El MWC constituye un excelente escaparate para multitud de compañías internacionales que, tomando como garantía las espectaculares cifras que año tras año ha cosechado este congreso tecnológico deciden organizar microeventos integrados en la apretadísima agenda del evento.

Desde hace ya más de una década, la organización de eventos se ha consolidado como una herramienta de comunicación estratégica imprescindible para empresas e instituciones. En ese ese sentido, el Mobile World Congress, pone claramente de manifiesto su papel como pieza clave en el ámbito de las relaciones públicas, ya que constituye un excelente escaparate para multitud de compañías internacionales que, tomando como garantía las espectaculares cifras que año tras año ha cosechado este congreso tecnológico deciden organizar microeventos integrados en la apretadísima agenda del MWC.

De esa manera, teniendo en cuenta que cualquier acontecimiento de estas características busca, en primera instancia, conectar con los diferentes públicos objetivo del ente convocante, la propia organización del Mobile World Congress ha establecido una clasificación con diversos formatos de eventos en función del target al que se dirigen y de los objetivos que las empresas expositoras persiguen.

Acogiéndose a esa posibilidad, las compañías e instituciones participantes presentan sus avances, ofrecen sus servicios o, simplemente amplían sus redes de contacto con miras a futuras posibilidades de negocio. En  ese sentido, las sesiones de Partner Programmes, orientados a la captación de socios , los actos del Women4Tech, que tienen como lema la eliminación de la brecha de género en el sector tecnológico, el YoMo, un evento que quiere fomentar el interés por la tecnología entre los jóvenes o el 4YFN como acto diseñado para la promoción de startups son, entre otras, algunas de las múltiples posibilidades que el congreso ofrece a las compañías presentes, tras una rigurosa selección de las propuestas, para poder acercarse a sus públicos.

Más allá de los actos que se llevarán a cabo en los espacios de Fira de Barcelona entre el 27 de febrero y el 2 de marzo, cabe señalar que, durante los días anteriores al congreso, la entidad promotora del MWC  ha puesto en marcha la Mobile Week, un evento que, a partir del arte, la tecnología y la innovación, pretende concienciar a los ciudadanos de la importancia de la tecnología en la vida cotidiana. Rutas culturales, creaciones artísticas distribuidas alrededor de los diez distritos de la capital catalana o conferencias sobre la revolución digital y las nuevas formas de consumo cultural, entre muchas otras temáticas, son algunas de las propuestas de un acto que, organizado de forma previa al congreso, potencia enormemente su impacto y su incidencia en la sociedad, más allá de los propios asistentes a la convención.

El Mobile World Congress es, en cualquier caso, un claro ejemplo de comunicación estratégica que se visibiliza en forma de evento-paraguas al amparo del cual se llevan a cabo una serie de actos que, organizados por las empresas expositoras tienen un impacto altamente positivo entre los públicos a los que se dirigen. Preparados de manera minuciosa con muchísima antelación, estos micro-eventos se benefician, no sólo de la reputación del congreso y de la repercusión internacional del mismo, sino también de aspectos como la imagen de la marca Barcelona en tanto que capital innovadora y puntera en tecnología, orientada a la captación de talento más allá de las fronteras.

Mònika Jiménez Morales es profesora del Departamento de Comunicación de la UPF y directora del Máster en Protocolo, Gestión de Eventos y Relaciones Públicas de la UPF Barcelona School of Management.