Jordina Torrents Barrena, nacida hace 26 años en Constantí (Tarragona), es ingeniera informática por la Universidad Rovira i Virgili. Actualmente está haciendo el doctorado en el Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC-UPF), con una tesis dirigida por Miguel Ángel González, profesor de investigación ICREA-UPF y jefe del Grupo de investigación Simulation, Imaging and Modelling for Biomedical Systems (SIMBIOsys).

Recientemente, ha sido galardonada con el prestigioso premio "Google Women Techmakers", y se ha convertido en la única representante de España entre la veintena de mujeres seleccionadas en esta edición 2017 de Europa, Oriente Próximo y África. Este programa quiere dar visibilidad, recursos y acceso a una extensa red mundial de contactos a las mejores mujeres en el ámbito de la tecnología. Le hacemos la entrevista pocos días antes de que viaje a la sede de Google en Londres para participar en un encuentro, junto con los otros premiados.

—¿Cómo valoras la obtención del premio Google Women Techmakers?

Aunque es un escalón importante en mi carrera profesional, para mí ha sido una gran satisfacción personal. Un reconocimiento así siempre te ayuda a salir adelante con más fuerza. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que para obtener una distinción de esta magnitud debe haber un trabajo previo, constante, que se ha ido gestando durante mucho tiempo. El conocimiento no se genera en un par de días; hacen falta años para ir madurando todo lo que aprendemos y para tener ideas innovadoras y respuestas a problemas de dificultad mayor. Pienso, pues, y estoy muy agradecida, que estos años de esfuerzo y dedicación hayan dado su fruto.

¿Crees que este reconocimiento puede repercutir en tu carrera como investigadora?

Sí, creo sinceramente que este reconocimiento que me ha sido concedido por Google tendrá una repercusión importante en mi carrera profesional. Un galardón de esta magnitud enriquece mucho tu currículum, potencia tu investigación internacional y te abre puertas a una extensa red de contactos. Actualmente, el mundo de la investigación es un entorno muy competitivo en cuanto al currículum: tener publicaciones científicas, un expediente académico excelente y varias estancias en el extranjero no es requisito suficiente como para marcar la diferencia. En muchos procesos de selección, cada vez se valora más la excepcionalidad y el hecho de haber sido galardonado con algún premio a gran escala. Este distintivo, entre otras cosas, muchas veces acaba diferenciando significativamente un candidato de otro.

—¿Qué expectativas tienes para tu próxima estancia en la sede de Google en Londres?

Las expectativas de mejora profesional y personal son altas. Espero poder aprovechar la estancia para disfrutar, en un futuro, de una extensa red de contactos, aprender las nuevas metodologías de trabajo que han sido cuidadosamente estudiadas por la multinacional y adquirir un conocimiento más amplio en cuanto a sus líneas de desarrollo tecnológico. Muchas de estas inquietudes estarán cubiertas por la agenda que lidera la estancia del programa Google Women Techmakers, en la que se incluyen programas de mentoría, liderazgo y gestión de equipos de trabajo, actividades de comunicación en grupo, y presentación de los nuevos dispositivos y tecnologías de Google, que aún no han sido dadas a conocer públicamente en el mercado.

—¿Cuáles son las líneas de investigación que desarrollas dentro del grupo SIMBIOsys del DTIC-UPF?

Actualmente, mi principal línea de investigación dentro del grupo SIMBIOsys se centra en la construcción de modelos y de herramientas computacionales específicas para la cirugía fetal mínimamente invasiva. Trabajo los ámbitos del procesamiento de imágenes, la visión por computador, la inteligencia artificial, la geometría computacional, el aprendizaje automático y el desarrollo de sistemas informáticos para la planificación y navegación quirúrgicas. A día de hoy, estamos colaborando con el equipo de cirugía fetal del Dr. Eduard Gratacós, del Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, ​​en el marco de un proyecto financiado por la Fundación CELLEX.

—¿En qué se centra tu tesis doctoral?

Mi doctorado, que inicié en octubre de 2016, se enmarca en el proyecto mencionado anteriormente: FIRST by CELLEX. El objetivo principal es la creación de un modelo computacional en tres dimensiones (3D) de la estructura de la placenta y su sistema (red) vascular a partir de las imágenes de resonancia magnética y ultrasonido 3D. Esta reconstrucción en 3D se utilizará para mejorar la planificación de la cirugía que se realiza una vez detectado el "síndrome de transfusión feto-fetal" (TTTS) en un embarazo gemelar idéntico. Esta condición afecta directamente a los fetos, ya que se presenta una anomalía de transfusión continua de sangre de un feto hacia el otro mediante los vasos comunicantes de la placenta. Si estas conexiones no son intervenidas rápidamente mediante un procedimiento láser, ambos fetos pueden morir en un intervalo muy corto de tiempo (días). Por este motivo, un modelo en 3D del órgano placentario ayudaría enormemente al estudio previo de las conexiones vasculares críticas con el objetivo de dar a conocer al cirujano qué posibles dificultades podría haber durante la operación. Además de proporcionar un avance considerable de la fase preoperatoria, mi tesis doctoral también se focaliza en la parte de navegación y guía en tiempo real de esta cirugía durante la etapa intraoperatoria.

