Atrás "Hemos pasado de una democracia de las ideas a una democracia de las creencias"

"Hemos pasado de una democracia de las ideas a una democracia de las creencias"

Rafael Rubio, director del grupo de investigación sobre Participación, Nuevas Tecnologías y Democracia de la Universidad Complutense de Madrid, ha impartido la conferencia inicial de la XV Jornada Ernest Lluch, centrada en la relación entre Big Data y política.

20.02.2020

Imatge inicial

"Big Data y política. El poder del algoritmo" es el título de la XV Jornada Ernest Lluch de Ciencias Políticas y Sociales, organizada por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF y la Fundación Ernest Lluch, que ha debatido sobre la influencia del análisis de datos en el mundo de la decisión y el funcionamiento de la política.

La jornada, que ha tenido lugar el 20 de febrero, a las 11.00 horas, en el auditorio del campus de la Ciutadella, ha sido abierta por David Sancho, director del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF. Seguidamente, Joan Majó, presidente de la Fundación Ernest Lluch, y Miquel Salvador, decano de la Facultad, han dado a conocer el contenido del acto y han presentado el ponente de la conferencia inicial.

"El uso de los datos y la automatización de procedimientos alteran el funcionamiento de las organizaciones y el comportamiento de la ciudadanía".

"Esta jornada, además de su función habitual de debatir sobre temas de actualidad política, hoy nos dará una visión prospectiva de futuro, de cómo el Big Data permite articular procesos políticos y sociales", ha afirmado David Sancho. Joan Majó, en su intervención, ha hablado de dos aspectos que, además del cambio climático, hay que tener en cuenta como grandes amenazas de futuro: el aumento de los desigualdades en el mundo y la potencia de los elementos relacionados con la manipulación informativa de los cerebros.

Miquel Salvador, por su parte, antes de dar paso al conferenciante, ha dicho que "el uso de los datos y la automatización de procedimientos alteran el funcionamiento de las organizaciones y el comportamiento de la ciudadanía, que a menudo se deja llevar por elementos que afectan la percepción de la realidad, con las consecuencias que ello conlleva".

Rafael Rubio Núñez ha comenzado su conferencia con una afirmación contundente: "Más allá del potencial de la tecnología, que es indudable, la capacidad de la política de explotar este potencial está muy lejos de los temores que genera y muy por debajo de lo que nos hacen pensar". Y ha añadido: "En España los partidos políticos no tienen unos laboratorios de tecnología suficientemente desarrollados para determinar los votos".

El profesor de la Universidad Complutense ha apuntado que además de la influencia de los algoritmos durante las elecciones, actualmente hay una campaña electoral permanente. Sin embargo, más allá de esta realidad, "deberíamos centrarnos en los retos y en las oportunidades que los algoritmos generan en las administraciones". Ha abogado por la necesidad de que estos algoritmos sean transparentes, cuando tienen una capacidad transformadora en la sociedad y pueden ayudar a mejorar las políticas públicas.

Según Rafael Rubio, el impacto de las nuevas tecnologías no es tanto sobre la política, sino sobre la sociedad. En la medida que las nuevas tecnologías transforman la sociedad de manera disruptiva, los políticos cambian su política para responder a este impacto. En este sentido, ha citado varios impactos que la tecnología tiene en la sociedad, y indirectamente, en la política: una inflación informativa; una falsa sensación de desintermediación, que no se corresponde a la realidad; una hiperconexión permanente; una aceleración en la velocidad de los tiempos ("antes los tiempos los marcaban los medios, ahora la información se transmite en streaming").

Otros impactos son la imagen como base de la información; la simplificación absoluta de los mensajes; la dictadura de la emoción; la verdad a la carta; la fragmentación ("leemos lo que queremos leer en el momento que queremos, y sin necesidad de filtros"); la polarización, y finalmente, la capacidad de la ficción para explicar y construir la realidad ("el accidente de Chernobyl ha pasado a ser lo que dijo la cadena HBO con su serie").

Rafael Rubio ha tratado sobre cómo la política utiliza la tecnología para difundir sus mensajes, sin intermediarios, un proceso para el que todavía necesita la publicidad política: "Hemos pasado de utilizar la publicidad para influir sobre los indecisos en campaña electoral a usarla se forma persistente, como elemento sostenido en el tiempo", ha asegurado. Otra vertiente de la aplicación de la tecnología en la política, además de la vertiente informativa, es, según el ponente, la parte organizativa: la tecnología ha influido en la voluntad de afectar a las organizaciones y la naturaleza de los partidos políticos.

