Atrás "Lo que necesitamos son reglas claras, y separación entre la regulación y los negocios"

"Lo que necesitamos son reglas claras, y separación entre la regulación y los negocios"

Jan Eeckhout, profesor de investigación ICREA del Departamento de Economía y Empresa de la UPF y autor del libro The Profit Paradox

23.07.2021

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Fruto de muchos años de investigación académica, primero en varias universidades de Gran Bretaña y Estados Unidos, y desde el 2008 en la UPF, Jan Eeckhout (Aalst, Bélgica, 1970), profesor de investigación ICREA del Departamento de Economía y Empresa, tenía ganas de explicar de manera comprensible una serie de dinámicas macroeconómicas perjudiciales para los consumidores y para la mayoría de empresas.

El resultado es la reciente publicación de The Profit Paradox (Princeton University Press), una obra en la que narra cómo el crecimiento de la marea mundial del poder de mercado ahoga a los trabajadores de todo el mundo y cómo un grupo reducido de grandes compañías han obtenido la mayoría de los réditos derivados de los avances tecnológicos, además de proponer algunas soluciones para sanear la economía.

¿Qué te llevó a escribir este libro?

Después de muchos años de investigación sobre el tema, pensaba que era un buen momento para llegar a un público más amplio, menos especializado. Además, el momento era perfecto porque con varios coautores habíamos encontrado unos resultados conectando unas tendencias económicas que antes eran difíciles de explicar. Mi objetivo ha sido pues explicar las estadísticas y los datos desde el punto de vista de la "gente normal" para demostrar que lo que está pasando en la economía es relevante para todos nosotros. Por lo tanto, es un libro que cuenta historias.

Cuando miramos la bolsa y vemos un Dow Jones al alza, quiere decir que es una mala noticia para la economía

¿Nos puedes explicar brevemente en qué consiste la "paradoja del beneficio"?

Cuando miramos la bolsa y vemos un Dow Jones al alza, quiere decir que es una mala noticia para la economía. En cualquier economía competitiva, las empresas que innoven y que descubran nuevas tecnologías reciben recompensas con beneficios. En esto consiste una economía de mercado. Esto significa que las empresas con éxito son rentables y, si son rentables, aumenta su valoración bursátil. ¿Qué hay de malo en eso? Nada en absoluto.

El problema es que ahora hay varias empresas extremadamente grandes que obtienen beneficios extravagantes porque no se enfrentan a la competencia. Cobran precios demasiado elevados por lo que venden y esto afecta a la innovación. Y si bien estas empresas son grandes, sólo hay unos cuantos centenares y son relativamente pocas en comparación con todo el ámbito económico, en el que hay millones de empresas.

¿Cómo hemos podido llegar a esta situación? ¿En qué han fallado los mecanismos para garantizar la competencia?

Estamos en un período de cambio tecnológico acelerado. Las nuevas tecnologías mejoran la calidad de nuestra vida. Vivimos más años, trabajamos menos horas y es más rentable producir todos los bienes y servicios. Y buena parte de este progreso económico lo han hecho y lo siguen haciendo estas empresas dominantes, como Facebook, Visa y Amazon, por ejemplo. Innovan mucho. Esta es la parte heroica de la tecnología.

Empresas como Amazon no transmiten la rentabilidad al cliente

Pero también hay una parte mala, que viene del hecho de que estas empresas utilizan la misma tecnología para sofocar la competencia. Esto significa que pueden operar en su mercado sin ninguna presión competitiva real. Y, como resultado, una empresa como Amazon, que ha invertido tan fuerte, se ha vuelto tan rentable que puede entregar cualquier cosa en la puerta de nuestra casa a costes inferiores a los de cualquiera de los competidores, desde bombillas hasta ropa y películas en línea. Pero como no hay nadie que pueda competir con ellos, su coste es incluso inferior al precio ya bajo que pagamos. En otras palabras, no transmiten la rentabilidad al cliente.

¿De qué manera salen perjudicadas la innovación y la creación de startups?

La palabra clave es la escala. Estas grandes empresas necesitan escala para generar ganancias de eficiencia tan grandes. La red de centros y la logística de Amazon solo se paga con costes bajos si su volumen de ventas es masivo. Como resultado, no hay suficiente espacio para dos Amazon y, de hecho, las nuevas tecnologías generan estas ventajas a escala.

Las nuevas tecnologías son particularmente propensas a generar ventajas a escala. Considerad, por ejemplo, empresas como eBay o Facebook. Sus plataformas crean efectos de red. El efecto de red implica que lo que quieren realmente los compradores y los vendedores es estar en un mercado donde hay mucha otra gente. De nuevo, necesitamos una gran escala. No hay espacio para dos de estas empresas.

Las nuevas tecnologías son particularmente propensas a generar ventajas a escala

Por lo tanto, lo que vemos con estas nuevas tecnologías es que al principio había mucha competencia para el mercado. Pero una vez el ganador consigue este mercado, ya no hay competencia, y por tanto, hay pocas oportunidades para nuevas empresas y startups.

