8. Innova

UPF INNOValora, una apuesta por la transferencia

El programa de la UPF para identificar y financiar resultados de investigación con potencial de llegar a ser soluciones de mercado

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Logo UPF INNOValora
 

La Universidad Pompeu Fabra, altamente comprometida con el entorno social y económico, tiene como una de sus principales misiones favorecer que el conocimiento generado en la Universidad revierta directamente en la sociedad y en la economía del país. Así lo remarca Vanesa Daza, vicerrectora de Transferencia del Conocimiento, que ve indispensable “vincular la universidad al progreso social y económico para contribuir al desarrollo y bienestar de la ciudadanía”, y apuesta firmemente por “fomentar la cultura emprendedora, aumentar el impacto de la investigación en la sociedad y buscar retornos de la inversión pública en investigación”.

La transferencia de conocimiento y tecnología desde la Universidad a la empresa constituye uno de los ejes que vertebran el Plan Estratégico de la Universidad Pompeu Fabra 2016-2025; en concreto, dentro del ámbito de investigación. Para conseguir esta misión, la Universidad impulsa diferentes actividades de transferencia, y una de las más destacadas es el programa UPF INNOValora. Esta iniciativa, nacida en 2018 e impulsada por la Unidad de Innovación - UPF Business Shuttle de la UPF, ofrece apoyo económico a los proyectos de investigación de la UPF con mayor potencial de llegar al mercado para que hagan pruebas de concepto con los resultados vinculados a su actividad investigadora; es decir, para que validen un concepto o una teoría y verifiquen si puede aplicarse de manera real y consistente, explorando su potencial comercial. Tal y como indica Ana Sagardoy, responsable de la Unidad de Innovación, “el objetivo principal del programa es ayudar a los proyectos prometedores basados en resultados de investigación de la Universidad para que hagan su camino de desarrollo, y disminuyan los riesgos, para poder atraer otra financiación pública o privada para continuar su desarrollo y, eventualmente, llegar al mercado y la sociedad”.

Las pruebas de concepto son una etapa esencial en un proceso de innovación, ya que permiten madurar aún más los resultados de una investigación para que éstos ofrezcan mayores garantías de éxito durante sus posteriores etapas de desarrollo, hasta crear nuevos productos y servicios que puedan dar respuesta a las necesidades del mercado o sociedad. Por este motivo, el programa UPF INNOValora incide en esta fase tan importante de un proyecto, ofreciendo financiación para demostrar su valor; por ejemplo, mediante la construcción de prototipos o la evaluación de su potencial comercial, y facilitando que el proceso de transferencia tenga lugar de forma más eficiente. Sagardoy afirma que “en esta fase de los proyectos hay mucha incertidumbre, muchas opciones abiertas en cuanto a qué camino tendrá que seguir aquella innovación prometedora, y escasa financiación disponible para resolver interrogantes de aplicabilidad o interés; pero es necesario dedicar esfuerzos para transformar los resultados relevantes de una investigación en un proyecto que se pueda evaluar, desarrollar y ejecutar como producto o solución útil e invertible”.

Es necesario dedicar esfuerzos para transformar los resultados relevantes de una investigación en un proyecto que se pueda evaluar, desarrollar y ejecutar como producto o solución útil e invertible

El programa financia proyectos enfocados a valorizar conocimiento o tecnologías con potencial de incorporación en el sector productivo. Las propuestas deben basarse en resultados de investigación ya existentes, de titularidad de la UPF (los derechos de propiedad intelectual y/o industrial de los resultados de investigación son propiedad de la UPF), ya sea de manera única o bien compartida con otras entidades de investigación participantes en la obtención de estos resultados.

