La Universidad Pompeu Fabra, a través de la plataforma UPF Solidaria, ha resuelto recientemente la convocatoria 2018 de concesión de ayudas económicas para proyectos de actividades solidarias. Las subvenciones de este año, dotadas con un global de 40.000 euros, han sido adjudicadas a 20 proyectos solidarios diferentes, de entre un total de 23 de presentados.

Si lo comparamos con la convocatoria del 2013, las cifras de 2018 suponen casi haber duplicado el número de proyectos presentados (doce solicitudes) y triplicado el número de proyectos subvencionados (siete proyectos) hace cinco años, mientras que la dotación global de la convocatoria está "congelada" en los 40.000 euros.

Según Lídia Fosalba, coordinadora del ámbito de Responsabilidad Social de la UPF, "cada vez hay más personas de la comunidad universitaria sensibilizadas y implicadas en proyectos y entidades solidarios. Ahora lo que haría falta es poder aumentar el fondo global de la dotación de las ayudas a través de las diferentes vías, tanto de la propia universidad como de las colaboraciones de la comunidad universitaria, a fin de poder financiar mejor cada uno de los proyectos".

Lídia Fosalba también destaca que las ayudas concedidas corresponden tanto a proyectos vinculados a personas y entidades con los que ya se ha colaborado otros años como a proyectos nuevos. De los veinte proyectos subvencionados en la edición 2018, trece ya habían formado parte de anteriores convocatorias y siete se presentaban por primera vez.

Variedad en cuanto a la temática y a los ámbitos donde se llevan a cabo los proyectos solidarios

Los proyectos que han tomado parte en esta convocatoria han sido presentados por 23 personas que forman parte de la comunidad universitaria: tres estudiantes, cinco miembros del personal de administración y servicios, diez miembros del personal docente e investigador y cinco alumni UPF.

Los 20 proyectos subvencionados, con ayudas se mueven en la horquilla entre los 800 y los 3.000 euros, tratan sobre temáticas muy diversas, con el objetivo final de mejorar la situación de colectivos desfavorecidos: desde formación en atención sanitaria a comadronas hasta el desarrollo de una base de datos genéticos, pasando por un programa de integración social y laboral de mujeres víctimas de violencia de género.

La tarea solidaria se llevará a cabo tanto a nivel local (siete de los proyectos se sitúan en Barcelona ciudad y en el área metropolitana) como a nivel internacional (cuatro proyectos se circunscriben en América Latina, seis en el continente africano y tres en Asia). Algunos de los escenarios de este último grupo son la zona rural de Cangallo-Ayacucho (Perú), las ciudades de Cochabamba (Bolivia), Ziguinchor (Senegal), el distrito de Ibo (Mozambique), la zona de Nepal o la ciudad de Bombay (India).

Una convocatoria para favorecer el desarrollo humano

En la convocatoria de este año, se han valorado especialmente los proyectos con vinculación a universidades u otras instituciones educativas formales de países en las posiciones más bajas del Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, así como los circunscritos en Cataluña; los que tenían como finalidad principal la educación y la transferencia de conocimiento, y sobre todo, los que conllevaban la implicación y la participación de la comunidad beneficiaria.

La Comisión Evaluadora, encargada de elegir los destinatarios de las subvenciones, ha sido presidida por Mònica Figueras, vicerrectora para la dirección de proyectos para el compromiso social y la igualdad, acompañada por representantes del ámbito de Responsabilidad Social de la UPF, de los diferentes colectivos de la Universidad y de un miembro del Consejo Social.

La UPF creó en 2007 una convocatoria propia de ayudas en los ámbitos de la solidaridad y la cooperación para el desarrollo. El fondo económico de la convocatoria está constituido por ingresos propios de la Universidad, por las aportaciones voluntarias de los miembros de la comunidad universitaria, a través de los canales que proporciona UPF Solidaria, y por la participación del Consejo Social de la UPF.