Albert Batlle i Bastardas, teniente de alcalde de Seguridad y Prevención del Ayuntamiento de Barcelona, ​​ha pronunciado la lección "La seguridad urbana en Barcelona", en el marco del acto de inauguración del curso 2019-2020 de los estudios de Criminología y Políticas Públicas de Prevención de la Facultad de Derecho de la Universidad Pompeu Fabra.

El acto inaugural ha tenido lugar el 2 de octubre de 2019, a las 12.30 horas, en la sala de grados Albert Calsamiglia del edificio Roger de Llúria del campus de la Ciutadella. Ha contado con la presencia de Anna Caballé, decana de la Facultad de Derecho, y David Felip, director del grado en Criminología y Políticas Públicas de Prevención, que han pronunciado unas palabras de bienvenida y de presentación del ponente, respectivamente.

"La carrera de Albert Batlle es un ejemplo de servidor público, aunque también tiene un fuerte contenido técnico", ha afirmado David Felip en su intervención. El profesor de Derecho Penal de la UPF ha repasado la trayectoria del ponente, que ha tenido responsabilidades destacadas en los tres ámbitos que incluye la seguridad: la ejecución penal, la acción policial y las políticas urbanas.

"La ciudad es un espacio de convivencia y al mismo tiempo, un contenedor de conflictos".

Albert Batlle ha iniciado su lección afirmando que "la conferencia está centrada en las características y problemáticas del modelo de seguridad de Barcelona, ​​pero son muchas las grandes ciudades que tienen una situación similar".

Después de definir la ciudad como "un espacio de convivencia, donde las personas interactúan, se relacionan libremente y ejercen sus derechos y deberes", ha recordado que al mismo tiempo la ciudad es un "contenedor del conflictos".

El teniente de alcalde ha repasado los tres ámbitos que conforman la seguridad y las problemáticas que van asociadas a ellos: la seguridad ciudadana y la comisión de delitos; la seguridad vial y la siniestralidad, y la convivencia y el incivismo.

"En términos generales, Barcelona es una ciudad segura; en los últimos años ha habido una disminución de los delitos", ha destacado. No obstante, ha reconocido un aumento importante de los delitos patrimoniales y los hurtos, hecho que ha despertado el alarmismo social.

Entre las causas de este aumento, Albert Batlle ha citado una falta de respuesta judicial, el atentado terrorista del 17 de agosto de 2017, la conflictividad social del país, los cambios políticos en los países del entorno y el déficit estructural de la plantilla policial.

Ya en el bloque de seguridad vial, ha incidido en la necesidad de regular los nuevos aparatos con los que se desplaza la gente y que cada día circulan por las calles de manera más notoria. "El civismo no sólo es necesario practicarlo cuando vamos a pie, sino que debe ser transversal".

En el apartado de la convivencia, Albert Batlle ha recalcado que la existencia de conflicto tiene un gran impacto en la vida cotidiana de las personas. "El nivel de convivencia tiene un efecto muy importante sobre la percepción de la seguridad", ha apuntado.

La configuración del espacio público, la perspectiva de género y la intevención de los servicios públicos son fundamentales: "Si las administraciones abandonan el espacio público, son otros los que se apropian de él. Hay que hacer un abordaje integral de la seguridad urbana".

La importancia de la percepción de la seguridad

Según el ponente, hay muchos factores que influyen en la percepción de la seguridad, pero el tratamiento mediático es clave: "En Barcelona, ​​la percepción de inseguridad ha aumentado notoriamente en los últimos dos años. Un factor decisivo de este hecho ha sido el tratamiento mediático del tema", ha asegurado.

Lo demuestran las encuestas, ya que entre un 21 y un 27% de los ciudadanos opinan que el principal problema de Barcelona es la seguridad, pero cuando pasamos a un nivel personal, sólo un 9% afirman que la seguridad es su principal preocupación.

"El auge de las redes sociales dificulta encontrar información contrastada y rigurosa, y hay hechos que requieren tiempo para poder ser certificados. Por ejemplo, es frecuente hacer circular vídeos de peleas con intencionalidad política, y eso no ayuda", ha apuntado.

La territorialización de la política de seguridad y las aportaciones ciudadanas

Según Albert Batlle, "En Barcelona hay 73 barrios y diez distritos. La política de seguridad debe tener un estándar común, pero los planes deben ser territorializados. Las medidas de intervención tienen que adaptarse a cada espacio concreto, aunque hay que mantener la coherencia del sistema".

En la parte final de la lección, el teniente de alcalde ha recalcado la importancia de la participación ciudadana para mejorar la seguridad (aportando información, por ejemplo) pero que en ningún caso esta participación debe suplir las tareas de la policía: "El cumplimiento de la norma y los procedimientos establecidos son básicos", ha enfatizado.

Finalmente, ha recordado la  necesidad de la prevención, a partir de un buen diagnóstico, un estudio de las causas y los factores estructurales, y todo ello teniendo en cuenta una perspectiva intercultural, "de vital importancia si queremos preservar la convivencia".

Un servidor público con amplias responsabilidades

Albert Batlle i Bastardas (Barcelona, 1953) es licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona. Abogado, político y gestor público, ha desarrollado gran parte de la su carrera profesional en el Ayuntamiento de Barcelona y en la Generalitat de Catalunya.

En 1983 inició su trayectoria política como concejal en el Ayuntamiento, con varias responsabilidades. A finales del año 2003 fue nombrado secretario de Servicios Penitenciarios, Rehabilitación y Justicia Juvenil, órgano adscrito al Departamento de Justicia de la Generalitat, cargo que desarrolló hasta 2011, año en que fue nombrado director adjunto de la Oficina Antifraude de Catalunya.

En 2014 fue nombrado director general del Cos de Mossos d’Esquadra de la Generalitat de Catalunya. Tres años después, en 2017, presentó su dimisión ante el consejero de Interior, Joaquim Forn.

A nivel político, fue militante de Convergència Socialista de Catalunya y participó en la creación del PSC, dentro del cual ejerció varios vargos orgánicos. Actualmente forma parte de la comisión ejecutiva de Units per Avançar.

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