La propuesta, organizada por la Fundación Arrels, quiere dar visibilidad a las personas sin hogar y hacer reflexionar la ciudadanía desde la calle, el espacio donde viven estas personas, desde una vertiente artística urbana, directo y sin filtros. La localización de los retratos de las personas protagonistas de la campaña no es casual: están ubicados a los muros de los edificios donde solían dormir y llevan asociado un código QR a través el cual los peatones pueden conocer algo más de su historia. La fachada del rectorado de la UPF acoge una de las intervenciones de la iniciativa, con Inma Fuentes como protagonista. 

“Me gusta la idea de dar visibilidad a las personas que viven en la calle y hacerles un homenaje”, explica Teo Vázquez, quien ha compartido todo el proceso creativo con las personas que ha retratado. “Ha sido una experiencia magnífica conocer estas personas y sus historias; aprender que cuando no tienes casa, las paredes de la calle son invisibles y todo el mundo te puede ver, que cuando la gente pasa por tu lado te mira desde arriba. Con estos murales a diferentes fachadas esto cambia y la persona que antes dormía allá en la calle ahora mira desde arriba”, relata.

La propuesta quiere dar visibilidad a las personas sin hogar y hacer reflexionar a la ciudadanía en la calle, el espacio donde viven estas personas, desde una vertiente artística urbana, directo y sin filtros. 

Historias de vida gigantes

“Nunca nadie me había hecho un homenaje así. Me hace mucha ilusión”, dice Jaume, protagonista junto con su perra Laika de la fotografía que está expuesta en la calle Cardenal Casañas. Jaume y la Laika dormían en un parking y actualmente se alojan en un piso de alquiler social.

Las historias de vida de Jaume y de las otras personas que ha retratado Vázquez son singulares y muy simbólicas. Son las historias de quienes ha tenido que luchar contra un obstáculo importante: la naturalización del hecho que haya personas durmiendo en la calle. “Yo era invisible, como un fantasma, pero ahora todo el mundo me saluda”, dice Juan Essomba, otra de las personas protagonistas de la campaña. Romper esta invisibilidad es clave para transformar percepciones y trabajar sobre el estigma que rodea el hecho de dormir en la calle. La intencionalidad de hacer visibles estas personas y sus historias es también el motivo que da nombre al proyecto.

Son trece las historias de vida que se explican y que son tan grandes como las imágenes que las enmarcan. Recuerdan que hay que romper prejuicios y entender que nadie escoge no tener casa, que ninguna persona tendría que dormir en la calle. Trece historias que representan las de las más de 1.100 personas que viven actualmente en la calle en la ciudad de Barcelona.