Atrás Para mejorar los modelos climáticos, un equipo internacional con la participación de la UPF recurre a los datos arqueológicos

Para mejorar los modelos climáticos, un equipo internacional con la participación de la UPF recurre a los datos arqueológicos

El proyecto, llamado LandCover6k, ofrece un nuevo sistema de clasificación que los investigadores esperan que mejore las predicciones sobre el futuro del planeta y rellene huecos sobre su pasado. Publicado en la revista PLOS ONE, incluye la participación de investigadores de las universidades de Pensilvania, Pompeu Fabra y Glasgow,  entre otras, incluyendo a Marco Madella, profesor de investigación ICREA del Departamento de Humanidades de la UPF y co-líder del proyecto.

15.04.2021

Imatge inicial

El modelado climático se enfrenta al futuro, con la intención general de plantear la hipótesis del aspecto que tendrá el planeta en fechas posteriores. Dado que la vegetación de la Tierra influye en el clima, los modelos climáticos a menudo incluyen reconstrucciones de vegetación y se validan mediante comparaciones con el pasado (incluyendo la vegetación). Sin embargo, muchas veces estos modelos simplifican demasiado como las sociedades antiguas han afectado los diferentes ambientes de la Tierra y sus vegetaciones.

Por el contrario, uno de los principales objetivos de la arqueología es descubrir lo máximo posible sobre estas alteraciones antrópicas. "Comprender el impacto humano sobre la Tierra es más que mirar la vegetación del pasado. También es importante entender el uso del suelo –agrícola, pastoril, etc.- durante el pasado por parte de los humanos y, en particular, como este uso ha afectado la vegetación original", afirma Kathleen Morrison, arqueóloga de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.)

Marco Madella: "El objetivo principal del artículo publicado en PLOS ONE es el desarrollo de un sistema de clasificación del uso del suelo basado en la síntesis de datos históricos y arqueológicos, que permita una mejor comprensión de la información de la vegetación del pasado y de las evidencias del uso humano del suelo".

Aunque los modelos actuales de sistemas terrestres sugieren que la actividad humana de los últimos 12.000 años influyó en el clima regional y global, Marco Madella, profesor de investigación ICREA del Departamento de Humanidades de la UPF y coordinador del Grupo de Investigación Complexity and Socio-Ecological Dynamics (CaSEs), añade que "los modelos no capturan la diversidad y la intensidad de las actividades humanas que afectaron la vegetación del pasado, ni tampoco capturan los efectos humanos en los ciclos del carbono y del agua".

La ausencia de estos datos motivó el desarrollo del grupo de trabajo LandCover6k, un proyecto que ahora llega a su sexto año, que incluye más de 200 investigadores e investigadoras que trabajan en arqueología, historia, geografía, paloecología y en el modelado del clima de todo el mundo. El objetivo de LandCover6k es sintetizar evidencias arqueológicas e históricas de sistemas de uso del suelo de cuatro períodos de tiempo -hace 12.000 años, hace 6.000 años, hace 4.000 años y alrededor del año 1500- en una única base de datos que cualquier persona pueda comprender y utilizar.

Liderado por K. Morrison, M. Madella y Nicki Whitehouse, este última, vinculada a la Universidad de Glasgow (Reino Unido), con la experiencia en tratamiento de datos que proporciona la arqueóloga paisajista de la Universidad de Pensilvania, Emily Hammer, y otros académicos, LandCover6k ofrece lo que los investigadores esperan que se convierta en una herramienta para mejorar las predicciones sobre el futuro del planeta, además de llenar vacíos sobre su pasado. En un nuevo artículo publicado en PLOS ONE, proporcionan una introducción detallada al sistema de clasificación de uso del suelo de LandCover6k y a la base de datos global.

Según Marco Madella, "el objetivo principal del artículo publicado en PLOS ONE es el desarrollo de un sistema de clasificación del uso del suelo basado en la síntesis de datos históricos y arqueológicos, que permita una mejor comprensión y tratamiento de la información de la vegetación del pasado y de las evidencias del uso humano del suelo".

Ejemplo de uso del suelo para la agricultura - Preparación de los campos a través de arada tradicional en la zona de Aksum, Etiopía. FOTO: Marco Madella

Crear un lenguaje común, un sistema

Compartir estos datos significaba primero crear un lenguaje común que los científicos de todas las disciplinas pudieran entender y compartir. Es una tarea más pesada de lo que podría parecer, dice Morrison. "Clasificar significa poner bordes rígidos a algo. Esto es muy difícil, ya que en arqueología a menudo nos sentimos más cómodos con la narrativa". 

En parte, debido a la falta de terminología compartida, los arqueólogos no han intentado agregar y comparar datos a escala mundial, algo que ya habían estado haciendo los paleoecólogos y los expertos en modelos del proyecto, añade. "Pasamos años consultando con colegas de todo el mundo, discutiendo sobre los diferentes tipos de uso del suelo y desarrollando un sistema de clasificación y comunicación (el mismo idioma, la misma terminología) que se podría utilizar en todas partes".

