Atrás La pintura pop(ular) de Teresa Perich

La pintura pop(ular) de Teresa Perich

Teresa Perich es administrativa de la Unidad de Gestión Académica de Economía y Empresa. Fuera de la Universidad, su pasión son los retratos y se dedica a hacer encargos y pintar figuras importantes de la cultura pop y personas que se encuentra cuando viaja.

27.04.2022

 

Jekyll Hyde

Si paseaste durante el mes de marzo por la sala de exposiciones del campus de la Ciutadella probablemente te encontraras con un retrato muy característico de Michael Jackson. Este cuadro se encuentra dentro de la iniciativa de UPF Cultura, “Expone tus obras en la Universidad”, dirigida a potenciar y dar a conocer el talento artístico de las personas que integran la comunidad universitaria de la UPF.

Retrato de Michael Jackson de Teresa Perich

Con un trazado muy realista y pintado a pastel, cualquier persona puede rápidamente reconocer al rey del pop y compositor de discos tan emblemáticos como Thriller u Off the Wall. La autora de este retrato es Teresa Perich, administrativa de la Unidad de Gestión Académica de Economía y Empresa.

“Desde pequeña me encanta dibujar”, ​​explica Teresa. "Los reyes magos me llevaron la primera caja de pinturas al pastel y un caballito de pintura". “Entonces fue cuando me apunté a varios cursos y academias, y ahí empecé a dedicar más horas ya practicar más”.

Lo que ha interesado desde siempre Teresa es la figura humana. Explica que no sabe exactamente el motivo, pero cuando va a un museo, sus ojos siempre se van “hacia los retratos”. Le gusta mucho dibujar personas famosas, "por el impacto que producen": "Funcionan muy bien, porque me gustan a mí ya otra gente, y todo el mundo puede reconocerlos".

Le gusta mucho dibujar personas famosas "por el impacto que producen": "Funcionan muy bien, porque me gustan a mí ya otra gente, y todo el mundo puede reconocerlos".

"Pinto famosos que me gustan o se me caen bien", dice. "De hecho, mi próximo proyecto será Chiquito de la Calzada", exclama riendo, "que no es un presidente ni un premio nobel, pero ha sido una persona importante".

Su ídolo es Michael Jackson: “siempre he sido fan de Michael Jackson, desde Thriller”. De él, ha hecho cinco retratos, pero ha pintado otros muchos famosos, como Stevie Wonder, Steve Urkel, Bruce Willis, Kim Bassinger, Jean Claude Van-Damme o Conan el Bárbaro.

Stevie WonderSteve UrkelConan el bàrbar

De izquierda a derecha, Stevie Wonder, Steve Urkel i Conan el Bàrbar.

 

Otra fuente de inspiración para ella son "las fotografías que hago cuando voy de viaje o paseando por Barcelona", donde retrata a personas que encuentra interesantes y la inspiran.

 

retrat a la Rambla de BarcelonaViatge a Japó

A la izquierda, un retrato hecho a la Ramba de Barcelona i a la derecha, uno hecho a partir de una fotografia de Teresa en un viaje a Japón

 

Aparte, también hace retratos por encargo, de particulares que le piden. “Cuando empecé, alguien que vio lo que pintaba y me pidió hacerle un retrato de su madre”, relata, “ya ​​partir de ese boca a oreja empecé a hacer encargos”. “Cuando empecé a ver que la cosa se ponía sería, cuando yo debía tener unos 25 años, intenté dedicarme profesionalmente”, explica, “pero aunque no es estimulante decirlo, vivir sólo de eso es muy difícil”. “Yo lo intenté durante un año, justo antes de entrar en la Pompeu, pero vivir de la pintura si tienes que pagar una hipoteca…complicado, no salen los números y al arte no puedes ponerle presión”. “Entonces”, sigue, “entendí que lo ideal fue lo que me pasó cuando conseguí el trabajo, aquí en la Pompeu, que el horario que tenemos, me permite dedicarme a la pintura por las tardes. Entonces todo es mucho más tranquilo porque ya tienes una estabilidad”.

Además, el trabajo de Teresa le da una “disciplina” que es esencial a la hora de realizar los encargos. “Son cosas muy distintas, porque el trabajo de administrativo es trabajo bastante monótono, y la pintura es muy creativa. Pero, como en el trabajo, el resultado de los encargos debe ser muy bueno”.

