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Siguiendo el rastro de monitorear

El neologismo de diciembre de 2016
15.12.2016

 

Autoría: Martí Freixas y Víctor Ruiz, nodo de Barcelona

Si antes las cosas se rastreaban o se controlaban, desde hace relativamente poco tiempo se han empezado a monitorear. Es cierto que en las últimas décadas el mundo de la electrónica ha dado pasos agigantados con el objetivo de automatizar y mejorar algunas de las funciones que hasta ahora no podíamos llevar a cabo sin la ayuda de un soporte electrónico que facilitase el procesamiento de la información. Así pues, los avances en esta área del conocimiento y la creación de dispositivos electrónicos han propiciado la aparición de nuevas palabras directamente relacionadas con este campo, como por ejemplo app, blogosfera, ciberataque, drone, gadget o teléfono inteligente.

Respecto del neologismo que nos ocupa, este se ha formado mediante un proceso de sufijación, adjuntando el sufijo verbalizador -ear al sustantivo monitor; este sufijo es actualmente uno de los más productivos de la lengua española, y es habitual combinarlo con unidades léxicas cuya base puede ser un préstamo, como en el caso de hackear, mapear o zapear, o un nombre propio, como googlear o tuitear. En relación con el sustantivo monitor, el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, lo define como ‘aparato electrónico que, a través de señales visuales o acústicas, permite hacer el seguimiento de un proceso o un fenómeno’, acepción a la que hace referencia el verbo monitorear.

Es importante señalar que en el Diccionario de la lengua española aparece el verbo monitorizar, que comparte el sentido de monitorear; ambas formas, consideradas adecuadas en español según el Diccionario panhispánico de dudas, significan ‘observar mediante aparatos especiales el curso de uno o varios parámetros fisiológicos o de otra naturaleza para detectar posibles anomalías’. Cabe destacar que el sustantivo monitoreo constituye una derivación regresiva a partir de monitorear, mientras que el verbo monitorizar ha generado monitorización.

Aunque su primera ocurrencia data de 2002, no es sino a partir de 2005 cuando el verbo monitorear se recoge de manera ininterrumpida y se empieza a documentar en distintos periódicos de América Latina y España. El Diccionario panhispánico de dudas señala que monitorizar es más propio de España, mientras que en América se emplea casi exclusivamente monitorear. Sin embargo, se observa que en la base de datos de las Antenas Neológicas también se registran contextos en los que aparece monitorear pertenecientes a periódicos publicados en España y viceversa:

  • El mes pasado la UE retiró a su enviado ante la imposibilidad de monitorear libremente las elecciones e impuso sanciones, entre ellas, la suspensión de ayuda al desarrollo y la prohibición de ingreso a la Unión a Mugabe y 20 de sus ministros y la congelación de sus bienes en Europa. [El País, España, 12/03/2002]
  • Los regímenes totalitarios han logrado ganar bancas en la Comisión y usarlas para bloquear cualquier intento de monitorear sus abusos de los derechos humanos. [La Nación, Argentina, 19/04/2005]
  • En marzo ingresará al Congreso el proyecto de ley que establece el uso de brazaletes GPS que servirán para monitorear la ubicación de pedófilos condenados. [El Mercurio, Chile, 15/12/2007]
  • Muchos de estos sitios se localizan en países donde existen pocos esfuerzos por combatir la piratería —como China— y es difícil monitorearlos, de modo que las compañías de medios no tienen una idea clara de cuánto contenido se está robando. [El Universal, México, 9/02/2009]
  • Incluso, de acuerdo con el Comité Científico encargado de monitorear el volcán, la ceniza podría haberse dispersado desde allí en un radio de 50 kilómetros. [Perú 21, Perú, 15/04/2014]
  • Con nuestra técnica, podemos monitorear continuamente los cambios de volumen de la capa de hielo asociados con el invierno y el verano. [La Vanguardia, España, 6/05/2016]

Según los contextos aquí expuestos, no solo se vigilan cambios fisiológicos o elementos de la naturaleza mediante monitores que proporcionan datos visuales o sonoros, como puede ser un volcán o los cambios de volumen de las capas de hielo, sino que además hay otros factores o hechos no tangibles y difíciles de precisar que son objeto de este rastreo, como por ejemplo las elecciones, los abusos de los derechos humanos o la piratería.

Así pues, todo apunta a que, debido principalmente al consumo de noticias por internet y a otros canales de información, se empleen las formas de monitorear y monitorizar indistintamente en los países de habla hispana y que la diferencia de uso de los dos verbos termine por difuminarse. Eso no quiere decir que en un futuro no puedan coexistir ambas formas en las obras lexicográficas de referencia, ya que, como hemos observado, el uso del verbo monitorear está muy extendido y tiene una gran productividad en todas las fuentes que los distintos nodos de Antenas Neológicas emplean para la recolección de unidades léxicas neológicas.

 

Fuente: Binary Koala

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