Propuestas con un concepto de aplicación práctica definido

UPF INNOValora está destinado a apoyar propuestas que tengan un nivel de madurez tecnológica al menos de TRL 3 (del inglés Technological Readiness Level), una escala internacional para estimar la madurez de las tecnologías desarrollada por la NASA para proyectos aeronáuticos o espaciales y que, con los años, se ha ido generalizando y la Comisión Europea la ha adoptado como herramienta para identificar el grado de avance de los proyectos de innovación, desde la concepción de la idea hasta el despliegue comercial. Es decir, las propuestas que se presentan deben haber observado y documentado unos principios básicos y deben haber formulado un concepto de tecnología o de aplicación comercial, lo que les permitirá estar listos para iniciar una prueba de concepto. Por ejemplo, las propuestas basadas en ideas o hipótesis de investigación que todavía no se han explorado ni disponen de ninguna idea de producto o servicio no son suficientemente maduras para optar a una ayuda UPF INNOValora.

representació gràfica
 
 
 
 
 
 

Eje vertical: Financiación

Eje horizontal: Nivel de madurez tecnológica

  1. Principios básicos observados y documentados
  2. Concepto tecnológico y/o aplicación formulada
  3. Función analítica y función experimental crítica y/o prueba de concepto característica
  4. Componente y/o validación de la placa de pruebas en un laboratorio
  5. Componente y/o validación de placa de pruebas en un entorno relevante
  6. Modelo de sistema/subsistema o "demo" de prototipo en un entorno relevante.
  7. Demo del sistema prototipo en un entorno operacional
  8. Sistema real completado y verificado vía test y vía demo.
  9. El sistema real está probado en sucesivas misiones operativas con éxito.

 

El programa está abierto a propuestas procedentes de cualquier área de investigación de la UPF, es decir, tanto de ciencias de la salud como de tecnologías de la información y comunicación o de ciencias sociales y humanidades. Según Sagardoy, lo que se quiere es "elegir los proyectos que puedan tener más sentido desde el punto de vista de satisfacer unas necesidades de la sociedad". Posteriormente, un grupo de evaluadores externos expertos en diferentes ámbitos evalúa de forma remota las propuestas recibidas y las puntúa de acuerdo con la calidad global del proyecto, su grado de novedad, su potencial de impacto y de mercado y equipo emprendedor involucrado. De esta evaluación resultan preseleccionados los proyectos que pasan a la fase final de evaluación, en la que las personas investigadoras deben defender sus propuestas con una breve presentación ante el jurado, formado por los propios expertos externos que han evaluado los proyectos en una primera fase.

"Elegir los proyectos que puedan tener más sentido desde el punto de vista de satisfacer unas necesidades de la sociedad"

En el transcurso de los últimos cinco años, se han llevado a cabo tres convocatorias que han servido para financiar, con la cofinanciación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y la Generalitat de Catalunya, 16 proyectos de los ámbitos de las ciencias experimentales y de la salud y las tecnologías de la información y las comunicaciones, con un importe de 30.000 euros para cada uno. Además, los proyectos seleccionados a partir de la tercera edición han optado al premio del Consejo Social de la UPF, que otorga 5.000 euros al proyecto que demuestre una mejor evolución de su enfoque hacia el mercado tras su paso por el programa. La financiación concedida por el programa (con las colaboraciones del Departamento de Medicina y Ciencias de la Vida y el Consejo Social de la UPF) en sus tres primeras ediciones asciende a un total de 660.000 euros.

Sagardoy destaca, también, la participación de personas mentoras durante la ejecución del programa, profesionales expertos en los sectores de actuación de los distintos proyectos participantes. Este apoyo adicional se incorporó a partir de la tercera edición “para que puedan ayudar a los grupos de investigación a orientar bien los próximos pasos del proyecto o incluso en la forma en que invierten ese dinero”. Las personas mentoras, con un amplio conocimiento de su ámbito de actividad, pueden ofrecer soporte de valor en lo que se refiere a la gestión empresarial, la legislación, el impacto social y la captación de financiación privada dentro de su sector. Los equipos de investigación, en general, están formados por investigadores e investigadoras que no están especializados en este tipo de proyectos, siendo importante acompañarlos en la definición de la estrategia de transferencia. La figura del mentor es una de las más valoradas por los participantes en el programa, tal y como comenta el Dr. Rafael Ramírez, responsable del Laboratorio de Música y Aprendizaje Automático del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC), que participó en el programa con SkyNote, una tecnología de aprendizaje musical: “Tuvimos asesoría de dos personas muy capaces que nos iban guiando sobre las estrategias de mercado y sobre cómo podíamos promocionar nuestro sistema”.