Dado que históricamente estas categorías han tenido un significado diferente según el lugar, el contexto y el período de tiempo, inicialmente quienes trabajan en arqueología se comprometieron a apostar por definiciones individuales para cada una de estas categorías. Hammer ofrece como ejemplo el concepto de 'agricultura'. "La línea entre lo que se llama 'agricultura' y la producción de alimento a pequeña escala llevada a cabo por los cazadores-recolectores varía realmente en todo el mundo", dice. Entonces, ¿cómo podríamos definir cuándo las acciones de los cazadores-recolectores que gestionaban los recursos vegetales y animales silvestres se convirtieron en verdaderos 'cultivos'?

La esperanza era ofrecer suficientes matices para la comunidad arqueológica y, así mismo, hacer accesibles los datos a los modeladores del clima.

Preguntas como éstas provocaron que el equipo de LandCover6k creara una jerarquía dentro del sistema de clasificación, con una categoría de nivel superior que capturara una idea en su gama más amplia y desde allí, se canalizaran varias subcategorías diferentes. En el ejemplo de la agricultura, el equipo de investigación creó un subgrupo, la 'producción de alimentos de bajo nivel', que podía incluir el trabajo de los cazadores-recolectores. A grandes rasgos, la esperanza era ofrecer suficientes matices para la comunidad arqueológica y, así mismo, hacer accesibles los datos a los modeladores del clima.

Además de la jerarquía extensible y la terminología uniforme, la clasificación final tiene otras tres características principales. Es independiente de la escala y de la fuente, es decir, explica las infinitas maneras en que se puede estudiar algo. "Toma la perspectiva del medio ambiente en lugar de las personas", tal y como escriben los investigadores en PLOS ONE, y utiliza una escala de cuadrícula de 8x8 kilómetros. "Esto es un tamaño bastante grande, desde una perspectiva arqueológica", dice Hammer, "pero lo hemos hecho para que el traslado de la información sea estandardizado".

Ejemplos concretos

Para mostrar el funcionamiento de la clasificación, los investigadores ofrecen el ejemplo de Oriente Medio hace 6.000 años. Esta región, la zona representada por el actual Irak, Siria, Jordania, Kuwait, Arabia Saudí, Qatar, Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen, albergó algunas de los primeros ejemplos de agriculturas del mundo. Mediante la nueva clasificación y base de datos, el equipo creó un mapa regional de uso del suelo, aunque la disponibilidad de datos difiere de un lugar a otro.

"La Mesopotamia se ha estudiado desde mediados del siglo XIX, por lo que hay muchos datos y mucha síntesis en la que confiar", explica Hammer. "Arabia no ha sido tan bien estudiada. Sólo hay un par de zonas con datos, especialmente para este periodo, y debido a los acontecimientos climáticos, los datos son aún más escasos que en otros períodos. Queríamos ilustrar el enfoque que tomaríamos en una situación con mucha heterogeneidad, en la que en un lugar tenemos muchos datos frente a otro lugar en el que sólo tenemos unos cuantos". El nuevo mapa de uso del suelo prehistórico de Oriente Medio es una prueba del concepto del proyecto, y que muestra el contraste entre los agricultores asentados de Mesopotamia y las tierras de Arabia menos pobladas.

Morrison: "Los  humanos han transformado paisajes durante miles de años, pero no podemos decir sólo esto. Lo tenemos que demostrar".

Los investigadores no ven problemáticos los vacíos de información, como los de Arabia. Básicamente porque la base de datos de uso del suelo también registra la cobertura y la calidad de los datos, y puede resaltar áreas que necesitan más investigación. "Los humanos han transformado paisajes durante miles de años", dice Morrison. "Pero no podemos decir sólo eso. Lo tenemos que demostrar".

Y eso es exactamente lo que LandCover6k pretende hacer, a partir de fusionar lo que los y las arqueólogas han recogido sobre el uso humano del suelo de diferentes épocas y lugares en una única base de datos accesible para los modeladores del clima, entre otros. "Este proyecto trata realmente de traducir lo que hacemos", dice Hammer, "no sólo sobre la estandarización de la terminología para que podamos hablar a escala global, sino también sobre tejer las narraciones del pasado".

LandCover6k es un grupo de trabajo de Past Global Changes (PAGES), que forma parte de Future Earth, una comunidad internacional de científicos que hace investigación sobre sostenibilidad. La financiación provino de la Oficina del Preboste de la Universidad de Pensilvania y de PAGES. En el trabajo han participado también la profesora de investigacion ICREA Carla Lancelotti y el investigador postdoctordal Stefano Biagetti, ambos del grupo de investigación CaSEs del Departamento de Humanidades de la UPF.

Artículo de referencia: Morrison, K., Hammer, E., Boles, E., Madella, M., Whitehouse, N. et al. ( abril 2021). "Mapping past human land use using archaeological data: a new classification for global land use synthesis and data harmonizationPLOS ONE

https://doi.org/10.1371/journal.pone.0246662

 

 

 

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