12 de diciembre de 2006

El equipo de trabajo liderado por la profesora de Historia Económica de la UPF, Enriqueta Camps, ha recibido una subvención del Instituto de la Mujer, organismo autónomo que depende del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que les permitirá continuar las líneas de investigación iniciadas durante su estancia de casi 2 años al Departamento de Economía de la Universidad de Harvard (de enero de 2005 a agosto de 2006).

El proyecto premiado, que inicialmente tiene una duración de 3 años, pretende analizar cuál ha estado el impacto en el desarrollo económico de la desigualdad de géneros en el acceso de capital humano (salud y educación), con datos comparados de América Latina, el Magreb, Europa y Asia durante el s. XX. Este proyecto, que lleva por título “Género, capital humano y desigualdad: una perspectiva comparada”, quiere ser una continuación de los dos Working Papers que Enriqueta Camps ha escrito durante su estancia a la universidad norteamericana: 1.Globalization and wage inequality in South and East Asia, and Latin America: A gender approach. 2. Poverty and Children’s work in 19th and 20th century Spain and nowadays developing countries. First results.

El equipo de trabajo, encabezado por Enriqueta Camps de la UPF, está formado por Li Han de la Universitat de Harvard (EUA), Natalia Mora-Sitja de la Universitat de Cambrigde (Reino Unido), Jordi Domenech de la Univesitat de York (Reino Unido), Angelique Janssens de la Radboud Universiteit Nijmegen (Países Bajos), Maria Camou y Silvana Maubrigades de la Universidad de la República (Uruguay).

Resumen del proyecto
La equidad en el acceso a los bienes de consumo alimenticio, a los servicios sanitarios y a la educación son fundamentales para el desarrollo de las capacidades de las mujeres, el ejercicio de sus libertades y la toma de decisiones en su vida económica; un hecho que condiciona su poder de mercado. Este punto es crucial a la hora de garantizar un mayor bienestar y equidad en el contrato del matrimonio y la vida familiar.

La salud y la educación femenina no sólo benefician a las mujeres sino también a sus hijos. La educación de la madre es fundamental para la formación del nuevo capital humano. Menor cantidad y mayor cualidad de las generaciones jóvenes son factores clave para estimular el crecimiento de los países pobres. La educación de las mujeres es, por tanto, una de las medidas que permitirían escapar de la trampa de pobreza. Aún y todo, este proceso no es neutral y las formas de potenciar la educación de las niñas depende de la cultura de cada país, por eso el proyecto propone un análisis comparado entre diferentes países.

El proyecto también quiere estudiar el impacto de la globalización en la condición de la mujer. La globalización estimula el poder de mercado de las mujeres y sus posibilidades de actuación en la economía pagada, un factor que, teóricamente, ayuda a disminuir la desigualdad de género. En el estudio dirigido por Camps, todo ello se abordará desde una perspectiva más global.