"El 'Segundo Plan de Igualdad Isabel de Villena (2018-2022)' es un paso hacia adelante para desarrollar una cultura de igualdad que impregne el conjunto de la institución y para incorporar de manera efectiva la dimensión de género en la docencia y en la investigación. Asimismo, quiere fomentar la igualdad de oportunidades en el desarrollo profesional, impulsar la paridad en los espacios de participación y de toma de decisiones y erradicar la violencia machista y la LBTIfòbia del entorno universitario", afirma Mònica Figueras, vicerrectora para proyectos para el compromiso social y la igualdad.

El plan, aprobado recientemente por el Consejo de Gobierno de la Universidad, es fruto de un proceso participativo con toda la comunidad universitaria e incluye ámbitos de actuación relativos a la representatividad de las mujeres, el acceso, la selección, la promoción y el desarrollo profesionales y las condiciones laborales. También abarca la conciliación de la vida personal, laboral y familiar, la violencia machista, la prevención de riesgos laborales con perspectiva de género, la comunicación inclusiva y el uso de un lenguaje no sexista ni androcéntrico, la estrategia y la organización interna, y adopta la perspectiva LGBTI.

"No se trata del mero cumplimiento de la legislación vigente, sino de que la Universidad se siente corresponsable del avance hacia una sociedad más justa"

"Con el fortalecimiento de la Unidad de Igualdad llevado a cabo en los últimos años y la aprobación del Segundo Plan, la UPF apuesta de manera decidida para asumir la aplicación transversal del principio de igualdad de género en todos los ámbitos y políticas", asegura Mònica Figueras. Según la vicerrectora, "No se trata del mero cumplimiento de la legislación vigente, sino de que la Universidad se siente corresponsable del avance hacia una sociedad más justa, en la que el sexo y el género no condicionen el acceso a las oportunidades, los recursos y el reconocimiento. Tenemos el convencimiento de que una universidad igualitaria es también una universidad de mejor calidad, más democrática y radicalmente comprometida con la transformación social".

Un proceso participativo de más de dos años de duración

"El Segundo Plan, que profundiza en las políticas de igualdad iniciadas hace diez años cuando se aprobó el Primer Plan, ha puesto mucho énfasis en el establecimiento de metas concretas para garantizar una mejor efectividad. Se trata de un plan que nace fruto de toda la comunidad (por el volumen de participación), para toda la comunidad (por la cantidad de actuaciones) y que debe ser implementado por el conjunto de la comunidad universitaria", apunta Tània Verge, directora de la Unidad de Igualdad.

El proceso de elaboración del Segundo Plan de Igualdad, de dos años de duración, ha tenido en cuenta los resultados de la evaluación del Primer Plan y ha incluido diferentes fases: se inició el curso 2015-2016, con la recogida de datos y la redacción del informe diagnóstico exhaustivo sobre la situación de las mujeres y de los hombres en la UPF; continuó con un borrador del Plan elaborado por la Unidad de igualdad y la discusión de este borrador con los diferentes órganos, unidades y servicios de la Universidad (2016) y la negociación con los órganos de representación de los trabajadores (curso 2017- 2018).

Las últimas fases del proceso han consistido en el proceso participativo de recogida de sugerencias y de propuestas, abierto al conjunto de la comunidad universitaria, que culminó en mayo de este 2018, y finalmente, la aprobación del Plan en el último Consejo de Gobierno, el pasado 4 de julio.

Durante la primera fase de diagnóstico se identificaron y recoger un centenar de indicadores, que se agruparon en torno a diez ejes. En una segunda fase, se fijaron unos objetivos concretos de igualdad efectiva a alcanzar, con la identificación de las acciones a implementar y el establecimiento de los indicadores de seguimiento y evaluación de las acciones.

A partir de la base de los principios de transversalidad de la perspectiva de género, de equidad y de paridad, se fijaron 58 acciones (34 más que en el Primer Plan de Igualdad), que se integraron en cinco ejes de actuación: promoción de una cultura de igualdad; una docencia, investigación y transferencia de conocimiento sensibles al género; igualdad de oportunidades en el acceso al trabajo y la promoción profesional; participación y representación paritarias; y finalmente, la UPF como una institución libre de discriminaciones y violencias.