Atrás “En la carrera científica hay que tener suerte en muchos momentos pero si dedicas muchas horas y esfuerzo seguramente la encontrarás”

“En la carrera científica hay que tener suerte en muchos momentos pero si dedicas muchas horas y esfuerzo seguramente la encontrarás”

Maria Bernabeu y Arnau Busquets son alumni de Biología Humana de la UPF que lideran grupos de investigación en el EMBL Barcelona y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, respectivamente. Ambos han recibido recientemente una ayuda del Consejo Europeo de Investigación que reconoce a proyectos altamente innovadores. 

14.10.2020

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Maria Bernabeu i Arnau Busquets son alumni de Biología Humana de la UPF que lideran grupos de investigación en EMBL Barcelona y en el Instituto Hospital de Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), respectivamente. Después de graduarse en la UPF en la misma promoción hicieron su doctorado en Barcelona y continuaron su carrera científica en el extranjero: en los Estados Unidos y en Francia. Hace poco han vuelto a la capital catalana para iniciar sus líneas de investigación independientes en centros ubicados en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB). Arnau Busquets desarrolla nuevos modelos animales para investigar procesos cognitivos complejos que determinan las decisiones cotidianas, y Maria Bernabeu trabaja en una aproximación innovadora para estudiar la malaria cerebral.

Ambos han recibido recientemente una ayuda del Consejo Europeo de Investigación (ERC Starting Grant), un reconocimiento para proyectos altamente innovadores liderados por investigadores de reconocido prestigio internacional, con el objetivo de ayudarles a crear sus propios equipos y llevar a cabo investigaciones pioneras en Europa. Hablamos con ellos para que nos expliquen su trayectoria y los proyectos que inician gracias a esta ayuda.

 

 — ¿Qué destacaríais de la licenciatura en Biología Humana en la UPF?

Arnau Busquets (AB): Cursar la licenciatura fue el hecho diferencial que me hizo decidir hacer investigación en Biomedicina. Durante la carrera, gracias a profesores que fui teniendo, me enamoré de la investigación en neurociencias y por eso acabé decidiendo hacer el doctorado en este ámbito.

Maria Bernabeu (MB): Trabajar en grupos reducidos, solo éramos 60 y esto nos permitía hacer prácticas en pequeños grupos. También la atención que recibimos, el hecho de tener interacción constante con los profesores que estaban en el PRBB haciendo investigación; esto era único de la UPF y creo que lo sigue siendo.

 

— ¿Qué os motivó a empezar una carrera investigadora?

MB: Antes de empezar Biología Humana dudaba entre hacer Biología o Medicina, pero en el  primer o segundo curso vi que la investigación biomédica era mi pasión y ya tuve muy claro que quería hacer un doctorado.

AB: Desde pequeño quería ayudar a la gente haciendo Medicina. Pero en la asignatura de Biología de bachillerato tuve una profesora que se llamaba Concepció Ferrés que nos habló de la investigación en Biomedicina y me interesó mucho. En la universidad inicié un camino que me hizo decidir hacer un doctorado.

 

"De Biología Humana destacaría el trabajo en grupos reducidos y la interacción constante con profesores que investigan en el PRBB; esto era único de la UPF y creo que lo sigue siendo"

 

— Maria, después del grado hiciste el doctorado en ISGlobal, ¿cómo describirías esta etapa y cuáles fueron vuestros principales hallazgos?

MB: Estuve en ISGlobal seis años, hice el máster y el doctorado allí en malaria. Trabajé con Plasmodium vivax, que es el tipo de malaria que está más estendido en todo el mundo, tanto en Asia como en América del Sur la prevalencia es bastante alta; en Àfrica solo hay en algunas regiones. Nuestro objetivo era descubrir unos antígenos de superficie llamados vir. Cultivar P. vivax para poderlo estudiar es imposible, utilizamos una estrategia alternativa y creamos transgénicos de P. falciparum expresando proteínas de P. vivax. Vimos que algunas de estas proteínas interaccionaba con receptores de células endoteliales humanas y del bazo.

 

— Y ¿cómo te empezó a interesar la malaria?

MB: Me interesaban todas las enfermedades infecciosas pero dio la casualidad de que en la UPF hicimos trabajos en grupo en las asignaturas de Ecología y Microbiología sobre malaria y al hacer estos proyectos me empezó a interesar. ¡Así que la UPF tuvo bastante influencia en redirigir mi carrera!

 
 

— En tu caso, Arnau, hiciste el doctorado en el grupo de Neurofarmacología del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud (DCEXS) de la UPF, ¿cómo fue este periodo?