 Las personas mentoras, con un amplio conocimiento de su ámbito de actividad, pueden ofrecer soporte de valor en lo que se refiere a la gestión empresarial, la legislación, el impacto social y la captación de financiación privada dentro de su sector

El programa se reafirma con una ampliación del presupuesto

Actualmente, se está llevando a cabo su cuarta edición. Una edición que destaca de las anteriores porque se ha financiado totalmente gracias a la propia universidad y que dispone de un presupuesto total de 250.000 euros, cantidad que permitirá apoyar a cinco propuestas de prueba de concepto con un importe de hasta 50.000 euros por proyecto durante un período de diez meses.

250.000 euros (financiación 100% UPF)
5 pruebas de concepto financiadas
Con un total de 50.000 euros

Otra novedad de la edición actual es que permite a los proyectos seleccionados destinar parte de la ayuda económica a la contratación de personal. Además, gracias a la colaboración del Consejo Social de la UPF, se ofrecerá un plan de formación especializada en transferencia de conocimiento y emprendimiento a todos los participantes.

Cinco proyectos evolucionan a spin-offs

Hasta el momento, el programa UPF INNOValora ha financiado la ejecución de cinco proyectos en la edición de 2018, cinco en la edición de 2019, seis en la edición de 2021 y cinco en la edición actual, que corresponde al 2022.

Solicitudes recibidas 60
Propuestas finalistas 37
Propuestas financiadas 21
Proyectos que han terminado siendo una spin-off 5
Proyectos que han seguido en programas de aceleración 6

 

Como resultado de las tres primeras ediciones, los 16 proyectos financiados por UPF INNOValora han sido capaces de atraer financiación adicional por valor de casi 2,5 millones de euros a través de otras convocatorias públicas para innovación. El resultado final es que se ha multiplicado por 3,5 la financiación inicial recibida. Además, seis han sido seleccionados para participar en programas de aceleración o incubación de empresas basadas en ciencia.

El resultado más destacado es que cinco de los proyectos que han participado en el programa se han constituido como spin-offs: Lucid technologies, Integra Therapeutics, KOA Biotech, Nocturna Therapeutics y Disrupt Therapeutics. Estas compañías explotan comercialmente los resultados obtenidos por las investigaciones realizadas en el seno de la Universidad, y, hasta ahora, ya han conseguido atraer inversión privada por más de 6 millones de euros.

Paralelamente, otros proyectos participantes en INNOValora siguen trabajando activamente para hacer realidad su transferencia. Uno es el del Dr. Antoni Ivorra, responsable del Grupo de Investigación en Electrónica Biomédica (BERG), de la Unidad de Investigación BCN MedTech del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC), que considera que “en tecnología médica, si quieres llegar al mercado, la creación de una spin-off es clave para desarrollar la tecnología hasta un punto en el que otro puede empezar a cogerla e incorporarla dentro de la industria para que llegue realmente a los pacientes”.

“En tecnología médica, si quieres llegar al mercado, la creación de una spin-off es clave para desarrollar la tecnología hasta un punto en el que otro puede empezar a cogerla e incorporarla dentro de la industria para que llegue realmente a los pacientes”

Por último, cabe destacar también aquellos proyectos que, gracias a la prueba de concepto realizada con la ayuda UPF INNOValora, han podido evidenciar que su propuesta de valor para convertir su investigación en una solución aplicada no era viable. Un resultado igualmente muy válido que les permite redirigir su labor de búsqueda y diseño de transferencia hacia otras alternativas que permitan explotar con éxito su tecnología o conocimiento.

INNOValora en primera persona

A través del testimonio de cinco personas investigadoras que han participado en el programa UPF INNOValora, descubrimos más detalles de esta iniciativa y reflexionamos sobre qué supone transferir.

Toni Ivorra

Antoni Ivorra

Responsable del Grupo de Investigación en Electrónica Biomédica (BERG), de la Unidad de Investigación BCN MedTech del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) y centro TECNIO, participó en INNOValora con el proyecto “Senso-eAXON”, una prueba de concepto para desarrollar microsensores inalámbricos inyectables basados ​​en la tecnología eAXON.