"Influir en el comportamiento electoral de las personas a través de la tecnología pasa a ser muy preocupante".

La parte final de su intervención la ha dedicado a hablar de inteligencia artificial, machine learning (que permite a las máquinas generar contenidos en bruto de publicidad política, en un proceso sin límites) y neurotecnología, un campo que se está desarrollando, y que actualmente ya permite reproducir en imágenes conceptos que están dentro de nuestro cerebro. "El Big Data y la inteligencia artificial son los grandes enemigos de la intimidad de las personas, ya que atacan a sus límites, sus barreras. Influir en el comportamiento electoral de las personas a través de la tecnología pasa a ser muy preocupante".

Mesa redonda con la participación de Berta Barbet e Inma Ranera

La segunda parte de la jornada ha constado de una mesa redonda, moderada por Néstor Tejero, CTO de Naveler, empresa dedicada al Big Data para la inteligencia política. La mesa ha contado con la participación de Berta Barbet, politóloga; Inma Ranera, directora general de Christie & Co para España y Portugal, y Rafael Rubio, que se ha añadido al debate.

El diálogo ha girado en torno a cómo el Big Data y el management de datos, que tanto ha evolucionado en los últimos tiempos, pueden influir en el mundo de la decisión y en el funcionamiento de la política, con especial énfasis en el papel trascendental que juegan las redes sociales y las nuevas técnicas informáticas.

 "La desinformación se basa a menudo un tema que suena bien, que toca una emoción de la gente, que puede tener sentimientos de frustración y rabia".

Algunos de los temas que han surgido en el debate han sido los efectos de la lucha del control de los datos de los ciudadanos, que ha derivado en una guerra entre China y EEUU; las desigualdades que se pueden crear en el acceso a las nuevas tecnologías, o la importancia de una ley fuerte de protección de datos de los ciudadanos, que en Europa están amparados por la ley 2016 (pero que no existe en China y que Donald Trump está empezando a desmantelar los EE.UU.).

Berta Barbet ha incidido en los peligros de la desinformación y la segmentación informativa: "La desinformación ses basa a menudo en un tema que suena bien, que toca una emoción de la gente, que puede tener sentimientos de frustración y rabia. Una vez reforzada esta emoción, es muy difícil de desactivar". En este sentido, ha abogado por la necesidad de aprender a pensar críticamente, y a ponernos en la piel de la experiencia de las personas.

Inma Ranera, por su parte, ha hablado de la necesidad de controlar nuestros datos, y de ser conscientes de a quien los cedemos: "Hay que educar mejor, actuar de manera unitaria con temas trascendentales de nuestro futuro", ha enfatizado. "La administración debe ayudar al control de los datos. No quiero renunciar a la libertad de decir si doy o no doy mis datos". Según ella, es necesario distinguir claramente entre política y gobernanza global, que da respuesta a retos globales, y de la que "actualmente carecemos".

En relación a la necesidad de ir hacia una carta de derechos informáticos de las personas, Rafael Rubio ha afirmado que "los derechos digitales no deberían existir, ya que en realidad estamos hablando de derechos fundamentales que tienen relación con el mundo digital".

La intervención de Miquel Salvador, que ha hecho hincapié en el gran reto que supone para la administración pública la gobernanza de datos ( "para hacer un algoritmo necesario disponer de buenos datos") y tener personas que estén preparadas para hacerlo, ha puesto el punto final a la jornada.

De izquierda a derecha: Rafael Rubio, Berta Barbet, Inma Ranera y Néstor Tejero

Berta Barbet, licenciada el Ciencias Políticas y de la Administración por la UPF, es investigadora postdoctoral del Departamento de Políticas y Derecho Público de la UAB. Es doctora en Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad de Leicester y máster en Comportamiento Político y Opinión Pública por la Universidad de Essex (Gran Bretaña). Coeditora del blog de análisis político y social politikon.es, es experta en los condicionamientos contextuales de los comportamientos y las opiniones políticas.

Inma Ranera, que desde hace veinte años es la directora general de Christie & Co para España y Portugal, es licenciada en Derecho por la UNED y técnica superior en Relaciones Públicas y Comunicación por la Universidad de Barcelona. Es miembro de la Junta de + Demo, una organización política ciudadana, y de la plataforma Barcelona Global, formada por empresarios y líderes de negocios de la capital catalana.

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