales factores de riesgo de accidentes de tráfico y laborales. Pero no solo eso, su consumo aumenta el riesgo de padecer más de 200 enfermedades (cirrosis hepática y diversos cánceres, entre otras); y, a partir de 30 gramos al día en mujeres y 45 gramos en hombres (ver equivalencias en el siguiente apartado), lo que ya se empieza a considerar un consumo elevado, incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, no hay justificación para recomendar beber ni para empezar a beber por razones de salud. Más bien, hay motivos suficientes para recomendar que no se tome ninguna bebida alcohólica o limitar su consumo.
Límites de consumo
En primer lugar hay que dejar claro que, si tenemos en cuenta los resultados de la evaluación de las investigaciones, lo más seguro es no beber nada. No obstante, conviene aclarar algunos conceptos:
- Hablamos de consumo moderado si este no supera los 5 gramos de alcohol puro al día (alrededor de media caña de cerveza o media copa de vino).
- El concepto de consumo moderado se suele limitar a vino tinto y, en menor medida, a otras bebidas alcohólicas como la cerveza.
- Una unidad de bebida estándar (UBE) ronda entre los 8 y los 10 gramos de alcohol puro en España (algo que puede variar de un país a otro), que viene a ser el contenido de una caña o una copa de vino.
- 30 gramos de alcohol equivaldrían a tres o cuatro cañas de cerveza o copas de vino, mientras que 45 gramos de alcohol vendrían a ser cuatro o cinco cañas de cerveza o copas de vino.
- Las autoridades sanitarias consideran que tomar hasta 14 unidades de alcohol a la semana (dos al día) es una conducta de bajo riesgo. A partir de 15, el riesgo de complicaciones deja de ser bajo.