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El informe médico: cómo mejorar la redacción para facilitar su compresión

Es el título de un nuevo Cuaderno de la Fundación Dr. Antonio Esteve que ha coordinado Rosa Estopà, investigadora del Instituto de Lingüística Aplicada IULATERM con el objetivo de concienciar a los profesionales de los principales aspectos de uso de una lengua que pueden ser un obstáculo para la comprensión de los informes médicos.

27.07.2020

 

Un informe médico es un texto escrito por un profesional de la medicina sobre el proceso asistencial de un paciente, en el cual se describen procesos, pruebas y observaciones con el objetivo de llegar a un diagnóstico y un tratamiento adecuados. Los informes son fragmentos de la biografía de una persona en los que los médicos narran su estado de salud. También permiten desarrollar estudios clínicos y epidemiológicos, y gestionar y evaluar la atención asistencial. También son documentos legales que adquieren mucha importancia en procesos judiciales. Aunque en ocasiones algunos profesionales los perciben como una obligación rutinaria, los informes médicos son la columna testimonial del sistema sanitario en el sentido que configuran las trazas históricas de los centros.

Rosa Estopà, investigadora del Instituto de Lingüística Aplicada IULATERM de la Universitat Pompeu Fabra, coordina L’informe mèdic: com millorar-ne la redacció per facilitar-ne la comprensió (El informe médico: cómo mejorar la redacción para facilitar su compresión), un nuevo Cuaderno de la Fundación Dr. Antoni Esteve en catalán que ofrece herramientas y recursos para redactar unos informes médicos más comprensibles.

Su objetivo es concienciar a los profesionales de los principales aspectos de uso de una lengua que pueden ser un obstáculo para la comprensión de los informes médicos. “Si el horizonte en el ámbito de la salud es trabajar por una medicina colaborativa que implica el diálogo con el paciente y la transmisión de mensajes comprensibles, es necesario que la lengua –y los aspectos comunicativos y de redacción- formen parte de la formación en medicina”, recalca Estopà.

Se trata pues de una mirada lingüística del informe médico. Si los profesionales son conscientes de los errores y del uso inadecuado de la lengua y siguen unas recomendaciones básicas de escritura clara y diáfana, los informes médicos pueden ser más comprensibles, no solo para los pacientes sino también para otros profesionales y para los programas de tratamiento y recuperación de la información.

Con esta premisa, el libro está estructurado en siete capítulos. Cada uno de ellos trata un aspecto clave de la redacción de los informes médicos. De cada tema se ofrece una introducción general del fenómeno, ejemplos de fragmentos de informes médicos reales, recomendaciones y consejos concretos, casos prácticos reales con soluciones a los casos propuestos y bibliografía. El libro ofrece muchos ejemplos y ejercicios extraídos de informes médicos reales de diferentes centros hospitalarios que han sido anonimizados.

Estructura del Cuaderno

En el primer capítulo, Elisabet Llopart-Saumell, de la Universidad de Alicante, e Iria da Cunha, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, hablan de los aspectos textuales del informe médico. En el segundo capítulo se desarrolla el tema de la comprensión real de los informes médicos por parte de los pacientes. Lo firman Ona Domènech-Bagaria, de la Universitat Oberta de Catalunya; Laia Vidal-Sabanés, de la Universitat Pompeu Fabra y la propia Rosa Estopà. En el tercer capítulo, Estopà y M. Amor Montané, del Institut d’Estudis Catalans, abordan la terminología que se usa en los informes médicos.

El cuarto capítulo se dedica a las abreviaciones, ya sean abreviaturas, siglas o símbolos y lo desarrollan Jorge M. Porras-Garzón, de la Universitat Pompeu Fabra, y Vidal-Sabanés. El quinto capítulo, a cargo de Mercè Lorente, del Institut de Lingüística Aplicada, y de Òscar Pozuelo, investigador del grupo IULATERM, focaliza los aspectos sintácticos de los informes. Firmado por Elisabet Llopart-Saumell y Yingfeng Xu, del ESIC Business & Marketing School, el sexto capítulo aborda los aspectos pragmáticos, como por ejemplo los conectores y el tratamiento personal que se utiliza en los informes para referirse al paciente. Finalmente, Jorge Vivaldi, investigador también del IULATERM, se ocupa en el último capítulo de los errores ortotipográficos y de sus consecuencias.

Cualquier persona ilustrada puede llegar a tener dificultades de comprensión cuando le hablan de parestesias, anasarca, sarcopenia, crisis comicial o polaquiuria

“La sospecha de que los médicos utilizan un lenguaje críptico, a menudo innecesariamente técnico, no deja de estar fundamentada" –afirma en el prólogo del libro Josep-Eladi Baños, rector de la Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya-.

Con frecuencia, términos utilizados en el lenguaje común tienen significados completamente diferentes, y la utilización de neologismos es una práctica frecuente. Esto tiene una importancia relativa cuando la persona afectada no participa en las actuaciones de otros profesionales pero es un tema completamente diferente cuando hablamos del lenguaje médico.

"Así, las hinchazones de los tobillos se denominan edemas maleolares, al ardor de estómago le dicen pirosis y al dolor de garganta al tragar, odinofagia. Cualquier persona ilustrada puede llegar a tener dificultades de comprensión cuando le hablan de parestesias, anasarca, sarcopenia, crisis comicial o polaquiuria. Con el objetivo de la precisión, la utilización de términos incomprensibles para la población general es a menudo excesiva y, a veces, claramente innecesaria”, concluye Baños.

La Fundación Dr. Antoni Esteve ya está trabajando en una versión en español del libro.

Obra de referencia:

Rosa Estopa (coord.) (2020), L’informe mèdic: com millorar-ne la redacció per facilitar-ne la comprensió, Quaders nº 47, pp. 1-113, Fundació Dr. Antoni Esteve.

 

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