Autor:
VARIOS |
Localización
y transcripción: Dolors Folch i Alexandra Prats |
S.C.R. Magestad
Replicando al paresçer que dio el padre
probinçial, frai Martín de rrada, de la horden del señor San Agustín, sobre las
cosas desta tierra y sobre llevar el tributo de los naturales della, confesamos
ser fecho con zelo del seruicio de Dios nuestro señor y seguridad de nuestras
conçiençias, y en esta estimaçión le tenemos y rreputamos, mas como los muy
sabios algunas bezes se engañan, ora afiçionados demasiadamente, ora ynorando
algunas cosas, que si dellas tubiesen entera ynspiriençia no se engañarían, no
dexaremos de apuntar algunas cosas que en el paresçer ay rregurosas a nuestro
juyzio, y a toda esta rrepública dañosas, y a el avmento desta tierra muy
perjudiçiales. Y echando mano de lo más prinçipal que ay en el paresçer a que
rresponder, el dezir que su Magetad fue mal ynformado de las cosas desta
tierra, e que ansí paresçe por su carta que truxo el capitán Juan de la Ysla.
Afirmar esto es gran herror, porque lo que su Magestad dize en su carta es lo
mismo que se le hizo rrelaçión antes que la escribiese, y lo mismo que pasaua
entonçes quando se le hizo rrelaçión de las cosas desta tierra, y ansí para
dezirlo más claro, público y notorio es que el Adelantado, que aya gloria,
luego que entró en esta tierra, entró en ella de paz y convidando con ella a
todos los naturales. Y ansí en la ysla de Ybabao, que fue la primera de las
Filipinas que se tomó, vinyeron allí yndios de la tierra a los navíos, los
quales se hizieron amigos y dieron la obidençia a su Magestad, y éstos de su
voluntad vinieron a hazer la amistad, y antes se les dieron rrescates, comida e
otras menudençias, que pedirles a ellos de su hazienda nada. Lo mismo se hizo
en el rrío de Calayón, donde fue el capitán Andrés de Yvarra y el padre fray
Die go de Herrera, que se hizo de paz y no se les pidió ni tomó cosa alguna, y
quedaron amigos; y avnque en la ysla de Ybabao ciertos yndios mataron allí a
trayçión a Francisco Gómez y a otro español, no por eso se les hizo guerra
alguna, antes siempre el Adelantado fue llamando de paz a todos los naturales
de las yslas, F donde pasaua, sin hazer a nadie guerra; y ansí en Bohol los
prinçipales della dieron la obidençia y vinieron de su voluntad a los navíos, y
de allí se enbió a Butuan a hazer amistad con el prinçipal, y fue a ello el
capitan Juan de la Ysla y el mismo padre probinçial e hizieron amistades con
Limanpao, señor de Butuan, y de allí se fue a Çubú, donde se rrequirieron y
llamaron de paz los naturales desde los bateles, gritando dos o tres días en
los que rrequirimientos, hasta que los mismos naturales flechavan desde tierra
a los de los bateles, que paçíficamemente los andavan llamando y rrequiriendo
con la paz, por lo qual el padre fray Andrés de Urdaneta, que hera el que los
andaua llamando de paz, hizo vna plática a la gente, diziendo que aquéllos eran
apóstatas y que lícitamente se les podía ha zerguerra, y ansí se saltó en
tierra, defendiendo los naturales la salida.
Fecho asiento allí el gouernador, muchos yndios
de la comarca y los mismos de Çubú vinieron de paz a dar la obidençia, y ansí
se hizo a su Magestad relaçión verdadera por los muchos yndios [que] se
hizieron amigos en estas yslas, e dieron la obidençia sin que se les hiziese
guerra ni se obiese fecho a otros ningunos, sino quieta e paçíficamente
llamáandolos de paz, y acaraçiándolos y dándoles vestidos, rresgates, comida e
otras menudençias que ellos pedían. Si después se ofresçieron cosas por donde
se vino a hazer guerra para paçificaçión de los yndios amigos, que los otros
que no lo heran los ynquietavan, no por eso se á de dezir que se hizo relaçión
falsa a su Magestad, pues se le escribió lo que pasaua en la tierra luego que
se llegó a ella, y sienpre se le á enbiado relaçiones çiertas de lo que á
suçedido, y ansí por lo de arriba está claro y manifiesto avérsele hecho a su
Magestad rrelaçión çierta e verdadera.
