El auditorio del edificio Mercè Rodoreda del campus de la Ciutadella ha acogido, el 30 de marzo, por la tarde, el acto de toma de posesión de los decanos de las facultades de Derecho (Anna M. Caballé, que renueva su mandato), Humanidades (Ana Delgado, nueva decana) y Ciencias de la Salud y de la Vida (Joan Ramon Masclans, nuevo decano).

El acto ha estado presidido por Laia de Nadal, rectora de la UPF, y ha contado con la presencia de los decanos entrantes y salientes, varios vicerrectores y otros miembros del Consejo de Dirección, cargos académicos, responsables de servicios y unidades administrativas y miembros del equipo de gerencia.

Tras una bienvenida de Laia de Nadal, Enric Vallduví, secretario general de la Universidad, ha leído una por una las resoluciones de nombramiento de los tres decanos, que se han ido acercando, de forma consecutiva, a la mesa presidencial, para firmar la diligencia de la toma de posesión. Este nombramiento les faculta para ocupar el cargo durante un período de tres años, después de las elecciones celebradas en sus respectivas facultades este 2023.

La primera en firmar ha sido Anna M. Caballé, que renueva el cargo como decana de la Facultad de Derecho (éste será su tercer mandato consecutivo). Seguidamente, ha sido el turno de Ana Delgado, nueva decana de la Facultad de Humanidades, en sustitución de Josep Maria Castellà. Por último, ha firmado la resolución Joan Ramon Masclans, nuevo decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida, en sustitución de Quim Gea.

"Este acto sirve para valorizar y visibilizar, ante toda la comunidad universitaria, la labor de gestión que llevan a cabo los cargos académicos"

En la parte final del encuentro, la rectora Laia de Nadal ha hecho un pequeño parlamento en el que ha dado las gracias, tanto a los decanos entrantes como a los salientes, por su compromiso y dedicación. Ha destacado que este acto simbólico servía para "valorizar y visibilizar, ante toda la comunidad universitaria, la labor de gestión que llevan a cabo los cargos académicos."

Para la rectora, "son cargos que comportan mucho trabajo y no están suficientemente reconocidos ni valorados". Pero que sin embargo, “son enriquecedores, una forma de hacer y aportar a la institución”. “Siento una gran alegría de ver que la gente de la casa, pese a los problemas del día a día, se anima, se presenta, y hace el trabajo. Toda mi gratitud”, ha concluido.