El término innovación es difícil de definir, no sólo por su polisemia, sino por la complejidad a la hora de encontrar parámetros que lo midan. Lo es en cuanto a la docencia, pero también en relación con la investigación o la gestión. Bajo mi punto de vista y de manera general, cuando hablamos de innovación docente nos referimos a aquellas acciones y procesos que facilitan un cambio próspero en la práctica educativa. La innovación, en mi opinión, no debería ser un objetivo en sí mismo a la hora de articular la docencia.

 

 

La universidad ha sido una institución caracterizada popularmente por su inmovilismo en el que se refiere a sus estructuras y dinámicas de funcionamiento. La democratización del acceso al conocimiento, entre otros factores, ha cambiado la manera de entender la enseñanza y eso hace que tengamos que ser también innovadores en la manera de concebirlo. Entre los retos de la innovación podríamos destacar: la consideración del alumno no sólo en el centro del proceso de aprendizaje, sino también en el centro de la co-creación de conocimiento; la revisión de la presencialidad y de los propios espacios de enseñanza; el cambio de rol del docente como acompañante en la adquisición del conocimiento; la inversión de las actividades llevadas a cabo en el aula y en casa.

 

 

Varios indicadores han posicionado la Pompeu Fabra como una universidad excelente desde el punto de vista de la docencia. Una universidad bien posicionada en la docencia suele ser una universidad preocupada por una mejora constante de sus métodos de aprendizaje. En los últimos años, la UPF ha irrumpido en el panorama internacional a través de varios gestos innovadores, el mérito de los cuales es esencialmente de sus profesores. A través del lanzamiento de determinadas convocatorias de innovación docente, como el PlaCLIK o el Proyecto VEU y también de los premios del Consejo Social, muchos docentes han contribuido a situar la Universidad en el mapa de la innovación docente.

 

 

Los primeros que nos tenemos que adaptar a esta transformación somos los profesores. Debemos entender que nuestro rol debe variar en algunos aspectos. Por otra parte, la simbiosis entre la actividad docente y la de investigación se entiende como absolutamente necesaria: los procesos y los resultados de investigación solicitan intervenir en las aulas, poder conectar mejor lo que se explora con lo que se está impartiendo. Y, en el sentido inverso, la investigación se puede impregnar también de los progresos que hacen los estudiantes en las aulas y de este papel del estudiante como cocreador.

 

Los estudiantes, a su vez, están reclamando ya este cambio. Lo vemos en su comportamiento cotidiano.

 

 

Hemos leído y oído en los últimos años varias aportaciones que hablan del final de la universidad como institución del saber. Que, dentro de un tiempo, sólo unas cuantas universidades sobrevivirán. Las universidades han de encontrar su singularidad. Y deben permitir que sus estudiantes también se singularicen. Las universidades deben estar preparadas para flexibilizar sus programas y permitir una cierta personalización por parte del alumno, para cruzar disciplinas y para proyectar las profesiones del futuro.

 

 

Estamos hablando no sólo de necesidad de cambio, sino de participación actual en la transformación. La enseñanza dentro de 10 años ya la estamos construyendo ahora, porque la sociedad está cambiando ahora. Nuestros estudiantes son diferentes, es evidente, pero los profesores también hemos adoptado hábitos diferentes. Los circuitos administrativos también exigen esta transformación y el personal de administración y servicios es cómplice de este cambio. Si, como decía, la universidad había sido una institución con escasa permeabilidad al cambio, ahora estamos en un momento de implosión del conocimiento. La evolución es inevitable.

 

 

El CLIK es un centro destinado a impulsar la docencia en la UPF, un espacio de apoyo para el profesorado que tiene por objetivo mejorar nuestros procesos de enseñanza y aprendizaje. De manera muy resumida, nos encargamos del desarrollo profesional de los docentes y de los estudiantes de doctorado a través de cursos de formación. Trabajamos en la innovación docente desde diferentes ángulos: la creación de un modelo genuino para la UPF, el desarrollo de nuevos formatos de aprendizaje, las herramientas, recursos y metodologías que se pueden utilizar en el Aula Global, la responsabilidad social, los programas de tutorías, etc. Al mismo tiempo, nos ocupamos de toda la política de multilingüismo de la universidad. Para los que no conozcan el CLIK este "viaje al centro del conocimiento" lo puede hacer ahora a través de una nueva web, mucho más intuitiva y amigable.

 

 

Existen centros de innovación en otros sitios, efectivamente. El CLIK está conectado con muchos centros internacionales de innovación a través de diversas redes y ha sido sede, a lo largo de este último año, de varias jornadas y congresos. En relación a la velocidad, nosotros tenemos que controlar nuestro propio ritmo de acuerdo a nuestros objetivos y nuestra naturaleza. De hecho, en muchos casos, vamos por delante de muchas universidades ... aunque me esté mal decirlo!