Tiro, paraíso de arqueólogos

Maia Eugenia Aubet y Francisco Núñez están exultantes. Miran a su alrededor para percatarse de la superficie de tres mil metros cuadrados de esta ¨parcela¨ de yacimientos arqueológicos en el corazón del antiguo Tiro, cabe a las ruinas de la Catedral de los Cruzados, que Ali Jalid Badaui, director del Departamento de Antiguedades del sur del Líbano acaba de acotarles. Maria Eugenia Aubet, prestigiosa especialista de los pueblos fenicios, catedrática de la universidad Pompeu Fabra soñaba desde hace años excavar en la ¨isla¨ – histórico núcleo urbano de la mítica ciudad- después de tres lustros de fructíferos trabajos en la ¨zona del Baas¨, otro ámbito de restos arqueológicos fenicios, junto al hipódromo y al gran arco de triunfo romanos, más alejado del centro.

¨Aquí estaban el palacio del rey, los templos, casas y almacenes -dice ilusionada María Eugenia- y quizá podamos encontrar objetos de la vida cotidiana, utensilios de cocina, ánforas no con cenizas de los muertos sino con víveres para sus habitantes. La excavación es siempre una destrucción. Es como leer un libro y quemar sus páginas. De aquí que sin documentación, ni publicación de los dibujos y notas de las piezas encontradas, sea un saqueo del patrimonio histórico¨.

Desde 1997 al 2009 su equipo con Francisco Núñez, gran especialista en cerámicas fenicias, y Laura Tresillo excavaron trescientas tumbas fenicias, extrayendo centenares de ánforas funerarias, amuletos, joyas. Fui testigo de su alborozo cuando hace unos años, en su última cosecha, hacía aflorar crateras fenicias en lo que fuera gran cementerio de Tiro. Ahora todas estas piezas están a buen recaudo en un depósito construido junto al nuevo pabellón del Museo de Tiro. En solo un par de años ha sido edificado su recinto de tres mil metros cuadrados que debe inaugurarse en el 2014, gracias a los fondos del Banco Mundial y a la eficacia de una empresa italiana. ¨Necesitamos -explica Ali Jalid Badaui- reforzar las medidas de seguridad en torno al museo. Tenemos material arqueológico para llenar varios pabellones como este que estamos concluyendo. Los trabajos de excavación de la Dirección libanesa de Antiguedades comenzaron en 1947 pero tuvieron que ser suspendidos en 1978 por la invasión israelí. En 1991, tras la guerra civil, fueron reemprendidos pero en 2005 y 2006 a causa de la nuevo enfrentamiento del Hezbollah e Israel volvieron a interrumpirse¨.

Pocos visitantes deambulan por estos recintos arqueológicos entre ruinas de templos romanos, necrópolis, altares, vestigios fenicios, cipreses y adelfas. Son muy raros los turistas extranjeros. Tiro es muy sensible a los vientos políticos que soplan sobre estas tierras del Levante. Francisco Núñez, mi guía en esta jornada en la sensual ciudad mediterránea del sur, me sorprende al decirme ¨que por lo menos hay quinientos años más de excavaciones en Tiro¨. La ciudad con su corniche marítima en la que hay restaurantes con rótulos como Murex, o Sunset, es muy frecuentada por los soldados de la UNIFIL o fuerza internacional de la ONU. Pero Tiro sigue siendo sobre todo, un paraíso para los arqueólogos de todo el mundo.

Comentarios 1

Deja un comentario
  1. Suscribo lo que dices Tomás. Estuve en Tiro unos meses antes del conflicto de 2006 y me pareció increíble. Realmente éramos los dos únicos turistas, una sensación rara, todo el hipódromo para nosotros. Y ruinas antiguas al borde del Mar Mediterraneo tan azul y limpio.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *