Autor: MATÍAS,
Panela |
Localización
y transcripción: Manel Ollé Rodríguez |
Carta de Matías Panela al Gobernador
de Filipinas, Gonzalo Ronquillo de Peñalosa. Macao, 10 de febrero de 1583
Señor,
con la venida del padre Alonso Sánchez y sus compañeros, fue tan estendida la
fama y nobleza de vuestra señoría, que no ay persona que de ella tenga noticia
que no dessee tener a vuestra señoría por señor, y servirle, y como este demore
en mi, he holgado que se aya ofrecido ocasión para que se conozca mi voluntad
más que con mi palabra. Y, estando con este deseo, oí dezir que el padre
comissario estava preso en la carcel de Cantón con los demás padres descalços
que avían venido en su compañía, lo qual me obligó a acudir a ello, por tener
particular liçencia de los mandarines y grandes de la tierra, lo qual hize por
leal vasallo e su Magestad, y ser christiano y empeçar, como digo, a servir a
vuestra señoría. Luego que llegué a Cantón, tratando algunas cosas de la tierra
con los mandarines de mucha importancia (porque, bendito nuestro señor,
entiendo la lengua de estos chinos y hablo tan bien, y mejor que algunos de
ellos, que es causa de tener mucha cabida con ellos, y hazerme todos mucha
amistad) puse por obra procurar la libertad de los padres, que estaban bien
aprisionados y sentenciados ya por la sospecha que tienen de que vuestra
señoría los embió acá por espías, y vienen con gran rezelo y miedo y este les
haze vivir con tanto cuydado, y castigar al que cogen. Y como yo ya tenía
librado del mismo peligro al padre Alonso Sánchez y a sus compañeros, como es
notorio por la particular amistad y merced que me haze el virrey, ofrecime a
cualquier trabajo que me viniesse por la salvación del padre Comissario y sus
compañeros. Y el mejor y primer medio que tuve para ello fue ofrecerle
presentes al virrey y a los demás mandones, conforme a sus dignidades, diziéndoles
que los padres eran siervos de Dios y no pretendían del mundo más que vivir con
trabajos y pobrezas. Y con esto y otras razones a propósito, que Dios me ayudó
y alumbró el entendimiento que les dixese, para persuadirlos y desalumbrarlos
que no eran espías y no se imaginasen tal de ellos, quiso Dios nuestro señor
que revocaron la sentencia y que me los diesen en fiado para pasallos de la
prisión y cárcel en que estaban a otra casa donde los llevé entretanto que pude
concluir lo principal de librarlos de todo. Y crea vuestra señoría que si poco
más me tardara en llegar a Canton, que según los trabajos y prisiones en que
estavan en la cárcel, que todos murieran allí, porque algunos tenían ya señales
de ello. Y en el entretanto que los tenía en la casa que digo, donde los passé
de la carcel, pedí al virrey y manderines que me los diessen para embiarlos a
su tierra de donde avían venido, lo qual fue nuestro Señor servido me
concedieron con tal que no fuesen a Macán. Y esta merced me hizo el virrey
porques es gran señor mío, y assí los recibí libremente y me los entregaron con
todo su hato, que no era mucho. Y demás de esto, mandó buscar la fragata en que
avían venido, que estava seis leguas de allí, y mandó que se me diesse una
chapa (que es provisión) para que pudiesen ir seguros sin que nadie les pusiese
estorvo, la qual lleva Bartolomé Vaez, que por no estar yo apercibido, no soy
el portador de ésta. Más dándome vuesta señoría licencia, espero de aver otra
del virrey para ello.
Assí,
señor, he hecho este serviçio y otros a Dios y a su Magestad, y pareciendo a
vuestra señoría que por éste particularmente merezco alguna merced y galardón,
y por estar ofrecido para otros muchos de otras calidades en lo por venir, como
vuestra señoría se podrá informar, recibiré merced de vuestra Señoría en que
sea instrumento para que su Magestad lo entienda, y la mano que entre estos
chinos tengo para poderse servir de mi en cosas grandes. Soy casado en esta
ciudad, y porque sobre todo he hablado, largo al padre Comissario y a Juan de
Feria, que va con él, no me alargo más de que vuestra señoría tenga por muy
cierto tiene en esta tierra un leal y verdadero criado en mi, a quien puede
mandar todo lo que fuere servido, y nuestro señor guarde muchos años la ilustre
persona de vuestra señoría por muchos años. De Macao, a diez de febrero de
1583. Criado de vuestra señoría, Matías Panela.