Laura Becerra

Laura Becerra

Investigadora del Grupo de Investigación en Electrónica Biomédica (BERG), de la Unidad de Investigación BCN MedTech del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) centro TECNIO, participó en INNOValora con el proyecto “Senso-eAXON”, una prueba de concepto para desarrollar microsensores inalámbricos inyectables basados en la tecnología eAXON

Juana Díez

Juana Díez

Investigadora principal del Grupo de Investigación en Virología Molecular, del Departamento de Medicina y Ciencias de la Vida (MELIS), participó en INNOValora con el proyecto “Circular RNAs”, una tecnología para generar nuevas moléculas antivirales para hacer frente a un gran número de enfermedades infecciosas causadas por virus de ARN.

Rafael Ramírez

Rafael Ramírez

Investigador del Grupo de Investigación en Tecnología Musical (MTG), del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC), participó en INNOValora con el proyecto “SkyNote”, una tecnología de aprendizaje musical basada en inteligencia artificial.

Avencia Sánchez-Mejías

Avencia Sánchez-Mejías

Investigadora del Laboratorio de Biología Sintética Traslacional (Synbio), del Departamento de Medicina y Ciencias de la Vida (MELIS) y centro TECNIO, participó en INNOValora con el proyecto “Uni-large”, una tecnología que sirve para tratar las enfermedades de origen genético y algunos tipos de cáncer derivados del mal funcionamiento de un gen. Este proyecto, posteriormente, evolucionó a spin-off con la creación de la compañía Integra Therapeutics, de la que Sánchez es cofundadora y CEO.

 

 

>> ¿Por qué escogiste UPF INNOValora?

Avencia Sánchez-Mejías Rafael Ramírez Laura Becerra

El equipo de la Dra. Avencia Sánchez-Mejías, después de participar en los programas de aceleración de la Fundación “la Caixa” (Caixa Impulse), vio claro que la mejor forma de generar valor para su solución, la tecnología Uni-large, era crear una empresa spin-off, y el programa UPF INNOValora les ayudó en ese camino. La financiación recibida les permitió definir su idea y modelo de negocio y contratar a agentes de patentes para proteger sus productos de la competencia

Por otra parte, el Dr. Rafael Ramírez, afirma que se decidieron por UPF INNOValora porque obtuvieron resultados satisfactorios con el proyecto europeo Telmi (del inglés Technology Enhanced Learning of Musical Instrument Performance), y querían desarrollar un sistema de aprendizaje musical inteligente para el mercado, pero carecían de fondos. Su paso por el programa les ha permitido “pasar de un prototipo de investigación a un producto que se pueda vender” y, finalmente, están considerando crear una spin-off. Todo ello gracias, en parte, al acompañamiento y asesoramiento de las personas mentoras, que les guiaron en todo el proceso, porque tal y como afirma: “Somos investigadores de computación y de matemáticas, pero de negocios no tenemos ni idea”.

En cuanto a la Dra. Laura Becerra, comenta que su paso por INNOValora estuvo motivado por el hecho de que tres personas del equipo habían sido coinventoras de una solicitud de patente para un nuevo dispositivo médico y querían continuar desarrollándolo. El impulso y el bagaje que les dio este programa fue una puerta de acceso a una nueva financiación que les ha permitido realizar mejoras en el dispositivo.

>> ¿Cómo ha sido el tráfico de investigadores e investigadoras a CEO?

Avencia Sánchez-Mejías

Para el personal investigador, iniciarse en el mundo empresarial es un reto. Gestionar o participar en una empresa implica una serie de responsabilidades a las que muchos de ellos no están acostumbrados, como puede ser la gestión de un presupuesto, la búsqueda de inversión o la definición de la estrategia de operaciones, por lo que es importante adquirir estos conocimientos y habilidades en liderazgo y gestión.