AB: Fue una etapa de aprendizaje constante. Los primeros años de doctorado no son fáciles porque vas haciendo experimentos, vas acumulando resultados, pero a veces no ve claro cómo acabará siendo tu tesis. Creo que es como una carrera de fondo y al final van encajando las piezas y, si tienes suerte, acabas publicando artículos. Mi tesis tuvo dos partes diferenciadas, por un lado, estudié en modelos animales qué efectos tenía el cannabis en la conducta y por qué mecanismos dentro del cerebro se producían estos efectos. Por otro lado, vimos que un receptor endógeno del cannabis que todos tenemos en nuestro cuerpo podría estar involucrado en el síndrome de X frágil, que es una enfermedad del espectro autista. Descubrimos que utilizando un fármaco que actúa en estos receptores cannabinoides podíamos mejorar diferentes conductas en un modelo de ratón de la enfermedad.

 

"La ERC Starting Grant es la plataforma perfecta para lanzar tu carrera investigadora. Prácticamente nos permite hacer realidad todas las ideas que tenemos en el laboratorio"

 

— Posteriormente, fuisteis a hacer investigación postdoctoral en Seattle (EE. UU.) y en Burdeos (Francia), ¿cómo valoráis el tiempo en el extranjero?

MB: Fue súper beneficioso, estuve seis años en Seattle y allí empecé a trabajar con Plasmodium falciparum, que es la especie de malaria más frecuente en África y que causa más mortalidad. Pude hacer colaboraciones con muchos grupos de investigación en malaria alrededor del mundo, en Estados Unidos, en India, o en Malawi, en África. También pude trabajar con bioingenieros de la University of Washington y aprender y desarrollar el modelo in vitro que usamos ahora en EMBL. Las oportunidades de hacer contactos y estar en un grupo de investigación puntero con buena financiación fueron cruciales para mi carrera.

AB: Creo que a veces existe la idea de que tenemos que marcharnos de España o Cataluña porque nos vemos obligados, porque no hay posibilidades. Pero yo lo veo un poco diferente porque mi periodo de 5 años en Francia fue una experiencia muy buena que me hizo crecer muchísimo. Tanto de manera personal como a nivel científico: aprendes un modo de hacer las cosas distinto por parte de los centros de investigación, del laboratorio, del supervisor y yo creo que esto es muy positivo. Describiría este periodo como enriquecedor y también de mucho aprendizaje.

 

 

 — Recientemente habéis obtenido una ERC Starting Grant, ¿qué investigación desarrollaréis con esta ayuda?

MB: Durante este año en EMBL hemos conseguido resultados preliminares por el proyecto de la ERC. En el proyecto Mal3D-BBB estudiamos como los parásitos de malaria afectan a la barrera hematoencefálica, que es una red de vasos que regula la entrada de sustancias del torrente sanguíneo al cerebro. La malaria cerebral es una complicación de la malaria que sucede cuando los glóbulos infectados con el parásito bloquean los vasos sanguíneos del cerebro. Normalmente los científicos trabajan en la investigación de esta enfermedad con modelos que no son ideales, los experimentos in vitro son demasiado simples y los modelos animales no reproducen bien la enfermedad humana. Como alternativa y de forma innovadora crearemos vasos sanguíneos en tres dimensiones que tienen exactamente las mismas medidas, diámetros y conexiones que encontramos en los vasos del cerebro humano. Añadiremos células del cerebro como astrocitos o pericitos y nuestro objetivo es crear una barrera hematoencefálica que sea impermeable a las mismas sustancias que la humana. A partir de aquí añadiremos parásitos de malaria y otras células del sistema inmune como plaquetas o neutrófilos y veremos qué interacción tienen con la barrera.

Hemos trabajado en este modelo, a pesar de que la covid ha dificultado el trabajo en el laboratorio, pero ahora ya estamos otra vez en marcha. También estamos intentando hacer colaboraciones con grupos de investigación en otras enfermedades que afectan el cerebro y la barrera hematoencefálica como el parkinson, u otros parásitos como los tripanosomas, que causan la enfermedad del sueño. Con la financiación de EMBL abriremos estas líneas de investigación y con la ERC nos centraremos en barrera hematoencefálica y malaria cerebral.

AB: Durante mi postdoc en Francia empecé a usar protocolos con experimentación animal que nos permitían estudiar cómo las experiencias previas participan en la toma de decisiones diarias. En este proyecto "Beyond classical conditioning: Hippocampal circuitos in higher-order memory processes" desarrollaremos nuevos modelos animales en ratón para estudiar cómo experiencias que no están directamente asociadas con otros estímulos pueden afectar a nuestras decisiones. En el mundo de investigación en memoria o cognición lo que se ha hecho hasta ahora en modelos animales es utilizar tests sencillos o estudiar condicionamiento directo. Para entenderlo es que, si yo pongo la mano sobre una superficie y me quemo seguramente en el futuro, cuando vea aquella superficie, evitaré poner la mano. El cerebro codifica de algún modo esta asociación entre mano y superficie y te dice: no lo toques porque te dolerá.
 

