La construcción del Dipòsit de les Aigües la proyectó en 1874 el maestro de obras Josep Fontserè, gestor de todo el entorno de la antigua ciudadela militar. Un entonces joven estudiante de arquitectura, Antoni Gaudí i Cornet, hizo el cálculo estático del conjunto del depósito y de los elementos de apoyo. Se concebió como una estructura tradicional y se descartó la moderna técnica –en aquellos momentos– de los pilares de fundición, debido a las enormes cargas que debía soportar el depósito y a su gran altura. La construcción data de 1876, pero no fue hasta 1880 cuando se inauguró como depósito de las aguas, con la función de regular el caudal de agua de la cascada del parque de la Ciutadella y de regar sus jardines.

Se trata de una construcción calcada de un prototipo romano, formada por un laberinto de arcos paralelos de 14 metros de altura, que se cruzan en una vuelta de cañón y que se extienden como por efecto de un espejo a lo largo de 65 metros de profundidad. Tras más de cien años de usos diversos –asilo municipal, almacén de los bomberos, vestuario y parque móvil de la Guardia Urbana, archivo de justicia...–pasó a ser propiedad de la UPF en 1992.

Rehabilitación

Las obras de rehabilitación del Dipòsit de les Aigües, que se unió mediante un paso subterráneo con el edificio Jaume I, se iniciaron en 1993. No fue hasta 1999, sin embargo, cuando comenzó a funcionar como Biblioteca General de la Universidad. Actualmente ya están en funcionamiento tres cuartas partes del edificio.

La superficie del solar es de 4.558 m2, con una superficie ocupada de 4.320 m2 y una superficie rehabilitada de 14.850 m2. Los arquitectos de la rehabilitación fueron Lluís Clotet e Ignacio Paricio.

El fondo bibliográfico de la Biblioteca General incluye, entre otras, las colecciones de la Biblioteca Haas, de la Cámara de Comercio de Barcelona y del Instituto Universitario de Historia Jaume Vicens i Vives, que tiene la sede en este edificio.