La UPF acoge una mesa redonda que analiza el Plan Piloto para implementar la Renta Básica Universal en Cataluña
La UPF acoge una mesa redonda que analiza el Plan Piloto para implementar la Renta Básica Universal en Cataluña
La UPF acoge una mesa redonda que analiza el Plan Piloto para implementar la Renta Básica Universal en Cataluña
El acto, presidido por Oriol Amat, rector de la UPF y miembro del Consejo Asesor de la Oficina del Plan Piloto del Govern de Cataluña, ha contado con la participación de Sergi Raventós, jefe de esta oficina; Anna Segura, analista senior de Ivàlua, y Jaume Vives-i-Bastida, investigador del MIT. Todos ellos recalcaron la idoneidad y la innovación del proyecto, que permitiría mejoras en el reparto de la riqueza y el bienestar de las personas.
En Cataluña, el Govern de la Generalitat creó en 2021 la Oficina del Plan Piloto para implementar la Renta Básica Universal, adscrita al Departamento de la Presidencia, y formada por un equipo de expertos. Varios de los miembros que están trabajando en este proyecto han participado en una mesa redonda en la Universidad Pompeu Fabra, titulada “Renta Básica Universal: metodología, perspectivas y expectativas”, dentro de la cual han tratado el contexto político y social en el que se enmarca, así como el diseño, la evaluación y los aspectos más innovadores de la propuesta.
La mesa redonda ha tenido lugar el 23 de enero, a las 11.30 horas, en la sala polivalente del edificio Mercè Rodoreda del campus de la Ciutadella, presidida por Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad, rector de la UPF y miembro del Consejo Asesor de la Oficina del Plan Piloto, que ha realizado la apertura y cierre del acto. Ha contado con la participación de Sergi Raventós, jefe de la Oficina del Plan Piloto para Implementar la Renta Básica Universal; Anna Segura, analista senior de Ivàlua, y Jaume Vives-i-Bastida, investigador del MIT.
Todos ellos han enfatizado la idoneidad de llevar a cabo el proyecto del Plan Piloto para implementar la RBU en Cataluña (si llega a aplicarse, el coste sería de 80 millones de euros en dos años), que permitiría obtener información relevante a la hora de realizar avances en el reparto de la riqueza y mejorar el bienestar de las personas.
Oriol Amat: “El ser humano no ha encontrado la manera de repartir bien la riqueza que genera, y la renta básica universal en el fondo tiene que ver con esto”
El rector Oriol Amat, en la apertura del acto, ha afirmado que la RBU es un tema que por sus implicaciones sociales, económicas y de todo tipo, vale la pena profundizar al máximo, y que pese a las dudas que comporta, "da para mucho”. Especialmente si se tienen en cuenta los cambios disruptivos que ha comportado la cuarta revolución industrial, que provoca que parte de la población se esté quedando atrás. "Tenemos un sistema económico que genera mucha riqueza: el ser humano ha demostrado sobradamente que puede generar una riqueza suficiente para que la humanidad pueda vivir dignamente. El problema es que no ha encontrado la forma de repartirla bien, y la renta básica universal en el fondo tiene que ver con esto”, ha reflexionado.
Sergi Raventós, jefe de la Oficina del Plan Piloto para implementar la RBU, en su presentación inicial, ha destacado que se trata de un debate que ya hace muchos años que dura, que ha venido para quedarse, y que vale la pena profundizar en él. “Es evidente que las actuales prestaciones como el Ingreso Mínimo Vital (IMV) del gobierno de España, y la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC), del gobierno de Catalunya, no han acabado con la tasa de pobreza, que se mantiene en el alrededor del 20%”.
Raventós ha repasado la trayectoria histórica del debate sobre la RBU, que en Cataluña se remonta al año 2002 con una propuesta en el Parlament hecha por Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya, y también presente en el acuerdo del Tinell al que llegó el Tripartito. Ya en 2020, diversas entidades del ámbito de la cultura y movimientos sociales se posicionaron a favor de la RBU, y en 2021 se incluyó en varios programas electorales, hasta llegar a formar parte del acuerdo de investidura del Govern de la Generalitat.
