Los diccionarios web, una herramienta de consulta habitual pero aún poco accesible
Los diccionarios web, una herramienta de consulta habitual pero aún poco accesible
Hace ya algunas décadas que los estudios de accesibilidad investigan cómo se puede mejorar el diseño de las páginas web para hacerlas universalmente accesibles. Sin embargo, no ha sido hasta muy recientemente cuando se ha empezado a investigar sobre la forma de hacer que los diccionarios sean más accesibles, tema que centra este artículo de opinión.
En el contexto de digitalización actual, somos pocos los que todavía consultamos los diccionarios en papel. En cambio, todos nosotros tendemos a usar diccionarios en línea, por ejemplo, para saber si una palabra se escribe con b o con v, o para conocer el significado de un término en inglés que nos resulta desconocido o para tratar de resolver un acertijo especialmente difícil del Paraulògic o del Wordle. Cualquiera de las búsquedas que se requieren para ello, aparentemente simples, pueden sin embargo resultar tremendamente farragosas, si no imposibles, para usuarios con discapacidad o con dificultades de comprensión lectora si el diseño del diccionario no los ha tenido en cuenta, ya sea porque se emplean colores que no son perceptibles para una persona con baja visión, porque se usa una tipografía que crea confusión a las personas con dislexia o porque no resulta posible operar con el sistema de navegación usando un lector de pantalla.
Hace ya algunas décadas que los estudios de accesibilidad investigan cómo se puede mejorar el diseño de las páginas web para hacerlas universalmente accesibles. Sin embargo, no ha sido hasta muy recientemente cuando se ha empezado a investigar sobre la forma de hacer que los diccionarios sean más accesibles. A ello ha destinado sus esfuerzos el grupo de investigación de InfoLex, adscrito al Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la UPF, que con este fin tiene en cuenta a usuarios con perfiles diversos, que pueden tener necesidades distintas, como personas ciegas o con baja visión, con sordera o hipoacusia, con dislexia o con problemas de comprensión lectora.
Basándonos en el hecho de que la lexicografía tradicional ya ha profundizado en cuestiones de diseño de la estructura de los diccionarios para facilitar su uso, en el marco del proyecto LEXICAL, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, pretendemos adaptar el conocimiento adquirido desde la lexicografía a las pautas de accesibilidad web promovidas por el Consorcio WWW.
Las pautas de accesibilidad web promovidas por el Consorcio WWW atienden a cuatro principios fundamentales: toda página debe ser perceptible, comprensible, operable y robusta. Es decir, el diseño empleado ha de permitir que todos los elementos que aparecen en la pantalla puedan ser percibidos por los usuarios; además, el usuario ha de comprender en todo momento cómo ha de interactuar con la página para llegar a la información, y ha de ser más tarde capaz de comprender la información cuando la encuentre. Asimismo, las interfaces de consulta deben permitir que cualquier usuario pueda operar con ellas, y el diseño debe soportar distintos sistemas operativos y dispositivos de consulta. Así, por ejemplo, un diccionario que emplee tipografías de colores verde y rojo para marcar opciones correctas e incorrectas, sin ninguna otra marca, no presentará esta información de forma perceptible para un usuario daltónico. Del mismo modo, si se emplean botones para activar un audio con la pronunciación de una palabra y esos botones se identifican únicamente mediante un icono que no esté descrito con texto alternativo, esta información no estará al alcance de un usuario ciego.
La mejora de la accesibilidad de los diccionarios en línea debe atender a distintos factores. En primer lugar, deben emplearse tipos de letra claros y con colores que contrasten, en disposiciones de página que no resulten confusas. En este sentido, conviene señalar que en la mayoría de los casos una palabra posee diversos significados, que en los diccionarios electrónicos se distinguen por la distribución del texto en la pantalla, y que sobre cada uno de ellos se proporcionan informaciones diversas ―definición, ejemplos, categoría gramatical, locuciones, etc.—, que se suelen distinguir por la tipografía o el empleo de colores. Para garantizar que esta información sea accesible para todas las personas, es necesario incorporar un sistema de etiquetado de la información rico, en general inexistente en los diccionarios actuales, que permita al usuario que emplea un lector de pantalla navegar por la pantalla sin tener que leer todo el contenido completo y detenerse solo en la lectura de los apartados específicos donde se halla la información que busca.
Una segunda cuestión que no está bien resuelta todavía para las personas con discapacidad visual es la incorporación de imágenes. Si bien los diccionarios suelen contar con texto alternativo, esto es, una descripción breve de las imágenes más relevantes de sus páginas —no de todas, como sería esperable—, a menudo dicha descripción es insuficiente para la consulta del diccionario. No basta, por ejemplo, que en la imagen de un ornitorrinco que ilustra la entrada de este animal en un diccionario el texto alternativo diga únicamente “ornitorrinco”, sino que debe recoger los principales aspectos que ilustra la imagen (por ejemplo, que es un animal nadador, con pelo, aletas y pico).
Por último, la lexicografía se ha preocupado tradicionalmente de facilitar la comprensión de las definiciones. En este sentido, queremos destacar la idoneidad de aplicar las pautas del lenguaje fácil de comprender a la definición lexicográfica. En esta línea, hoy encontramos herramientas como el Diccionario fácil de Plena Inclusión Madrid, específicamente diseñadas para cubrir las necesidades de las personas con discapacidad cognitiva, que emplean las pautas de la lectura fácil para favorecer la comprensión lectora.
Blanca Arias y Sergi Torner
Investigadores del grupo InfoLex (Universitat Pompeu Fabra)
Departamento de Traducción y Ciencias del Lenguaje