"La cultura es un recurso imprescindible para formar la identidad individual y colectiva y para adquirir competencias, saberes y aprendizajes de la vida; por tanto, "la educación cultural debe partir de una idea amplia e inclusiva de lo que es la cultura, de manera que incluya las expresiones culturales de hoy, especialmente las que son practicadas y reconocidas por las personas jóvenes".

Estas afirmaciones forman parte del documento "Jóvenes, cultura y educación. Propuestas para unas políticas inclusivas" (documeno en catalán), que recoge el resultado del debate mantenido a finales del año 2020 con diversos actores de la sociedad civil y de la administración, implicados en la educación, la cultura y las políticas de juventud. Esta iniciativa está impulsada por un equipo de investigación de la UPF vinculado al proyecto CHIEF, acrónimo de "Cultural Heritage and Identities of Europe 's Future" (CHIEF) ("Herencia cultural e identidades de la Europa del futuro", en catalán).

El documento se dirige especialmente a los responsables de la elaboración de las políticas públicas, entre las que se incluyen las políticas culturales, educativas, de ciudadanía y de juventud

El documento se dirige especialmente a los responsables de la elaboración de las políticas públicas, entre las que se incluyen las políticas culturales, educativas, de ciudadanía y de juventud. Al mismo tiempo, quiere ser un mensaje pera los actores que participan en estos ámbitos, y para toda la sociedad en general. "Con nuestra investigación queremos favorecer un cambio de paradigma en la comprensión de lo que es cultura, la educación cultural y el reconocimiento de las prácticas culturales de las personas jóvenes", afirma Mariona Ferrer, profesora del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF, miembro del Grupo de Investigación sobre Juventud, Sociedad y Comunicación (JOVIS.com) e investigadora principal y coordinadora del proyecto CHIEF-UPF.

Seis ejes temáticos, un diagnóstico y 22 propuestas concretas de mejora

El documento "Jóvenes, cultura y educación. Propuestas para unas políticas inclusivas", comienza con unas propuestas generales para las políticas públicas: "Las instituciones públicas deben fomentar políticas que pongan en relación las áreas de cultura, educación y juventud, rompiendo barreras departamentales, para tener un mayor impacto en la realidad del día a día de las personas", afirma. Destaca que hay que potenciar la coproducción de políticas y la participación de las personas jóvenes, y que hace falta dotar de recursos estas políticas culturales.

Hay que potenciar la coproducción de políticas y la participación de las personas jóvenes, y que hace falta dotar de recursos estas políticas culturales

Seguidamente, desarrolla los seis ejes temáticos, de los que hace un diagnóstico y una serie de propuestas de mejora para cada uno de ellos (22 propuestas en total): Los seis ejes son los siguientes: El papel de la cultura en la educación de las personas jóvenes; Promover el aprendizaje cultural desde la educación formal; La importancia de la educación no formal y asociativa; La participación cultural de las personas jóvenes: acceso y reconocimiento; La inclusión de la diversidad en la participación cultural; y Promover la participación cultural en todo el territorio y el acceso al espacio público.

Dentro de "El papel de la cultura en la educación de las personas jóvenes", el documento incide en la necesidad de entender la educación cultural a partir de una idea amplia e inclusiva de lo que es la cultura, incluyendo disciplinas (como danza urbana, cómics, videojuegos, skate, trap, parkour, etc) que van más allá de las que tienen un carácter más formal. A menudo estas disciplinas están poco presentes en los entornos de educación formal secundaria, y no se aprovecha suficientemente su potencial para favorecer la adquisición de competencias y la inclusividad de todo el alumnado, señala el texto.

El apartado "Promover el aprendizaje cultural desde la educación formal" pone énfasis en el hecho de que la cultura debería formar parte de toda la enseñanza, y que la educación cultural debe entenderse como un aspecto transversal y no como una competencia o ámbito específico. El punto siguiente, "La importancia de la educación no formal y asociativa", remarca la necesidad de incrementar la oferta de educación no formal, que suele seguir una metodología vivencial, y de construir espacios de confluencia desde las diferentes iniciativas culturales.

Los tres últimos ejes son "La participación cultural de las personas jóvenes: acceso y reconocimiento", que requiere potenciar unas políticas culturales equitativas, que rompan las barreras de acceso a la participación cultural, y reconocer las prácticas culturales no legitimadas de las personas jóvenes como una parte de la oferta cultural y un espacio de participación cultural relevante; "La inclusión de la diversidad en la participación cultural", que incide en el hecho de que la diversidad cultural representa una oportunidad para la cohesión, en la medida que se crean espacios para las expresiones específicas y para el encuentro intercultural, y finalmente, "Promover la participación cultural por todo el territorio y el acceso al espacio público", que aboga por una distribución territorial más equitativa de la oferta y las opciones de prácticas culturales.

Un amplio proceso de debate con la participación de diversos actores del mundo cultural y educativo

El proceso de debate, que dio como fruto la elaboración de estas propuestas, tuvo lugar en línea, debido a la situación provocada por la pandemia, durante los meses de noviembre y diciembre de 2020, a través de varios talleres virtuales: bajo el lema "Prácticas culturales de los jóvenes para una educación inclusiva", los participantes intentaron responder a preguntas tales como "¿Cómo promover el acceso a la cultura, los derechos culturales de las personas jóvenes y el reconocimiento de sus prácticas culturales? " y "Cómo incorporar las prácticas no formales y las expresiones culturales de las personas jóvenes a la educación formal?".

Los talleres reunieron una veintena de personas: gestores y técnicos culturales y museísticos, educadores, docentes, antropólogos, sociólogos, periodistas, vinculados a entidades, asociaciones culturales y centros cívicos del ámbito cultural y artístico (Òmnium Cultural; Associació Catalana d’Empreses de l’Oci, l’Educació  i la Cultura; Institut de Cultura de Barcelona; ARTransforma, Xixa Teatre, Xamfrà, Lluïsos de Gràcia, entre otros); universidades (Girona, Autónoma de Barcelona), centros de bachillerato (Escola Pia de Mataró), bibliotecas (Biblioteca del Fondo de Santa Coloma de Gramenet), etc.

CHIEF, un proyecto europeo que profundiza en las relaciones entre los jóvenes, la cultura y la educación

El proyecto de investigación "Cultural Heritage and Identities of Europe 's Future (CHIEF)" que se inició en mayo de 2018 y finalizará en octubre de 2021, lo lleva a cabo un consorcio europeo formado por doce instituciones (entre ellas la UPF), coordinadas por la Universidad de Aston (Reino Unido). Su objetivo es explorar el significado de cultura (y de la herencia cultural europea) para las personas jóvenes, así como entender la influencia de la cultura y la socialización cultural en sus identidades y prácticas culturales.

CHIEF, para comprender como las prácticas y los aprendizajes culturales influyen en la educación cultural de la juventud, analiza la relación de los jóvenes con la cultura desde diferentes ámbitos (educación formal, no formal, familias, compañeros o grupos de amigos, centros culturales y espacios de memoria, etc.). Asimismo, investiga como las interacciones que se producen en estos diversos espacios de socialización incrementan la competencia y el conocimiento cultural de las personas jóvenes.