Atrás Con la comida no se juega. Ester Oliveras

Con la comida no se juega. Ester Oliveras

Ester Oliveras, profesora del Departamento de Economía y Empresa de la UPF
27.07.2021

 

Artículo publicado en El Periódico el 22 de julio de 2021

El tomate de nuestra ensalada necesidad 13 litros de agua, tres meses de tierra fértil, pesticidas y fertilizantes artificiales, mano de obra para recolección, transporte y venta. La producción del tomate, como del resto de los alimentos, deja una huella hídrica importante, además de una huella de carbono, ambas multiplicadas por la ineficiencia: un tercio de los alimentos se desperdician. A esto hay que añadir las siguientes tendencias: menos lluvias, sequías más frecuentes, un descenso de la fertilidad de la tierra cultivable derivada del aumento de la temperatura, y una población de 10.000 millones de personas con necesidad de alimentarse para el 2050. Todas las variables implican una disminución de la oferta, por lo que, si no se hace nada, es inevitable el incremento del precio de los alimentos frescos.

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