En este sentido, Sánchez-Mejías explica que las actividades del día a día cambian, y deben focalizarse muchos esfuerzos en la gestión de la empresa. Sin embargo, considera que ha sido un camino relativamente sencillo gracias a la guía y acompañamiento que han recibido por parte de las personas mentoras de UPF INNOValora y de otros programas de aceleración: “El ecosistema de Barcelona está madurando muy bien, y hay mucha gente a la que preguntar dudas sobre la gestión de una empresa biotech”.

>> ¿Qué recomendarías para pasar de investigación básica a aplicada con financiación?

Juana Díez Avencia Sánchez-Mejías

La investigación básica es aquella cuyo objetivo es aumentar el conocimiento sobre una determinada materia, sin que ello tenga ninguna aplicación a corto o medio plazo sobre la sociedad. Díez resalta el papel esencial de este tipo de investigación, considerándola la base de todo; pero, al mismo tiempo, cree que es necesario mantener una mente aplicada con los resultados que se obtengan y plantearse “¿cómo podría yo llevar esto a ser un producto que fuera importante en la sociedad?”.

Sánchez-Mejías destaca la necesidad de tener siempre presente que la investigación, aunque sea básica, es investigación que realizamos con financiación pública y que, por tanto, debe valorarse en todo momento si puede tener alguna aplicación o no: “Es importante pensar en cómo esto puede volver a la sociedad de alguna manera, crear puestos de trabajo, dinamizar el sector económico.” Y en este punto, destaca el papel de la Unidad de Innovación de la UPF, como agente capaz de orientar y asesorar en la viabilidad de desarrollar una valorización de un conocimiento o tecnología.

En resumen, Sánchez-Mejías considera que es necesario realizar un cambio de mentalidad y, paralelamente a los procesos de investigación, hay que analizar los resultados desde un punto de vista de su aplicación: “Cómo proteger lo que estás inventando para que tenga viabilidad económica en el futuro”.

>> ¿Por qué es importante potenciar la transferencia de conocimiento?

Toni Ivorra Juana Díez Rafael Ramírez

Para Ivorra, la motivación principal es incorporar la tecnología dentro de la industria para que llegue a su público objetivo, que son los pacientes: “Aunque muchas veces hacemos investigación que se puede considerar básica, al final estamos pensando siempre en la aplicación”.

Díez comenta que, para ella, fue un cambio muy grande cuando empezó a pensar en transferencia: “No es un ámbito al que estén acostumbrados los investigadores”, y cree que el apoyo recibido por parte del programa UPF INNOValora para hacer el impulso inicial es básico. También valora muy positivamente haber hecho equipo con un gestor empresarial, que es quien se encarga, entre otros, de buscar financiación, “porque no es lo mismo presentar para investigadores –a quienes lo que les importa es la ciencia–, que para inversores — que les importa no sólo es la ciencia, que debe ser sólida, sino también el estudio de mercado, en el que se diferencia de otros productos, porque debe invertirse, etc. .”.

Por otro lado, Ramírez también considera esencial la transferencia para que el trabajo de investigación tenga un impacto en la sociedad. Resalta también que le ha permitido descubrir el mundo de la emprendeduría, un ámbito muy interesante que te hace repensar tu proyecto con tareas clave como la definición de estrategias de posicionamiento.

>> ¿Recomendaría participar en UPF INNOValora?

Laura Becerra Juana Díez Rafael Ramírez

Los cuatro proyectos valoran muy positivamente su paso por INNOValora. Becerra considera que la transferencia forma parte del rol de las personas investigadoras y anima a todas ellas a impulsarla para tener un impacto económico y beneficio social. En su caso, comenta que “el programa nos dio ese impulso que necesitábamos para continuar el proyecto”; les permitió realizar las primeras pruebas preclínicas, la aplicación de patente y un estudio de mercado.

Díez aconseja que “si tenéis algún resultado que creáis que pueda llegar al mercado, no penséis que esto es muy difícil o imposible; sino que accedáis a INNOValora”.

Por último, Ramírez pone en valor el seguimiento constante del equipo que gestiona el programa: "Ofrecen no sólo el dinero, sino también cómo utilizar el dinero de una manera más dirigida al mercado".