Artículo publicado en El Periódico el 21 de julio de 2022

Cada vez son más frecuentes las muertes de personas trabajadoras como consecuencia de los golpes de calor. Con el calentamiento global, las defunciones por oleadas de calor están aumentando a un ritmo vertiginoso. Desgraciadamente, a consecuencia de la que está asolando España, hemos asistido a varios casos recientes. Un trabajador de 58 años murió el pasado 16 de julio al sufrir un desmayo cuando desarrollaba su labor de mecánico en un taller de Móstoles; tenía una temperatura corporal de 42,9 grados. La madrugada del sábado también murió un operario del servicio de limpieza del Ayuntamiento de Madrid, de 60 años, que se desplomó mientras trabajaba en el distrito del Puente de Vallecas. Ahora bien, deben decirse las cosas por su nombre: estamos ante accidentes de trabajo evitables.

[Seguir leyendo]