Dize más el paresçer: que ninguna tierra en
todas estas yslas á venido con justo título en poder de los españoles. A esto
no tenemos qué rreplicar, porque por mandado de su Magestad venimos a estas
partes, y ansí estamos en ellas, obedesçiendo su Real mandado, y como no seamos
letrados dexaremos de tratar de la justiçia, título o causa que su Magestad
tiene a estas tierras o puede tener.
En lo que toca a los rrobos y daños que se an
fecho en esta tierra, si algunos se an fecho, los naturales an dado causa a
ello por ser algunos dellos traydores y quebrar la paz, como diversas vezes la
an quebrado, espeçialmente en esta ciudad de Manila, que aviendo el maestre de
canpo, Martín de Goyti, venido a ella la primera vez y entrando en paz, y
héchola y asentándola con los rraxás de Manila, sin darles ocasión ninguna de
parte de los españoles, los naturales los quisieron matar, y les tiraron çinco
o seys pieças del artillería, la mayor parte de las quales dieron en el junco
donde estava el dicho maestre de canpo, y ansí fue forçoso, defendiéndose los
españoles, pelear y entrar en la çiudad, como se entró, y, si se quemó, fue por
la seguridad de los pocos españoles que en ella entraron, porque los naturales
no les ofendiesen entre las casas, que estavan muy juntas, y los mismos
naturales confesaron ayer ellos mismos rrompido la guerra.
Y en lo demás de saltear los pueblos entre dos
luzes, áse fecho a pueblos rrebeldes y que desafiavan a los españoles, y que
conbenía, para la seguridad de los amigos, quebrar y abaxar la soberbia de
aquéllos por evitar mayor daño; y si en esto algunos an eçedido, no por el
eçeso particular á de redundar daño a la rrepública generalmente, porque las
ynstruçiones, que los gouernadores an dado y dan cada e quando que se ba fuera,
son christianas y muy conformes a la que de su Magestad tienen, y si algunas
bezes los caudillos an fecho algún o daño o fecho guerra a alguien, es por la
maliçia de los naturales ser tanta, que donde quiera salen de guerra, y con
enboscadas y otras trayçiones probocan a los españoles a su defensa; y si ban
con mano armada es por la seguridad de sus personas, y porque si fuesen
desarmados y desaperçibidos los naturales los matarían, como an hecho a muchos
españoles que an coxido desmandados y solos, que los an muerto y hecho en ellos
grandes crueldades; y ansí es neçesario donde quiera yr con mano armada para la
seguridad de los españoles, y por la poca justicia y rrazón que ay entre los
mismos naturales por no obesdesçer vnos a otros, ni ayer entre ellos señores ni
cabeçeras sino ser todo behetrías, parentelas y parçialidades, que antes que
los españoles biniesen a estas partes, se matavan vnos a otros en sus mismos
pueblos por pequeñas causas; por lo qual está claro ser conviniente a los
españoles, donde quiera que ban, yr prestos y aparejados para su defensa, como gente
que andan pocos entre muchísimos ynfieles, leales entre traydores, y ansí queda
deshecho el argumento de dezir que se ba con mano armada donde quiera que se
ba.
