El pasado 20 de febrero, la doctoranda Claudia Gabriela Vargas Serpa defendió la tesis “Más allá de la pantalla. Prácticas fílmicas politizadas, colectivas, autogestionadas y de transformación social en Barcelona”, con el Dr. Carlos Losilla Alcalde como director. La tesis, que planteaba un punto de encuentro entre el cine y el activismo, fue calificada con un “Excelente”, por realizar un estudio “necesario, pertinente y relevante” en el campo de los estudios de cine. El tribunal estuvo constituido por la Dra. Imma Merino Serrat (Universitat de Girona) como presidenta, el Dr. Sergi Sánchez Martí (Universitat Pompeu Fabra) como secretario, y el Dr. Martí Peran Rafart (Universitat de Barcelona) como vocal.

Inspirada por su propia participación en grupos de activismo y en producción cinematográfica, Vargas optó por analizar los mecanismos de distribución y de exposición cinematográfica tangenciales al circuito comercial, utilizando para ello una metodología cualitativa. De esta forma, realizó entrevistas en profundidad y no estructuradas con algunos de los representantes de proyectos colectivos y cooperativos de cine en Barcelona, proyectos que, al situarse al margen de lo hegemónico, permiten la difusión de otro tipo de filmes.

De esta forma, la doctoranda complementó un marco teórico sobre cine con voluntad de intervención social y política, en relación con prácticas concretas de grupos, instituciones y centros que, surgidos en 2011 o después, han seguido una lógica cooperativista y/o de autogestión, sin ánimo de lucro. Para ello, Vargas se centró en grupos de carácter cooperativo, como Zumzeig, Metromuster y Bruna, proyectos anticapitalistas o antiasistencialistas como CineFòrum al Banc Expropiat, La Cinétika y el Festival de Cinema Anarquista. También centros que tienden al fortalecimiento del tejido vecinal, como el grupo audiovisual de Can Batlló y el Bostik Film Fest de la Nau Bostik.

A través de su estudio, Vargas pudo indagar en el rol del cine no sólo como generador de lugares de encuentro, sino también como ventana a realidades que resultan ajenas y como espejo que motiva a la reflexión crítica. Asimismo, Vargas demostró su interés por realizar un mapeo de estas iniciativas audiovisuales, incluyendo tanto las contempladas por su estudio como aquellas que quedaron fuera por los criterios de muestreo, para generar un intercambio de experiencias y, eventualmente, un plan conjunto que incentive la creación de espacios para el fomento del pensamiento crítico a través del audiovisual, que sea también capaz de incorporar movimientos vecinales y sociales.