No es la primera vez en la historia que vemos que esto ocurre. Un desarrollo similar se produjo hacia el año 1900. Entonces hubo un rápido cambio tecnológico y esto volvió a ser una historia de héroes y villanos. Después fue el desarrollo de la producción de electricidad o el petróleo, el transporte ferroviario y el teléfono. Estas nuevas tecnologías transformaron completamente la economía, al igual que lo han hecho nuestras nuevas tecnologías actuales. Como ahora, las empresas lograron luego usar la tecnología para obtener una ventaja y sofocar a la competencia.

¿Cómo se explica que estas mejoras tecnológicas comporten sueldos más bajos y un incremento de las desigualdades?

Como el precio de muchos productos es mucho más alto que su coste, la gente compra menos. Si el iPhone 9 se vendiera a 350 euros y no a 1.200 euros, mucha más gente lo compraría. Por lo tanto, se producen menos unidades y necesitamos menos servicios y apps. El efecto macroeconómico, si hay más empresas dominantes en todos los sectores, provoca una reducción de la demanda de trabajo, y en consecuencia, de los salarios. No todos los salarios, porque ellos, que comparten beneficios, sí tienen salarios más elevados. Esto conlleva un incremento de la desigualdad.

El efecto macroeconómico, si hay más empresas dominantes en todos los sectores, provoca una reducción de la demanda de trabajo, y en consecuencia, de los salarios

¿Para que el beneficio de la innovación vuelva a trasladarse al consumidor y las empresas medianas, qué se tendría que cambiar?

Solamente una cosa: más competencia entre empresas, y eso también es bueno para la economía: los consumidores, los salarios, y para todos los millones de empresas que no son dominantes.

¿Este muro o foso que los gigantes tecnológicos han creado a su alrededor, se ha hecho con la aquiescencia del poder político? ¿La política y la economía deberían jugar en equipos diferentes?

Si, totalmente. El árbitro es al mismo tiempo jugador y entrenador. Actualmente tenemos un círculo vicioso: empresas dominantes que utilizan sus beneficios para influir en la regulación y que a la vez les da más poder en el mercado. Esto, al mismo tiempo, les proporciona aún más beneficios, que les permiten influir aún más en la política. Lo que necesitamos son reglas claras, y separación entre la regulación y los negocios.

En el libro hablas de la interoperabilidad del mercado de la telefonía móvil en Europa como un buen modelo de competencia. ¿Cómo funciona este mecanismo? ¿Se podría trasladar a otros mercados?

Consideremos, por ejemplo, el mercado de las telecomunicaciones. Permitidme comparar mi plan de telefonía móvil en Estados Unidos con AT&T con mi plan en Europa. El plan con AT&T cuesta más de dos veces que mi plan con Movistar que tengo en Barcelona. ¿Cuál es la diferencia? Uso el mismo dispositivo. Estas empresas operan tecnología similar. Tienen las mismas antenas en sus torres celulares. Y el tamaño del mercado tampoco es tan diferente: si miro el mercado europeo, hay unos 400 millones de personas, y en Estados Unidos, unos 360 millones. Entonces, ¿de dónde provienen estos precios tan diferentes?

Bueno, hay una gran diferencia y es una norma en el mercado europeo que dice que cualquiera que posea una torre celular debe permitir a cualquier competidor utilizar la misma torre celular a cambio de una tarifa. Por supuesto, al operador propietario de la torre no le gusta esta regulación; pero el impacto para el cliente es maravilloso porque los precios bajan, ya que los competidores pueden entrar en el mercado sin grandes inversiones iniciales. La ausencia de esta regulación en el mercado de telecomunicaciones de Estados Unidos es el motivo por el cual los planes de AT&T son tan caros y los beneficios de AT&T, Verizon y T-Mobile son tan elevados. Esto es el principio de interoperabilidad y sí, tiene la gran potencialidad que se puede aplicar en muchos otros mercados. Por ejemplo, ya se está implementando en España con la competencia de trenes con Ouigo.

La inteligencia artificial es una herramienta ideal para crear poder de mercado

¿Qué tipo de organismo se tendría que crear para regular la competencia de manera efectiva y qué características debería tener?

Primero, creo que hay que romper la relación entre la legislación y las empresas. Por eso, hace falta un organismo independiente. Segundo, se trata de una problemática global. Por lo tanto, hace falta coordinación internacional. Tercero, tenemos que dedicar muchos más recursos para poder intervenir en más mercados, donde cada caso es un mundo aparte. Todo esto sólo se puede regular con muchos más expertos. De todos modos, al ser solo tres o cuatro centenares de empresas globales, hay esperanza de llegar a una solución satisfactoria.

¿El mercado de la inteligencia artificial incrementará aún más esta distorsión? ¿Estamos a tiempo de hacerlo bien?

Sí, la inteligencia artificial es una herramienta ideal para crear poder de mercado y será aún más impactante de lo que vemos ahora. Pero sí, tenemos que ir deprisa para preparar la regulación y las instituciones que pueden intervenir en ello.

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