Y en lo que toca a que los naturales sean
mantenidos en paz y en justiçia es cosa justa y ansí se procura en todo e por
todo anparar y defender a los amigos, y los que están çerca de los españoles
están muy defendidos y amparados, no tan solamente de sus enemigos, que antes
les solían hazer guerra, pero avn de sus domésticos y familiares, que entre
ellos se solían matar, penar y hazer esclabos, y agora no lo hazen, y si en
algún caso lo hazen, es en partes donde los españoles, por ser lugares lejos,
no pueden rremediarlos, y ansí es grande la vtilidad y probecho que a los
naturales les bienen de estar los españoles en estas partes, por la seguridad
que tienen vnos de otros, y porque libremente acuden a sus tratos y grangerías,
sin ser ynpedidos de nadie ny rrobados, lo qual no solían hazer antes que los
españoles biniesen a estas partes, porque es cosa averiguada, pública e notoria
que en sus mismas casas los prendían y rrobaban, y no eran señores de salir a
pescar la mar que no los catibasen, e agora no tan solamente están seguros en
sus casas, pero van a diuersas partes seguros y sin que se les haga mal alguno,
y si ay cosarios, es muy lejos de esta çibdad, y en partes donde los españoles
no los been, y es costumbre esta muy antigua, que los naturales tenían entre
sí, de se prender, rrobar, matar y catibar, y agora es poco el daño que se haze
para lo que se solía hazer antes que los españoles viniesen a la tierra, y cada
día será menos, porque sienpre se procura que los tales cosarios se prendan y
castiguen, como el día de oy ay algunos presos en esta çiudad.
En lo que toca a que se á cobrado y cobra
cantidad de oro de tributo en los Ylocos y Camarines sin hazerles más benefiçio
de yr allá a cobrar el tributo, esto es cosa llana de entender que para la
sustentaçión de los que en esta tierra biben es muy neçesario que los naturales
ayuden con los tributos, como hazen en las demás partes de las Yndias, y ellos
no se tienen por amigos, ni tienen seguridad ninguna sin aver pagado primero el
tributo, el qual es conforme a su calidad y posibilidad muy poco, y lo que
ellos quieren dar buenamente y sin bexaçión, y en cada ysla, parte y lugar dan
los naturales lo que quieren, porque en vnas par tes dan bastimentos, y en
otras çera y rropa y otras cosas, que los tienen de su cosecha e que les cuesta
muy poco y casi nada, porque abundan dello, y si en Ylocos y Camarines se á
cobrado oro, es por ser la tierra rica de muchas minas o tener mucha suma y
copia de oro, y tener más abalor la rropa o bastimentos que en otras partes, y
ansí quieren dar los naturales más el tributo en oro, de que tienen abundançia,
que no en rropa y bastimentos de que caresçen; y si hasta agora no se an
poblado las dichas partes y lugares, es por aver poca gente en la tierra y no
aver posible para hazer otra cosa, quanto más que ya en los Ylocos está poblado
el capitán Juan de Salzedo, y está allí feha vna villa, y tiene clérigo para
yndustriarlos en las cosas de nuestra santa fe católica, y los Camarines á poco
tienpo que se hizieron de paz y descubrieron, y avn no está acabada de traer la
rrazón y claridad de lo que es la tierra, y para poblarla, porque todabía andan
en ella españoles descubriéndola y acavándola de paçificar, y quando aya
posibilidad de poblarla se hará, como se á fecho en las demás partes, donde los
naturales an benido y bienen de paz.
