Atrás José María Micó, cantautor que no canta

José María Micó, cantautor que no canta

Filólogo y catedrático de Literatura del Departamento de Humanidades, revela unas pinceladas de su vida fuera de la Universidad: un cuadro con tonos nocturnos, paisajes bohemios y sonidos de guitarra.

27.01.2021

Imatge inicial

“Si me tuviese que definir de alguna manera sería como un hombre de letras”, responde a la pregunta José María Micó entre risas, las cuales son capaces de transmitir su vitalidad y su afabilidad incluso a través del teléfono. Según él, este término es capaz de condensar lo que muchos dividen en pasión y profesión, y que para él significa “preocuparse por el hecho mismo de la escritura”, incluyendo desde su poesía y sus canciones a sus estudios filológicos.

Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona, se doctoró en 1989 e imparte clases desde 1992 de literatura española y europea en la Universidad Pompeu Fabra. Para él, lo principal en la docencia son “el rigor y la pasión”, que en su caso pasa por transmitir a sus estudiantes la importancia y esencia de autores como Dante, “que siguen vivos a día de hoy, por ello son clásicos”. En su paso por esta universidad también dejó una generosa donación de 12.000 volúmenes al fondo de la Biblioteca.

Micó revela que durante toda su vida ha tenido la música “como un deseo escondido en un cajón”. Para comprender el origen de esta pasión casi enterrada, pero siempre latente, hay que remontarse a su juventud: “cuando tenía 18 años tenía bien claro que quería hacer dos cosas: una era traducir la Divina Comedia de Dante y la otra escribir canciones”, explica con la precisión que solo una promesa férrea puede hacer sobrevivir en el tiempo.

José María Micó, foto de Lena Prieto

“Cuando tenía 18 años tenía bien claro que quería hacer dos cosas: una era traducir la Divina Comedia de Dante y la otra escribir canciones”

Sin embargo, ambos propósitos tuvieron que esperar para cumplirse. “Durante casi cuarenta años me he dedicado a formarme y trabajar como filólogo, pero nunca me olvidé de ninguna de las dos ilusiones”, explica el catedrático de Literatura del Departamento de Humanidades de la UPF. La música, sin saberlo, fue la primera en cumplirse: los poemas que le acompañaron desde su juventud hasta su trayectoria profesional como catedrático se fueron convirtiendo al son de su guitarra en canciones. En segundo lugar, y hace tan solo dos años, vio la luz el segundo de los propósitos de Micó: su propia traducción de la Comedia de Dante Alighieri, que se suma a su larga lista de traducciones de clásicos al castellano.

Una segunda vida secreta como guitarrista cuando cae la noche

José María Micó recuerda con complicidad el comienzo de sus andadas musicales, unos años en los que se podría decir que tenía una segunda vida en toda regla. “Yo había tocado la guitarra antes de empezar la carrera”, explica, “y cuando mi mujer, Marta, comenzó a practicar ejercicios de canto, no tardé en poner el oído y de manera secreta volví a la guitarra”. De la manera más inesperada su gran pasión tomaba forma. “Fue un regalo del destino”, confiesa Micó, “estuve esperando que me pasase algo así toda la vida, pero lo tenía en mi propia casa y no me había dado cuenta”.

Actuación en la inauguración de la exposición “Exclòs de préstec"

Así surgía el dúo musical MartayMicó, pero de manera secreta. “No se lo decíamos a nadie”, recuerda, “A la mañana siguiente ambos teníamos que dar clase, pero cada martes estábamos cantando y tocando en las noches de tangos en el Pastis hasta altas horas de la madrugada”. Ambos fueron compaginando esta segunda vida secreta hasta que en 2013, dieron su primer concierto con canciones propias para amigos y familiares, en lo que sería un gran hito en su trayectoria musical, que a día de hoy deja atrás muchos conciertos, tres discos (en uno de ellos compartiendo una canción con Joaquín Sabina) y uno más en preparación.

“No se lo decíamos a nadie. A la mañana siguiente ambos teníamos clase, pero cada martes estábamos cantando y tocando en la noche de tangos hasta altas horas de la madrugada”

Marta y Micó / foto de Juan Miguel Morales

Respecto al estilo musical, Micó se define “como un cantautor que no canta”. Las letras y la música son suyas, “pero afortunadamente canta la cantante”, ríe el catedrático. Sin embargo, su música tiene una doble concepción: “por un lado tenemos esta faceta de canción de autor”, pero por otro lado “intentamos darle una dignidad y variedad musical, a la que este estilo de música no acostumbra”, afirma. Desde la música clásica hasta el jazz, pasando por el folclore latinoamericano, su diverso gusto musical influencia sus creaciones: “escribo las melodías en función de mis gustos, pero busco que cada poema tenga su propia personalidad. Entonces en algún caso sale una bossa nova, en otro una balada, un tango o un fado”.

Poesía, el escape creativo de la existencialidad diaria

José María Micó, Primeras voluntades

Para Micó, la poesía ha sido desde joven “una vocación íntima”, a través de la cual poder expresarse, “una manera de poder entender la vida”. Entre los siete libros de poesía y dos antologías que ha publicado se articula su voluntad de entender “el regalo envenenado que supone vivir, ya que sabemos que todo acabará”, todo ello mediante un objeto artístico y creativo que pueda llegar a las personas, tanto en el presente como en el futuro, “y si además le podemos poner música, mucho mejor”, concluye entre risas. 

“Ahora que he reunido mi poesía en el último libro que he publicado, Primeras voluntades, puedo hacer balance”, afirma Micó. Reflexionando, llega a la conclusión de que “quizás eso que hacía de manera clandestina o dejando a un lado para preparar la tesis o publicar ‘cosas serias’, ha acabado siendo lo más importante”. Los vaivenes de la inspiración, junto con su intenso trabajo como filólogo son los responsables de años de sequía poética, pero también de meses en los que fácilmente fue capaz de escribir un libro y que le llevarían a ganar galardones como el Premio Hiperión o el de la Generación del 27.

 “Quizás eso que hacía de manera clandestina o dejando a un lado para preparar la tesis o publicar ‘cosas serias’, ha acabado siendo lo más importante”

Sin embargo, el carácter pasional y artístico de José María Micó no se limita únicamente a sus escritos poéticos. Su condición de ‘hombre de letras’ comprende toda su producción escrita, incluyendo sus investigaciones como filólogo. El elemento de originalidad y creatividad se encuentra presente también en sus estudios, los cuales realiza “con el máximo rigor posible, pero que, como las canciones y los poemas, también concibo como resultado de una labor creativa”.

 

¿Eres un Jekyll&Hyde, o conoces un posible caso?

Multimedia

Categorías:

ODS - Objetivos de desarrollo sostenible:

Els ODS a la UPF

Contact

Para más información

Noticia publicada por:

Oficina de Comunicación