“Me gusta decir que estoy haciendo una investigación doctoral en neurociencia cognitiva desde una mirada técnica e ingenieril”, asegura Irene Vigué-Guix, y añade que “me siento afortunada de poder estar becada por el estado y contar con el apoyo del Multisensory Research Group - MRG y la familia del Center for Brain and Cognition (CBC)”, que forma parte del DTIC.

“Me gusta decir que estoy haciendo una investigación doctoral en neurociencia cognitiva desde una mirada técnica e ingenieril”

Su investigación se centra en crear un puente entre la actividad eléctrica del cerebro y el comportamiento de una persona mientras realiza una tarea cognitiva, como por ejemplo de atención o percepción. Para hacerlo, explica, “he diseñado un sistema basado en una interfaz cerebro-ordenador (Brain-Computer Interface, en inglés) que graba la actividad cerebral a tiempo real de una persona de forma no-invasiva a través de electrodos”. Este sistema “permite entrever, a través de una serie de computaciones y análisis, cuál es ‘el estado del cerebro’ más receptivo para poder enviar información -por ejemplo, un estímulo o un flash visual- a la persona porque la perciba en un momento óptimo”. Este enfoque de la investigación “permitiría enviar información en el momento en que nuestro cerebro está preparado para recibirla y no hay pérdidas”, remarca Vigué.

“he diseñado un sistema basado en una interfaz cerebro-ordenador que graba la actividad cerebral a tiempo real de una persona de forma no-invasiva a través de electrodos”

La idea es, como explica la investigadora, “utilizar este sistema para poner en práctica parte de la teoría de la neurociencia cognitiva respecto a la relación entre los diferentes ritmos del cerebro y algunas funciones cognitivas.” Por ejemplo, “se habla mucho de como el ritmo alfa de la actividad cerebral, -una frecuencia baja de 8-12Hz muy prominente cuando cerramos los ojos y estamos relajados-, está relacionada con la atención y la percepción”. Lo que hace Irene es “buscar estudios ya realizados de neurociencia cognitiva donde se haya encontrado una relación entre las características de la actividad ondulatoria del cerebro (como, por ejemplo, la amplitud de la señal y el ritmo o frecuencia específica) y el comportamiento o respuesta de una persona (por ejemplo, el tiempo de reacción o la exactitud de la respuesta)”.

Una de las cosas que más le gusta de su trabajo es que “para el grupo de investigación, es muy importante el concepto de "buena ciencia" y promovemos que la investigación sea lo más transparente posible, haciendo análisis previos por saber si tenemos suficiente poder estadístico como para afirmar o refutar nuestras hipótesis, escribiendo pre-registros de los estudios al Open Science Foundation (OSF) antes de ir al laboratorio a pasar los experimentos, publicando en repositorios públicos porque todo el mundo pueda acceder (siempre y cuando sea posible)”.

"Para el grupo de investigación, es muy importante el concepto de 'buena ciencia' y promovemos que la investigación sea lo más transparente posible"

Además de hacer investigación, Irene Vigué-Guix también dedica parte de su tiempo a la divulgación de la misma, elemento imprescindible para hacer llegar a la sociedad la tarea que hacen los investigadores. A través del blog Brain-tist, explica la evolución de su trabajo en el laboratorio, comparte recursos que considera relevantes y opina sobre campos científicos de su interés. Una tarea ingente y hecho con mucha cura que tuvo su reconocimiento el curso pasado, cuando ganó el Premio Sant Jordi 2020 de la UPF en la categoría de “Blogs, redes sociales y páginas web personales”.

Su faceta más creativa 

Irene nos explica que Eneri.Arte, que define como proyecto artístico-terapéutico empezó a rodar mientras estaba haciendo el máster en Cerebro y Cognición en la UPF. La idea surgió cuando “decidí empezar a hacer terapia de la mano de una psicoterapeuta Gestalt- creativa, después de descubrir dentro de mí un vacío existencial que no sabía cómo llenar”. Asegura que como “más indagaba en mí, en mi historia, mi mochila y todo lo que no me había permitido sentir a lo largo de mi vida, más necesidad sentía de dibujarlo -porque no encontraba palabras para explicarlo-”. El que inicialmente eran ilustraciones para el uso y el goce personal, han acabado siendo de dominio público a través de su blog creativo y el perfil de instagram asociado, @eneri.arte. Ahora, ya hace tres años que comparte con todo el mundo su creatividad.

“decidí empezar a hacer terapia de la mano de una psicoterapeuta Gestalt- creativa, después de descubrir dentro de mí un vacío existencial que no sabía cómo llenar”

El proyecto ha ido creciendo y, además de hacer ilustraciones afectivas que reflejan su proceso de crecimiento personal, también ha encontrado nuevas vías de expresión y comunicación para representar lo que pasa por su interior. Un buen ejemplo es la publicación de su primer poemario ilustrado La espiral del (des)amor, editado por Exlibric el pasado mes de septiembre. El libro se puede adquirir por diferentes vías, tanto en formado papel como en formato ebook. Actualmente, ya trabaja para escribir la segunda parte del libro.

“Siento que ambas partes, la científica y la artística, habitan dentro de mí”, recalca la investigadora, y añade que “a pesar de que podrían, aparentemente, estar en conflicto -y en algunos momentos lo he vivido así-, se complementan entre sí y se ayudan la una a la otra”. Vigué-Guix lo ejemplifica: “Siempre que hago una presentación al seminario de nuestro grupo de investigación hay alguna ilustración mía porque dibujar me ayuda a bajar las ideas que tengo y a plasmarlas tal como las percibo en mi mente”. Visualiza la tesis doctoral “como un elemento que me ayude a tejer un hilo conductor entre los diferentes estudios que estoy llevando a cabo y que vaya acompañado de ilustraciones que faciliten la comunicación y la divulgación científica”.

“Siento que ambas partes, la científica y la artística, habitan dentro de mí”

Irene desconoce a día de hoy, a que se dedicará en el futuro, pero afirma que “ahora mismo tengo claro que estoy donde tengo que estar y con esto tengo más que suficiente para seguir aprendiendo y creciendo como persona, neurocientífica y artista”. Y asevera que no sabe “donde me llevarán mis pasos ni qué camino escogeré cuando acabe el doctorado. Pero sé que quiero seguir vibrando y haciendo lo que más me apasiona, seguirme haciendo preguntas y hacer todo lo posible para obtener las respuestas, y seguir utilizando el arte como vía de expresión creativa y complementaria a la ciencia.”

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