Nuevos retos tecnológicos del derecho probatorio
Nuevos retos tecnológicos del derecho probatorio
Nuevos retos tecnológicos del derecho probatorio
PID2020-115304GB-C21/ AEI/10.13039/501100011033
El presente proyecto I+D lo conforman 16 investigadores -de 6 universidades- y cuenta con 30 especialistas en su grupo de trabajo.
Tras otros proyectos de investigación sobre derecho probatorio, el actual mira hacia el futuro más próximo para asegurar que dicho derecho será capaz de responder a los nuevos retos que le plantea la ciencia, esencialmente derivados de la revolución tecnológica en la que vivimos. Los vínculos entre ciencia y derecho probatorio se manifiestan especialmente en dos ámbitos:
(a) la ciencia como objeto de prueba. La nueva realidad tecnológica, cuando deviene litigiosa, genera una especial problemática en el ámbito probatorio, y ello ya lo estamos comprobando con el continuo incremento de “internet of things” (IoT) y el increíble auge de los “smart contracts”. Ante esta realidad, son muchas las preguntas que deberemos formularnos y resolver desde la óptica del derecho probatorio (que se describen en la memoria del proyecto). Otro ámbito de la ciencia en el que ya se han detectado dificultades probatorias –y que son objeto de este proyecto- es el de la medicina de vanguardia, especialmente con el desarrollo de la biomedicina y su posible mal uso; y
(b) la ciencia como mecanismo facilitador de la prueba. Los avances tecnológicos ofrecen al juez diversos instrumentos dirigidos a facilitar su convencimiento de los hechos litigiosos y darlos por probados (o no). Aquí, por ejemplo, encontramos los algoritmos matemáticos que integran la inteligencia artificial y que pueden coadyuvar en la labor probatoria del juez; la neurociencia como vía para dar mayor o menor credibilidad a las declaraciones de todas las personas que declaran en presencia judicial (desde las propias partes, a los testigos y peritos); los nuevos sistemas de firma de los contratos electrónicos, etc. Además, la actual Cuarta Revolución Industrial nos ofrece inmensas nuevas fuentes de elementos probatorios que pueden utilizarse en un proceso judicial, y que se hallan especialmente en tres ámbitos de la sociedad: en la forma de relacionarse las personas, mediante el uso continuo de las redes sociales -con millones de usuarios-; en el almacenamiento y transmisión de todo tipo de información, datos o contenidos online en alguno de los muchos espacios virtuales que hay en el mercado; y en la contratación electrónica, especialmente con el desarrollo vertiginoso de grandes empresas multinacionales dedicadas al comercio electrónico de cualquier tipo de producto o servicio. Es imprescindible resolver cómo garantizar la prueba judicial en todos los procesos que están surgiendo en estos nuevos escenarios de nuestras relaciones sociales: hasta ahora, la tecnología va por delante de las leyes, lo que obliga a los tribunales a afrontar los problemas probatorios atendiendo a instrumentos legales clásicos, pero es evidente que deberemos encontrar modernas formas de probar estos nuevos retos de nuestra sociedad.
Todo este objeto de estudio que integra el presente proyecto se analiza no solo con el método dogmático-jurisprudencial sino a través de un estudio de campo en los juzgados de lo mercantil, y un ensayo clínico sobre la aplicación de la neurociencia en las pruebas personales.
Investigadores principales
Joan Picó JunoyInvestigadores
Juan Antonio Andino LópezTiziana di Ciommo
Ramón Escaler Bascompte
Ayllen Susana Gil Seaton
Migle Laukyte
María Belén Mora Capitán
Francisco Andrés Valle
Mònica Vinaixa
Estela Yelamos
Total concedido 78.650,00 €