Para Teresa, los encargos que implican una carga emocional son los más complicados, porque “provocan mayor tensión”. “Tienes que hacerlo muy bien”, dice, “porque sabes que por aquella persona, a la que le estás haciendo su perro, que se le ha amado mucho y ha muerto, o su hijo que acaba de nacer o su abuelo…, es una imagen muy especial”.

Para Teresa, los encargos que implican una carga emocional son los más complicados, porque “provocan mayor tensión”. “Tienes que hacerlo muy bien”, dice, “porque sabes que por aquella persona, a la que le estás haciendo su perro, que se le ha amado mucho y ha muerto, o su hijo que acaba de nacer o su abuelo…, es una imagen muy especial”. Pero explica, también, que los encargos son lo que la motivan a seguir pintando: "es muy bonito cuando la gente se emociona cuando le das el retrato". "Hay gente que ha llegado a llorar de emoción", explica conmovida, "y esto es una de las cosas que me motivan a seguir pintando".

Una foto de encargo pintada por Teresa.

La pintura al pastel, más rápida y práctica

"La pintura al pastel es rápida de hacer", explica Teresa, "y yo la encuentro más práctica que la pintura al óleo". “Al ser barritas de yeso de color y lápices de pastel, puedes trabajar rápido y con un resultado muy bueno”. "Y además, lo puedes transportar fácilmente a todos los sitios", añade.

“Con la pintura pastel, como no debes esperar a que se seque y no debes ir agregando capas, puedes hacer los cuadros rápido”, explica Perich. "Depende de la obra, pero yo suelo tardar unos quince días en hacer un cuadro". "A veces, hay momentos que te atascas con una obra y decides guardarla unos días, y entonces se puede alargar más en el tiempo", sigue. "Entonces cuando vuelvo a mirar el lienzo veo detalles a mejorar y me desatasco, incluso a veces me levanto a media noche a hacer retoques de aquellas obras que me están suponiendo un reto", exclama riendo.

“El pastel ha sido un material algo marginado respecto a la pintura al óleo, pero yo creo que con este material se consiguen unos resultados tan dignos como con otras técnicas”.

“El pastel ha sido un material algo marginado respecto a la pintura al óleo, pero yo creo que con este material se consiguen unos resultados tan dignos como con otras técnicas”. Y añade, “Leonardo da Vinci fue de los primeros en utilizar el pastel”. “Mi pintor pastelista preferido es Quentin de la Tour”, pintor retratista francés del período rococó conocido por haber retratado a Voltaire, Luis XV o Madame de Pompadour. "Sus retratos son de una calidad enorme, los tonos y la textura de la piel son increibles", explica, "sus obras se exponen en el Louvre y pasé toda una mañana admirándolas".

Para Teresa, el principal reto a la hora de hacer un retrato es la boca, como explica: “La gente cree que el ojo es el más complicado y en cambio la boca, no sé por qué, es muy complicada. Es muy difícil captar la expresión de la boca, y si la haces mal, un poquito arriba o un poquito abajo, el retrato no funciona”.

Pintar para la gente y como ejercicio personal

Teresa ha participado en diversas exposiciones individuales y colectivas, "sobre todo en centros cívicos, que son los que lo ponen más fácil". Ha expuesto en el Centro Cívico Matas i Ramis o en el centro de Guinardó. Además, ha participado en algunas exposiciones colectivas, como en la sala Esart o en el Círculo Artístico Sant Lluc, o la de la Universidad Pompeu Fabra, junto con otros trabajadores y estudiantes.

En 2008, ganó el primer premio del concurso de pintura de Horta, organizado por el Centro Cívico Matas i Ramis. "Quería presentar una pintura que fuera impactante, y encontré la foto de esta niña en la web de un fotógrafo y la pinté", explica. "Quería hacer algo que fuera visualmente impactante para tener opciones de ganar el concurso, es decir, fui de cara a impresionar al máximo al jurado", dice.

“Para mí pintar es un rato para mí misma, como quien hace meditación, en el que estoy super concentrada, me desconecto de lo que ocurre alrededor y no pienso en nada”, explica.

Pintura de Teresa Perich guardonada con el primer premio del concurso de pintura d’Horta

“Para mí pintar es un rato para mí misma, como quien hace meditación, en el que estoy super concentrada, me desconecto de lo que ocurre alrededor y no pienso en nada”, explica. “En ese momento sólo pienso en la pintura, en conseguir un color, una textura, puntos de luz…”. "Pinto las tardes que puedo", sigue, "dos a la semana, o los domingos por la tarde, que son un día un poco tonto". "Me pongo la música que me gusta, y me pongo unas dos horas, y desconecto de todo".

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