Atrás El incremento del nivel de mecanización de un ejército reduce el riesgo de un golpe de estado

El incremento del nivel de mecanización de un ejército reduce el riesgo de un golpe de estado

El estudio, con la participación de Abel Escribà-Folch, profesor del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF, es uno de los primeros en relacionar la estructura de las fuerzas militares y los golpes de estado. El trabajo afirma que un mayor número de tanques y vehículos blindados en las fuerzas armadas, a pesar de empoderar a los ejércitos, reduce la probabilidad de un golpe de estado debido al aumento de los costes de ejecución y coordinación.

23.05.2022

Imatge inicial

El riesgo de que haya un golpe de estado en un país está negativamente relacionado con los niveles de mecanización de su ejército, entendida esta mecanización como el grado en el que los militares dependen de los tanques y vehículos blindados en relación con el personal.

Ésta es la principal conclusión de un estudio en el que ha tomado parte Abel Escribà-Folch, profesor agregado del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF, junto con Ioannis Choulis de la Universidad de Essex (Reino Unido), Marius Mehrl, de la Universidad de Múnich (Alemania), y Tobias Böhmelt, también de la Universidad de Essex.

"Aunque no cuestionamos el principio de que la mecanización fortalece al ejército, a nivel material y operativo, mostramos que los militares más poderosos no representan necesariamente una mayor amenaza para los gobiernos en funciones”.

El estudio, publicado recientemente en la revista Comparative Political Studies, es uno de los primeros a la hora de vincular de manera teórica y empírica la estructura de las fuerzas militares con la forma en que surgen los golpes de estado, así como el grado de mecanización del ejército con las relaciones civil-militares de los estados.

Según los autores, el mayor grado de mecanización de las fuerzas armadas, en un golpe de estado, aumenta los potenciales costes de ejecución y hace más difícil su coordinación, factores que disuaden a los posibles conspiradores.

Una investigación que desafía la lógica del “dilema de tutela”

La piedra angular de las relaciones civil-militares es el llamado dilema de la tutela: la dependencia de las fuerzas armadas para protegerse de las amenazas externas e internas sitúa a los militares en una posición fundamental que pueden utilizar para tomar el poder. Por tanto, el dilema comporta que un ejército más fuerte debería suponer una mayor amenaza para un estado. La paradoja se encuentra en que a la propia institución creada para proteger el sistema político se le da el poder suficiente para convertirse en una amenaza para el propio sistema.

“Nuestra investigación examina las implicaciones prácticas de este dilema, y ​​en algunas circunstancias, desafía la idea de que los militares más poderosos representan una mayor amenaza para los gobiernos en funciones”, afirman los autores. Y añaden: “Aunque no cuestionamos el principio de que la mecanización fortalece al ejército, a nivel material y operativo, mostramos que los militares más poderosos no representan necesariamente una mayor amenaza para los gobiernos en funciones”.

El hecho de disponer de tanques, vehículos y armas ayudaría a mantener a los militares satisfechos con su status quo y reduciría sus incentivos para dar un golpe de estado.

El hecho de disponer de tanques, vehículos y armas ayudaría a mantener a los militares satisfechos con su status quo y reduciría sus incentivos para dar un golpe de estado. Pero, como sugieren los autores, éste no sería el único mecanismo: los militares priorizan evitar conflictos fratricidas entre miembros del ejército, y la mecanización puede aumentar los riesgos de que la confrontación se produzca y los costes derivados de ésta y de la falta de coordinación entre unidades. En contextos de incertidumbre y costes potenciales de ejecución elevados en contextos urbanos, el inicio de golpes de estado resulta menos probable.

Para su estudio, los autores han analizado de forma cuantitativa y utilizando diferentes técnicas de predicción y pronósticos, y controles de robustez, una base de datos agregada a nivel de país sobre niveles mecanización y golpes de estado durante cuatro décadas (1979-2019) de todas las organizaciones militares del mundo, incluidas las democracias. Se han centrado en las fuerzas de combate terrestre, puesto que en la gran mayoría de casos, son las que ejecutan los golpes de estado.

La mecanización puede perjudicar la contrainsugrencia del estado

Una derivada del estudio realizado es que los cambios estructurales en la organización y equipamiento de los ejércitos, entre ellos la mecanización, pueden comportar consecuencias negativas indirectas. “El resultado al que hemos llegado complementa o se relaciona con los resultados de otros autores, que han encontrado que a mayores niveles de mecanización se reduce la capacidad contrainsurgente de las fuerzas armadas, es decir, la capacidad de hacer frente y derrotar las insurgencias armadas de la población, lo que se traduce en guerras civiles más largas y una menor proporción de victoria del gobierno en estos conflictos”, apunta Abel Escribà-Folch.

Por eso, según los autores, el hecho de que los gobiernos aumenten la inversión en mecanización es útil para reducir el riesgo de golpe de Estado, pero por el contrario, puede tener consecuencias perjudiciales para la eficacia contrainsurgente de los militares. "Invertir en mecanización significa que los gobiernos trasladan el riesgo de los golpes de estado a las insurrecciones internas, las cuales son menos frecuentes y tienen una menor tasa de éxito", concluyen.

Artículo de referencia: Choulis, I., Mehrl, M., Escribà-Folch, A., Böhmelt, T. (mayo 2022) “How Mechanization Shapes Coups”. Comparative Political Studies

https://doi.org/10.1177/00104140221100194

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