En lo que toca al trebuto eçesibo, que dizen en
el paresçer se cobra de los naturales, hazer general lo que es particular es
poner las cosas en confusión; dezimos esto, porque mucha parte desta tierra
está tasada diferente de otra, y los naturales tienen diferentes posibilidades,
porque en vnas partes son ricas y en otras partes son labradores, y en otras
son mercaderes, y en otras son mineros, y en otras bibían de robar y saltear; y
ansí el Adelantado, que aya gloria, tasó esta baya de Manilla y su comarca,
siendo ynformado y aviendo visto por bista de ojos la calidad e grosedad de la
tierra y posibilidad de los naturales della, dos fanegas de arroz suçio cada vn
año de tributo y vna manta de colores de dos baras en largo y vna en ancho, y
en defeto desto, tres maez de oro en oro, o en las cosas de la tierra que ellos
mismos quisiesen, el qual dicho tributo es tan moderado que con seys rreales de
plata, que da vn yndio a su encomendero cada año, le paga el tributo de todo
él, y vn maez de oro vale dos rreales y medio; de manera que avn no es la mitad
del tributo que los yndios pagan en Nueba España, y este tributo de tres maez
pagan los moros como gente de más posibilidad y porque son grandes labradores,
mercaderes y gente tan rica, que si quieren trabajar y grangear, en quatro días
ganará para pagar el tributo de vn año.
Ay diferentes grangerías y aprouechamientos que
tienen, y ansí están llenos de muchas y muy rricas joyas y preseas de oro, que
traen ençima de sí, y ay prinçipales en esta ysla que tienen en joyas de su
persona diez o doze mill ducados de oro, sin las tierras y esclabos y minas que
tienen, y destos ay tantos prinçipales, que no tienen número, y ansimismo los
vezinos particulares, sugetos de los dichos prinçipales, tienen cantidad de las
dichas joyas de oro, que traen en sus personas braçaletes, cadenas, orejones
maçiços de oro, puñales de oro y otras preseas muy rricas, y esto generalmente
se be en ellos; y no tan solamente los prinçipales y vezinos tienen copia
destas joyas, pero avn los esclabos traen y posehen oro en joyas en sus
personas pública y notoriamente; y dezir que los yndios son tan miserables, que
comen rayzes parte del año, en algunas partes tienen por costumbre de
sustentarse çierta parte del año con camotes, pan de sagú y otras legumbres,
con que ellos se hallan bien, y esto no es en todas partes si no en algunas
yslas de los Pintados, ni esto es por falta de posibilidad sino porque son
biçiosos y comen de todas comidas, y de haraganes por no yr quatro leguas fuera
de sus pueblos y comprar arroz, por gastar el tiempo en borracheras e
ydolatrías en sus fiestas, y como se pasan tan bien en aquellas comidas hasta
que cogen sus simenteras de arroz, no lo hechan de menos, porques gente que de
su boluntad, por luto quando se les muere algún pariente, están quatro o seys meses
o vn año sin comer arroz, y se pasan con otras comidas y granos que tienen, y
en muchas partes de los Pintados se sustentan parte del año con borona, millo,
frísoles, pescado, puercos y gallinas y muchos géneros de vinos, y no por eso
dexan de ser ricos y tener joyas de oro, esclabos, tierras y heredades; y éstos
no son tan rricos como los desta ysla de Luzón, que se llaman moros, porque no
son tan travajadores ni grangeros como ellos, y ansí están tasados en menos,
que cada yndio está tasado en fanega e media de arroz suzio y vna manta de
yerba blanca o de color, y en otras partes tienen otras tasaçiones, cada vno
conforme a su posibilidad, y hasta agora los naturales no se an agraviado ni
agrabian de pagar el tributo que les es ynpuesto, porques tan moderado, que sin
travajo ninguno lo pueden pagar, que con criar quatro gallinas debajo de su
casa cada año, que sin costa ninguna las crían, pueden pagar su tributo que les
sobre, quanto y más que tienen muchas grangerías y aprobechamientos, y agora
más que nunca; con la estada de los españoles en estas partes an criado y
engrosado sus tratos, y los van criando y engrosando cada día más.
