Atrás Las pensiones mínimas reducen la pobreza pero también la oferta laboral para los trabajadores con ingresos bajos

Las pensiones mínimas reducen la pobreza pero también la oferta laboral para los trabajadores con ingresos bajos

Sergi Jiménez-Martín, profesor del Departamento de Economía y Empresa de la UPF y de la Barcelona GSE, ha publicado un artículo en la plataforma IZA World of Labor, que analiza los pros y los contras de los programas de pensiones mínimas a escala internacional y da algunos consejos para que sean beneficiosos.
05.12.2018

 

El propósito principal de los programas de prestaciones mínimas de pensiones y programas de asistencia social para la tercera edad es garantizar un nivel de vida mínimo después de la jubilación, y por tanto, aliviar la pobreza en la etapa de la vejez. Pero a menudo pueden causar unos efectos paralelos indeseables y que pueden ser perjudiciales a nivel personal y para la economía estatal.

Un artículo de Sergi Jiménez-Martín, profesor del Departamento de Economía y Empresa de la UPF y de la Barcelona GSE, publicado en la plataforma dirigida a estudiosos y gestores del ámbito del trabajo IZA World of Labor, incluye varios pros y contras de les pensiones mínimas, analiza como se gestionan estos programas en diferentes países y da una serie de consejos para que sean beneficiosos para las personas y para el mercado laboral.

En muchos países, el programa de pensiones mínimas es clave para el bienestar y para las decisiones de jubilación de los trabajadores de bajos ingresos y con historiales de trabajo intermitentes

El autor, en su artículo, separa los dos tipos de pensiones mínimas existentes, como son las pensiones mínimas no contributivas o prestaciones mínimas de asistencia social y las pensiones mínimas contributivas, y destaca los factores principales que las determinan, como son la edad, los ingresos, el salario medio, o el número de años de aportaciones.

En muchos países, el programa de pensiones mínimas es clave para el bienestar y una influencia importante en las decisiones de jubilación de los trabajadores de bajos ingresos y con historiales de trabajo intermitentes. "En los países desarrollados, el principal objetivo de los programas de pensiones mínimas es garantizar un nivel de vida mínimo después de la jubilación, y en muchos países en vías de desarrollo, su propósito es aliviar la pobreza en la etapa de la vejez", afirma Sergi Jiménez-Martín. Este es uno de los aspectos positivos de estos programas, así como el hecho de que transfieren ingresos de personas con ingresos elevados a otros con bajos ingresos.

Efectos indeseados de las pensiones mínimas y un consejo para los políticos

Sin embargo, según el estudio, una pensión mínima puede tener efectos indirectos no buscados, principalmente con un aumento de las jubilaciones anticipadas, una reducción o eliminación de los incentivos para seguir trabajando y ahorrando, y una disminución de la acumulación de riqueza de las personas. "El diseño de muchos programas de pensiones mínimas tiende a crear fuertes incentivos para que los trabajadores con ingresos bajos se jubilen en cuanto estén en condiciones de acogerse a ellos. Este hecho conlleva la reducción de la oferta laboral existente para los trabajadores que se acercan a la edad de jubilación", destaca el investigador.

El trabajo analiza la situación de varios países, como Bélgica, Francia, Luxemburgo, Chile, Perú o España, y circunscribe el efecto de las pensiones mínimas en un modelo de ciclo de vida, que divide en dos etapas: antes de la jubilación y después del retiro. Según el autor, "una pensión mínima cambia estos patrones de manera fundamental, y uno de los efectos más visibles que provoca es una redistribución de los ingresos de los trabajadores a lo largo de este ciclo de vida".

Algunos de los efectos más sutiles que puede provocar, y que según Sergi Jiménez-Martín se dan en el modelo de pensiones mínimas existente en España, son que elimine los incentivos para trabajar en los años anteriores a la edad normal de jubilación con el fin de asegurar una pensión futura; y que incremente la riqueza total del ciclo de vida, lo que a menudo aumenta la demanda, pero que puede hacer caer sustancialmente el ahorro antes de la jubilación y la acumulación de activos privados.

Finalmente, Sergi Jiménez-Martín da un consejo político para aplicar los programas de pensiones y de asistencia social, que si bien en la mayoría de países consiguen aliviar la pobreza y garantizar un nivel de vida mínimo después de la jubilación, sería necesario valorar otros aspectos: "Se tendrian que incluir algunos incentivos para las personas que ya están en disposición de acceder a los programas para continuar trabajando durante más tiempo y que minimicen los posibles desincentivos de empleo para los trabajadores de bajos ingresos". Según el análisis del profesor de la UPF, Chile, por ejemplo, con su programa de suplementos de pensiones, va en la buena dirección, pero no el modelo vigente en España.

Trabajo de referencia: Sergi Jiménez-Martín:“The incentive effects of mínimum pensions”. Iza World of Labour

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