Las cuatro características principales de definen la RBU son que es individual, incondicional, universal y periódica
El jefe de la Oficina del Plan Piloto ha repasado las cuatro características principales que definen la RBU: es individual, incondicional, universal y periódica, así como algunos de los beneficios que comporta el proyecto sobre el que están trabajando: por ejemplo, da respuesta a problemas de emancipación de los jóvenes, profundiza en el empoderamiento de las mujeres, y aporta tranquilidad psicológica y reducción del estrés, entre otras ventajas.
"Desde la Oficina del Plan Piloto, tenemos claras las características que han hecho diferente nuestra propuesta de los planes piloto que ha habido hasta ahora, como el de Finlandia", ha recalcado Raventós. Así, ha destacado la población diana, que testea y experimenta con la universalidad (englobará al 90% de la sociedad, excluyendo sólo al 10% de las rentas más altas); cuenta con una cuantía de la muestra considerable (5.000 personas, frente a las cerca de 2.000 del plan piloto de Finlandia). Estas 5.000 personas se dividirán en dos grupos: el primer grupo lo formarán ciudadanos que recibirán la renta universal, y el segundo grupo (de control), ciudadanos no recibirán ayuda alguna.
Otras características que definen el Plan Piloto son la cuantía de la prestación, que será una renta básica suficiente (800 euros mensuales los adultos y 300 euros los menores de 18 años), para dar respuesta al umbral de la pobreza en Cataluña); la duración (dos años), o el hecho de que abordará aspectos sobre los que hasta ahora no existían datos, como las actitudes de las personas hacia el estado del bienestar, el mercado de trabajo, la salud, la mejora del autonomía, estado emocional y libertad de elección, entre otros.
En su turno, Anna Segura, analista senior de Ivàlua, ha explicado el diseño y la evaluación del Plan Piloto y la participación del organismo del que forma parte en el proyecto: “Desde Ivàlua nos hemos encargado de que el plan de RBU sea evaluable, y que dé información que no tenemos, es decir, que estemos llenando vacíos que hasta ahora había dejado la literatura sobre el tema”. Ha añadido que "hemos asesorado a la Oficina del Plan Piloto sobre qué diseño utilizar para poder tener relaciones causales".
Segura ha explicado detalles del diseño innovador del Plan Piloto, cuya muestra se divide en dos subpartes: una primera que consiste en un experimento controlado, a escala de domicilio, para encontrar los efectos causales de la renta básica sobre los individuos y los hogares; y una segunda parte, para reforzar el equilibrio general y la universalidad, consistente en un experimento sintético para estudiar los efectos agregados a escala municipal.
Precisamente, Jaume Vives-i-Bastida, investigador del MIT, ha hablado de esta última parte referente al control sintético, que ha consistido en escoger dos municipios, de entre 1.200 y 1.400 habitantes, para que reciban la RBU, y en paralelo, cinco municipios más para el grupo de control, siguiendo criterios de representatividad y credibilidad, con el objetivo de que “recreen al máximo posible la realidad de Cataluña”.
La parte final del acto ha consistido en un turno de preguntas por parte del público asistente (alguna de las intervenciones ha mostrado preocupación por el hecho de que la RBU podría fomentar la pasividad y la desmotivación de las personas a la hora de buscar trabajo) , y una clausura a cargo del rector Oriol Amat, que ha repasado algunos datos relacionados con los costes que supondría la RBU para Cataluña, a partir de un estudio realizado por él mismo, conjuntamente con el profesor Xavier Ferràs (ESADE).
Según este análisis, inicialmente, el coste bruto de aplicar la RBU sería entre 33.000 y 50.000 millones de euros, pero finalmente, quedarían reducidos a 7.000 millones, una vez restados todos los gastos y prestaciones que se ahorrarían y reequilibrios a realizar, y teniendo en cuenta que la parte de la población con rentas más altas debería pagar más impuestos. “Este proyecto que estamos planteando tiene su coste, pero no cabe duda de que nos permitirá obtener información muy relevante. Se enmarca en la emergencia climática y social en la que estamos inmersos, y habría que mirar bien sus impactos para que todo sea asumible”, ha concluido.