—Las herramientas computacionales en que estás trabajando, ¿cómo pueden beneficiar a los pacientes? ¿Ya se están aplicando?

El objetivo final de la investigación en la que estoy involucrada es crear un nuevo software de planificación y de navegación quirúrgica scapaz de mejorar el procedimiento médico actual que se utiliza en la cirugía TTTS. Este síndrome afecta entre un 10-15% de la población con embarazos gemelares idénticos que comparten la misma placenta. Uno de los puntos más críticos de la cirugía TTTS es la frecuencia de ejecución para un mismo embarazo, ya que si se lleva a cabo más de una vez, el riesgo de romper la bolsa amniótica y perder ambos fetos crece exponencialmente. Por este motivo, es muy importante hacer una buena planificación de las fases pre- e intra- operativas, dada la amplia diversidad natural que puede tener cada embarazo, lo que dificulta aún más la obtención de buenos resultados. Aunque el proyecto aún está a la mitad de su duración total, ya tenemos una primera versión del prototipo, que empezaremos a validar clínicamente en el quirófano durante los próximos meses.

—¿En qué entorno te gustaría desarrollar tu carrera profesional?

Me gustan tanto los entornos académicos como el mundo de la empresa, aunque me falta perspectiva para decidir cuál es el ámbito que definitivamente me atrae más. En todo caso, este entorno debería ser mixto. Está demostrado que los grupos mixtos, formados por hombres y mujeres, funcionan mejor que los grupos formados por miembros de un único género.

—¿Por qué la presencia de las mujeres en los campos de las ciencias de la computación y las ingenierías es minoritaria? ¿Qué se puede hacer para aumentar esta presencia?

La representación femenina en el mundo científico, de la ingeniería o de las TIC es realmente escasa. Según diversos estudios reconocidos, este desequilibrio entre sexos se da por los "estereotipos mantenidos desde la educación secundaria, donde se relaciona chicos con tecnología, y chicas con ciencias sociales". Además, la dificultad que presentan los estudios de ingeniería es uno de los factores que propicia la inseguridad de muchas chicas a la hora de seleccionarla como futura carrera profesional. A día de hoy, estamos viviendo en una sociedad del conocimiento, donde la tecnología y la ciencia pueden aportar importantes contribuciones. Sin embargo, hay enormes barreras para las mujeres que quieren basar su futuro profesional en este campo. Con el fin de incrementar la presencia de mujeres en el ámbito de las ingenierías hay que emprender iniciativas desde los primeros niveles escolares, tales como dirigir charlas de tipo tecnológico, robótica, etc. a estudiantes de ESO, y fomentar la participación de mujeres modelo que puedan explicar su experiencia en primera persona.

—¿Qué aportaciones diferenciales pueden hacer las mujeres en estos ámbitos?

No es que piense que las mujeres tengamos rasgos diferenciales remarcados respecto a los hombres; es más bien que nuestras aptitudes en el campo de las tecnologías no se han podido desarrollar históricamente y han quedado a la sombra. Pienso que es importante que hoy en día estas aptitudes se pongan sobre la mesa y se haga eco de ello, porque esto estimule a las mujeres que ya están en este campo y despierte vocaciones entre las más jóvenes. El talento femenino siempre ha existido; ahora es el momento de hacerlo lucir. Personalmente, sí es cierto que las mujeres gestionamos un poco mejor las emociones (lo que se llama empatía), y estas cosas, cuando se trata de gestionar grupos humanos, también cuentan, y mucho.

—¿Cuáles son las características que hay que tener para ser un líder en investigación?

Aunque hay gente que de forma innata parezca que tiene madera para ser líder, es algo que también se aprende con el tiempo. Todos tienen referentes, personas que ejercen su liderazgo, en quien reflejarse. Un líder en investigación no sólo debe ser excelente científicamente, sino que también debe tener habilidades sociales. La figura del científico aislado ya no tiene sentido hoy en día. La ciencia es muy transversal actualmente, con múltiples conexiones entre grupos de investigación en todo el mundo. Afortunadamente, el liderazgo en el entorno laboral no está reñido ni con la familia ni con las amistades. Es perfectamente compatible; sólo hay que entender que cada lugar tiene su rol.