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El coronavirus y sus circunstancias

Fernando G. Benavides es catedrático de Salud Pública en la UPF e investigador del Centro de Investigación en Salud Laboral (CiSAL: UPF-IMIM).
04.08.2020

 

 

Artículo publicado en El Periódico el 27 de julio de 2020.

El SARS-CoV-2, el virus causante del covid-19, fue descubierto, no inventado, y publicado al inicio del pasado enero por investigadores chinos, que pusieron a disposición de todos -gratis- sus características genéticas. Este descubrimiento ha sido básico para desarrollar las pruebas diagnósticas que sirven para identificar a los casos, y también para iniciar el desarrollo de la(s) vacuna(s) y los posibles tratamientos. Igualmente, se ha podido comprobar que los cambios en su composición genómica (mutaciones) han sido muy limitados en cuanto a sus consecuencias clínicas, manteniéndose básicamente -de momento- estables.

Dicho lo cual, si conocemos tan bien al coronavirus, cabe preguntarse, ¿por qué sigue circulado por todo el planeta, paralizando aquí y allá la vida de las personas, y causando hasta hoy más de 600.000 fallecimientos? La respuesta es simple. El covid-19 es el resultado de la interacción entre el SARS-CoV-2, cada uno de nosotros (el llamado huésped) y las circunstancias que nos rodean. El coronavirus no es la única causa, ni de la enfermedad covid-19 ni de la pandemia.

Hiperconexión entre ciudades

Así, por ejemplo, si nos preguntamos por la rapidez con la que se ha extendido la pandemia por todo el planeta no encontraremos la respuesta en las características genéticas del coronavirus, sino más bien en la existencia de la actual hiperconexión entre ciudades de todo el mundo fruto de la globalización económica. Del mismo modo, que si queremos explicar la alta mortalidad en las personas mayores, no se la podemos atribuir solo a las débiles defensas de estas personas por padecer enfermedades crónicas, pues ha habido países con similares porcentajes de población anciana y parecida prevalencia de enfermedades crónicas, además de estar viviendo en residencias, que han tenido unas tasas de mortalidad más bajas, como es el caso de Alemania en comparación con España o Italia. Evidentemente, el coronavirus es la 'casus' necesaria, pero no es suficiente.

Por ello, si queremos controlar la enfermedad primero y prevenirla después necesitamos conocer, además del virus y las condiciones de salud de cada persona (respuesta inmunológica, problemas de salud previos...), sus (nuestras) circunstancias. Por ejemplo, dónde y cómo vivimos, en qué trabajamos, cómo nos divertimos y demás aspectos que nos envuelve desde que nacemos hasta que morimos. Son los llamados determinantes o condicionantes sociales de nuestra salud. Olvidar las características en las que podemos entrar en contacto con el virus, nos impiden entender de manera completa la dinámica de la pandemia y sus efectos sobre la salud de las personas.

Determinantes sociales

El estudio de los determinantes sociales de la pandemia es esencial si deseamos comprender la complejidad del problema en su totalidad, y así hacer frente a los brotes y rebrotes ahora, y prepararnos para las próximas epidemias. Comparar los efectos de la pandemia y las políticas para prevenirlas entre ciudades y países es el camino para aumentar nuestro conocimiento y la manera de identificar las mejores estrategias para hacer frente a sus consecuencias.

 

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