Y dezir en el paresçer que con vn maez, que da
vn yndio cada año, se podrán sustentar los encomenderos, es cosa averiguada que
ninguno se podrá sustentar con tan pequeño tributo, porque muchos encomenderos
ay que con el tributo de los tres maez no se pueden sustentar, y biben probes y
neçesitados por tener pocos yndios, que ay honbre dellos que no tienen
trezientos yndios cabales, y muchos a quinientos y a seiscientos, y muy pocos
los que tienen de mill arriba, espeçialmente donde tan caras valen las cosas y
tan poco se estima el oro, y vale vn par de çapatos medio tae de oro, que sería
el tributo de ocho yndios, y vna camisa seys pesos, y por el consiguiente todas
las demás cosas de Castilla al doble de lo que balen en Nueba España; pues
pagar aquí los yndios dos reales de tributo cada año, ques el balor de vn maez,
sería no poder bibir en esta tierra por ninguna bía mayormente que los
naturales son tan rricos y tienen tantos aprobechamientos y grangerías, y son
más hazendados que los de la Nueba España, y tienen mucha ropa de que se
vestir, y muchas sedas y paños de oro labrados de mucha estima y balor, muchas
porçelanas finas, tinaxas, lanças, puñales, canpanas, vasixas y otros arreos de
sus personas, con que se sirven en mucha can tidad de bastimentos, que cogen
todo el año en tierra de rriego que tienen, y el bino de palmas y nipa que
cogen cada día, de hordinario todo el año, sin otros muchos vinos de cañas y
arros que hazen sin el aprobechamiento de grandísima çera y oro, que coxen de
hordinario en todas las yslas, e mucho valor, y la contrataçión de los yndios,
digo chinos, que les traen muchas sedas, porçelanas, olores, hierro y otras
cosas de que tienen grangería y aprobechamiento.
Por todo lo qual y por otras muchas rrazones y
causas, que son públicas y notorias, los dichos naturales pueden pagar el
tributo que les es ynpuesto, y mucho más, sin ninguna bexaçión, y si algunos
naturales en algunos pueblos se avsentan o huyen por no pagar el tributo, como
se contiene en el paresçer, no es por falta de posibilidad, sino porque los
naturales son briosos y tienen por punto de honrra pagar el tributo por fuerça,
y quieren ser apremiados a él; y esto no es a todos generalmente sino algunos
que después de borrachos y hartos de vino amenazan a los españoles, y dizen que
no les an de pagar tributo; y esto no es todo vn pueblo entero sino algunos
particulares que como obedesçen poco a sus prinçipales hazen lo que el bino les
ynçita y todo esto no es parte para disminuyr la posibilidad de los naturales y
de su rriqueza; y si algunos indios andan sin manta y con mastiles, serán
esclabos y trabajadores, y no porque carezcan de rropa, pues costándoles tan
poco de hazer vna manta, no ay ninguno que quiera travajar que la dexe de
tener, y no tan solamente mantas sino otras muchas preseas.
Por todas las quales causas e rrazones, avnque
el paresçer del padre probinçial y de los demás religiosos sea fecho con zelo
santo y bueno, es muy dañoso al aumento y poblazón desta tierra y a la
perpetuaçión de los españoles en ella, y a los mismos naturales es perniçioso,
porque si no pagan tributo a los españoles, an de quitarles sus bastimentos y
cosas que tienen para sustentarse, como se hazía antes que la tierra estubiese
rrepartida, y antes que pagasen tributo, por donde es más útil e probechoso que
los dichos naturales den tributo, con que los dichos españoles se puedan
sustentar cómodamente sin bexaçión suya, que no por la poquedad del tributo no
se pudiendo con él sustentar, los españoles vengan a quitarles sus haziendas en
la mar, como se hazía antes que la tierra estubiese rrepartida, lo qual agora
no se haze, antes están todos muy seguros y quietos, y van y vienen a sus
tratos y contratos, y son dello muy aprobechados y enrriqueçidos.
Guido de Lauezariis. Martín de Goiti. Luis de la
Haya. Jhoan de la Ysla. Lorenço Chacón. Juan Maldonado. Andrés Cauchela. Amador
de Arriarán. Saluador de Aldaue. Gabriel de rribera.
Pasó ante mí, Fernando Riquel