En el marco de la actual crisis provocada por el coronavirus, el deporte, que ha sido considerado un sector no esencial, sufre las repercusiones de la suspensión de actividades y de la posibilidad de realizar ejercicio físico y deporte en las condiciones que eran habituales antes de la explosión de la pandemia y, por lo tanto, queda gravemente afectado.

Un estudio elaborado por investigadores del Centro de Estudios UPF Sports_Lab de la Universidad Pompeu Fabra ha hecho un ejercicio de simulación, que permite visualizar un futuro inmediato de clara recesión económica en el sector deportivo como resultado de las afectaciones directas e indirectas de la COVID-19. El estudio està incluído dentro del libro El deporte tras el coronavirus, disponible en Amazon, editado por José Luis Pérez Triviño, profesor de Filosofía del Derecho de la UPF.

El objetivo principal del estudio es ayudar a estructurar las medidas que deben arbitrarse en este momento.

La simulaciónse hizo a finales de abril de 2020 con un escenario de elevada incertidumbre, que persiste a fecha de hoy, pese al calendario de desconfinamiento establecido. Hace una proyección (no una predicción ni una medición de resultados, según señalan sus autores) a partir de múltiples escenarios más o menos optimistas. Su objetivo principal es ayudar a estructurar las medidas que deben arbitrarse en estos momentos. 

Los autores del estudio “COVID-19 y deporte: proyecciones de la repercusión económica” son tres investigadores del Centro de Estudios UPF Sports_Lab: Júlia Bosch; Jaume Garcia, catedrático del Departamento de Economía  y Empresa de la UPF, y Carles Murillo, profesor del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud y de la UPF Barcelona School of Management.

Han elaborado la proyección a partir de dos fuentes principales de datos: la contribución económica de los distintos tipos de productores dentro del sector en Catalunya (datos del año 2013) y de las opiniones y los primeros avances de repercusión económica de los experto y los principales agentes del sector.

Según cuál sea la realidad en los próximos meses, el estudio permite aproximar la pérdida de facturación y de empleo para cada uno de los 28 productores (o subsectores) que se han contemplado, divididos en sector privado, entidades sin ánimo de lucro, sector público y sector educativo, pero también su importancia en relación con el global del sector.

Tres períodos y tres escenarios diferenciados de afectación a los productores

Para realizar la simulación, el estudio ha dividido el ejercicio 2020 en tres períodos diferenciados: el tiempo transcurrido entre el comienzo del año y la fecha en la que se decreta el estado alarma, la fase de máxima afectación de la actividad productiva y, por último, la fase de recuperación. La duración de los dos últimos períodos puede llegar a suponer hasta un total de nueve meses de los doce del año 2020.

Para las fases de máxima afectación y de recuperación, se han establecido dos parámetros: el tiempo de duración de dichas fases, expresado en meses, y el grado de afectación, medido en términos de porcentaje de producción que se mantiene en el período correspondiente.

El escenario más optimista (Escenario 1, confinamiento de 2 o 3 meses y recuperación rápida) se identifica por el hecho de que, para la mayoría de los productores, el período de máxima afectación es de 2 ó 3 meses. Este período supone una paralización importante de sus actividades para, luego, entrar en una fase de recuperación inmediata de la actividad. Con estos supuestos, la caída de la facturación global del sector deportivo en 2020 alcanzaría la cifra del 15,7% del valor de la producción, el 15,9% del valor añadido bruto y el 16,9% de los empleos (en equivalentes de jornada a tiempo completo).

Para un escenario alternativo (Escenario 2, confinamiento de 2 o 3 meses y recuperación moderada), de tipo intermedio, en el que la recuperación es más lenta y variable en función del tipo de productor, las cifras anteriores (tanto de facturación, como de valor añadido de la producción y empleo) empeoran aproximadamente en 14 puntos porcentuales, cada una de ellas, y se situarían alrededor del 30% de pérdida.

El escenario más pesimista (Escenario 3, confinamiento de 4 o 5 meses y recuperación moderada) se define considerando que la afectación máxima para la mayoría de los productores dura entre 4 ó 5 meses y que, luego, la recuperación hasta finales de año sigue un ritmo lento. En estas condiciones, la repercusión económica añadiría 20 puntos porcentuales más de pérdida, tanto en la caída del valor de la producción como del empleo, y se situaría en torno a una disminución del 48% de VAB y de la producción y del 51% en la ocupación.

Una afectación distinta a la crisis financiera e inmobiliaria, con algunos subsectores reforzados

Según los autores, la crisis sanitaria actual repercutirá de manera sensiblemente distinta a la crisis financiera e inmobiliaria de 2008 y 2009, en la que el sector deportivo resistió mejor la crisis financiera, en general, que otros sectores económicos. Ello se debe, fundamentalmente, a que la crisis de la COVID-19 ha propiciado la paralización absoluta del sector del deporte.

La crisis de la COVID-19 ha propiciado la paralización absoluta del sector del deporte.

Remarcan sin embargo que algunos subsectores se han visto reforzados y todos ellos comparten un denominador común: su apuesta por la tecnología y la transformación digital. Algunos ejemplos son el entretenimiento desde casa, o los e-sports en general. Estas necesidades han hecho aumentar la compra online de material deportivo y la formación online y han impulsado nuevas oportunidades para start-ups, sobre todo de base tecnológica.

“Los resultados de nuestro estudio están sujetos a los cambios que se produzcan como consecuencia de las implicaciones sanitarias de la pandemia y su evolución futura, así como de las medidas gubernamentales para relajar, o no, la paralización que actualmente sufre el sector”, advierten los autores, que apuestan por añadir inteligencia y creatividad táctica a la toma de decisiones de las autoridades y por impulsar el papel relevante de la tecnología.