Pero si nos fijamos en nuestro día a día, constantemente nos sentimos atraídos o sentimos rechazo por personas, lugares u objetos que no han estado nunca directamente relacionados con una experiencia buena o mala. Por ejemplo, evitamos ir a un lugar porque allí nos encontraremos una persona que no queremos ver. Esto son asociaciones indirectas, en aquel lugar no nos ha pasado nada malo, pero evitamos ir porque la persona en cuestión sí que nos ha hecho una cosa mala. Esto se denomina condicionamiento de orden superior. El proyecto de investigación trata de intentar diseñar modelos para poder estudiar este aprendizaje indirecto, como estímulos o asociaciones indirectas pueden afectar a nuestras decisiones. Creo que estos modelos animales podrán ser mucho más relevantes para estudiar qué pasa en la cognición humana. Ahora estamos haciendo tests con modelos animales muy simples y pensamos que un fármaco mejora la memoria en una enfermedad pero realmente estamos viendo si un animal prefiere un objeto u otro y creo que un test cognitivo algo más complejo seguramente se acerca más a lo que pasa en humanos.

 

— ¿Qué significa para vosotros este reconocimiento?

MB: Es como un sueño, creo que es la plataforma perfecta para lanzar tu carrera investigadora independiente. A partir de ahora no tenemos restricciones de financiación y prácticamente podemos hacer realidad todas las ideas que tenemos en el laboratorio.

AB: Cuando quieres empezar tu grupo de investigación en un país en el cual la investigación no es uno de los pilares y dónde no se invierte mucho, recibir una ayuda como esta por parte de la Unión Europea es un trampolín. Te ayuda mucho a crear tu laboratorio aumentando el número de personas que trabajan contigo y también a tener toda una serie de equipos o espacios que no podrías tener sin esta ayuda.

 

 

— ¿Cuáles son vuestros intereses al margen de la vida académica?

MB: La música en vivo es uno de mis intereses, antes de la covid iba mucho a conciertos. También correr y hacer excursiones, en Seattle hacía muchas y espero poder volver a hacerlas.

AB: Me gusta hacer deporte y me va muy bien porque la vida de investigador a veces puede ser muy estresante. Antes jugaba al fútbol y ahora me gusta correr, en ciertos periodos me he motivado a hacer medias maratones o incluso hice la maratón de Barcelona. También me gusta pasar tiempo con amigos y familia, pero ahora es un poco difícil.

 

— Fuisteis compañeros de promoción en la Universidad, ¿os imaginabais que, años después, os reencontraríais haciendo investigación en un entorno tan próximo a la Facultad?

MB: Hemos seguido en contacto durante todo este tiempo que él estaba en Burdeos y yo estaba en Seattle y de vez en cuando compartíamos becas que habíamos pedido, el proceso de pedir la ERC... ¡Fue genial ver que nos concedieran la ERC a los dos! Además, estoy empezando a estar interesada en los efectos que tiene la malaria en el cerebro y en un futuro podemos pensar en posibles colaboraciones.

AB: Acabamos siendo amigos y, a pesar de que vivíamos fuera, con un grupo de compañeros nos reuníamos una vez al año y nos poníamos al día. María es una de esas personas de las que, aunque no hayas sabido nada en meses, cuando quedabas parecía que no había pasado el tiempo. Compartimos el proceso de enviar el proyecto y recibir la ERC fue una noticia súper buena. Nos hace muy felices porque es una ayuda muy importante y muy necesaria en una época en que ser investigador no es fácil.

 

— ¿Qué aconsejaríais a una persona que se acaba de graduar y quiere empezar una carrera científica?

MB: Que hagan siempre lo que les motiva y les gusta porque una carrera científica en la academia es bastante dura y exigente, necesitas sentir que esto es lo que quieres hacer cuando las cosas no van bien. Así que mi consejo principal sería que se dediquen a algo que haga que cada día tengan ganas de ir a trabajar y dedicar todas las horas que sean necesarias.

AB: Hay una frase que nos dijo el Dr. Eladi Baños en la graduación de Biología Humana: “que tengáis suerte pero que esta suerte os pille trabajando”. Creo que realmente describe lo que tiene que hacer una persona que se quiera dedicar a la investigación. Evidentemente tendrás que tener suerte en muchos momentos, pero si dedicas muchas horas y mucho esfuerzo seguramente la encontrarás.

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